PROCESANDO LA CAMPAÑA EXPRÉS
La casilla rey
Felipe VI se movilizó, con energía, tal vez desmesurada, contra el procesismo, ¿se posicionará, a partir de aquel precedente, contra la extrema derecha, esa amenaza efectiva para la democracia?
Guillem Martínez 19/07/2023
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1-Como decía Mitterrand, una encuesta es como un bikini: enseña cosas importantes, si bien esconde lo fundamental. Una encuesta es, de hecho, un bikini en invierno. Te puede quedar mono, pero te pilla muy lejos. Como sucede con todas las encuestas electorales, incluso las que se conocerán el 23J a las 20.00h.: nos pillan lejos. Las encuestas, como los bikinis, solo satisfacen un único elemento, muy importante en el siglo XXI. La insatisfacción, todo aquello que no puede producirse ahora, ya.
2- El carácter líquido de las encuestas ha quedado evidenciado, sea como sea, en 24h., aquellas en las que ha desaparecido, zas, la seguridad en el PP, un partido respaldado por todas las encuestas, salvo la del CIS, esa broma. Lo que es importante en un partido de, básicamente, seguridad. En los escasos momentos históricos en los que a sus líderes les ha fallado la seguridad absoluta en sí mismos –muy propia de quien disfruta a sus espaldas de ocho generaciones comiendo filetes–, el PP –un objeto que precisa seguridad absoluta, o sería un objeto humorístico; la T.I.A.– siempre ha solido irse al garete con mayor o menor profundidad.
Feijóo ha cursado baja en la campaña alegando un tirón muscular. Lo que puede ser verdad, mentira, o una inexactitud
3- ¿Qué ha pasado en esta ocasión? Tal vez nada. Pueden haber dado con un factor que ignoraban. O, más probablemente, se trate del factor humano ese. Mentir –no decir mentiras, algo para lo que todos estamos capacitados de serie, sino mentir, a lo bestia, de manera invalidante– es un esfuerzo absoluto, que mata muchas células. Verbigracia: después de un momento consagrado con intensidad a la mentira en democracia –es mucho menos costosa la mentira en dictadura, pues no precisa convencer a nadie–, sus protagonistas siempre han desaparecido de la política, indefectiblemente. Y, sencillamente, por una sola razón: el agotamiento. Ese fue el caso de todos los all-stars de la segunda legislatura Aznar. Igual estos días de mentiras –emitidas, no obstante, desde la oposición, ese punto desde el que aún se provoca risa– simplemente han sido agotadores. Ya veremos.
4- En todo caso, Feijóo ha cursado baja en la campaña –tal vez, incluso, la dé por finalizada; veremos– alegando un tirón muscular. Lo que puede ser verdad, mentira, o una inexactitud. El diario Expansión, en todo caso, advertía ya hace una década de que la lumbalgia es uno de los dos llenapistas en los partes de baja falsos, que suponían, por aquel entonces, pérdidas de alrededor de 800 millones de euros, un monto importante. Si no eres narco.
5- La campaña proseguirá sin Feijóo, al menos unas horas, mientras soluciona el hecho de que su perro se haya comido su tirón. Lo que puede ser una buena táctica. Extraer en helicóptero a un candidato que, cada vez que abre la boca, cambia la fórmula, el color y el nombre del pan.
6- Que Feijóo pida cuenta de protección, como los boxeadores cuando ven venir el yuyu, es importante. Como también lo es el hecho de que el expresi ZP, gran protagonista en esta campaña, haya ocupado ese vacío de poder, y se haya puesto a emitir campaña como un poseso. Ese hecho es notorio. Trágicamente notorio. Explica la época. Explica que es sintomático que uno de los motores de campaña para la izquierda sea el expresi que, glups, reformó la CE78, eliminando el Bienestar. Que sea el expresi que, en la crisis del 2008, garantizó a la banca que los desahucios se realizarían con celeridad. Sí, Europa, el contexto, apretaba, y mucho, pero la presencia de un ZP aplaudido, no cuestionado, es un recordatorio de por qué vino la extrema derecha, y por qué, si no hay cambios, un día gobernará el Estado. Vino porque no era algo tremendamente alejado de la Tercera Vía, esa crueldad social. Porque no era lo contrario a una Europa austericida y fría. Si al final conseguimos parar a la extrema derecha el 23J, será gracias a algo parecido a una actitud cívica y ciudadana, y no gracias a unos partidos que no han sabido negociar la época, y con ella la aparición, pasito a pasito, de las nuevas derechas, esa brutalidad nueva en una Europa brutal.
7- Si, aun así, el esfuerzo cívico y ciudadano fallara, el 24J queda aún un recurso del que no se ha hablado mucho.
El rey puede modular el candidato. Puede rechazar, negarse a proponer como candidato a alguien relacionado con la extrema derecha
8- Recordemos que el próximo presi de Gobierno no será aquel que saque más votos o escaños. Con –lo que queda de– la CE78 en la mano, es preciso recordar que será aquel que, propuesto por el rey, tras conversaciones con todos los candidatos, gane la votación ad hoc en el Congreso. Vamos, que el rey puede modular el candidato. Puede, por ejemplo, rechazar, negarse a proponer como candidato a alguien relacionado con la extrema derecha, con una restricción de la idea de democracia, con una modificación reaccionaria de la CE78.
9- Recordemos que el rey se movilizó, más allá del deber, de lo establecido, de lo razonable, incluso, en 2017, para anunciar, en un discurso televisivo, que se emplearía toda la energía del Estado en detener una dinámica que calificó como anticonstitucional en Catalunya. Lo que supuso el inicio de la vía judicial para solucionar –para complicar, finalmente– aquel problema político, cuyos promotores, como confesaron después, y como debería saber el Estado, no tenían ninguna intención de culminar en ningún momento. ¿Hará el rey lo mismo ahora? ¿Saldrá por la tele a denunciar, en modo épico, intentos subversivos de reforma constitucional? Si se posicionó, con energía, tal vez desmesurada, contra el procesismo, ¿se posicionará, a partir de aquel precedente, contra la extrema derecha, esa amenaza efectiva para la democracia? Y, si no hace nada de ello, ¿evitará proponer a ninguno de los candidatos relacionados con la extrema derecha?
10- Pueden venir semanas divertidas. Mañana les hablo del debate, al que Feijóo no podrá ir porque su hermano pequeño le garabateó los tirones musculares.
1-Como decía Mitterrand, una encuesta es como un bikini: enseña cosas importantes, si bien esconde lo fundamental. Una encuesta es, de hecho, un bikini en invierno. Te puede quedar mono, pero te pilla muy lejos. Como sucede con todas las encuestas electorales, incluso las que se conocerán el 23J...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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