alma colchonera
¿Lógica? No, fútbol
Rayo Vallecano 0 - Atlético de Madrid 7
Ennio Sotanaz 29/08/2023
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A tres días del cierre del mercado de fichajes, el Atleti está prácticamente en la misma situación con la que terminó la temporada pasada. Una temporada agridulce que, si recuerdan, culminó con la sensación de que faltaban un par de detalles para que el equipo pudiese escalar hacia cotas más sugerentes. No ha sido así. Los dirigentes colchoneros, como esos empresarios modernos a los que les da lo mismo vender activos financieros que artículos de primera necesidad, han decido apostar por una continuidad que huele a improvisada, aupándose en esa especie de austeridad recurrente que se explica tan mal a ojos de un aficionado fiel. Pero el fútbol, por suerte o por desgracia, es demasiado complicado como para reducirlo a la lógica de los números. Por eso, mientras el colchonero de a pie jura en arameo por lo que no ha venido y reza en latín por lo que se puede ir, el equipo de Simeone se saca de la manga un partido soberbio. Uno de los mejores de los últimos tiempos. Uno que además desmonta todos los defectos sobre los que veníamos construyendo la leyenda negra. ¿Lógica? No, fútbol.
El partido del Atlético de Madrid en Vallecas fue fantástico. Casi perfecto. Sin peros ni matices, que es algo a lo que solemos estar abonados desde este lado de la pantalla. Y todo eso a pesar de no tener una sola cara nueva en la alineación titular. El equipo tiró de compromiso para imponer el ritmo, dominar el juego y, por momentos, jugar francamente bien a ese fútbol contemporáneo en el que hay que atacar y defender. En el que la intensidad física, la precisión técnica o la contundencia arriba constituyen elementos irrenunciables. Puede que ayudara algo la presión eufórica, y algo desordenada, de los vallecanos, pero creo que tuvo mucha más influencia el derroche de compromiso y juego de los rojiblancos.
Barrios hizo probablemente su mejor partido con el primer equipo. Mejoró significativamente en equilibrio defensivo
Ya a los dos minutos, una jugada vertical del Atleti acababa en los pies de Memphis, que parecía querer ralentizar el balón. Para nada. El holandés, que es un gran jugador de fútbol, entendió que no podía avanzar por el centro y esperó hasta poder descargar el juego a la banda derecha. Allí, con ese talento que tiene para ver el juego en la frontal del área, apareció De Paul para colgar un balón al segundo palo y que Griezmann lo metiera en la red. Memphis volvió a tener una clarísima ocasión poco después, tras una muy buena salida tocando desde atrás que marró en boca de gol. Por un momento planeó sobre la conciencia colchonera la duda de la falta de contundencia, pero duró muy poco. Antes del cuarto de hora, un pase excelente de Hermoso fue recogido por Saúl en el lado izquierdo para colgar el balón al centro del área y que Memphis lo transformara en el segundo gol de la noche. Lo hizo, eso sí, aprovechando la falta de intensidad de un Aridane muy blandito.
El Atleti volaba. Quién me iba a decir a mí que un centro del campo con Barrios, Saúl y De Paul podía resultar tan competente. Pero así fue. Barrios hizo probablemente su mejor partido con el primer equipo. Además del buen ojo que tuvo para mover el balón, mejoró significativamente en lo que se refiere al equilibrio defensivo. Buena señal. Aunque resultó todavía más sorprendente el gran partido que hizo un Saúl renacido, que volvió a parecerse a ese centrocampista todoterreno que conquistó los corazones rojiblancos hace ya unos cuantos años. Participativo, generoso e incisivo. Bastante más preciso y relevante con el balón que en tantos otros partidos anteriores. Ojalá no haya sido un espejismo.
Antes de irnos al descanso, los de Simeone tuvieron una noticia buena y otra mala. La mala fue la inoportuna lesión de Memphis Depay. Parece que fue algo muscular, para variar. Lemar, Giménez, Koke y ahora Memphis. ¿Casualidad? No me lo parece. La noticia buena fue el tercer gol que subió al marcador. Un robo de Barrios, que el árbitro podría haber interpretado como falta, motivó un preciso pase en profundidad de De Paul para un Nahuel Molina, que debutaba en la temporada, y que resolvió como ya demostró el año pasado que sabe hacer.
El Rayo sacó a Nteka tras el descanso y se fue hacia arriba con más intención que criterio. Consiguió meter al Atleti en su área durante los primeros diez minutos y llegó incluso a fabricar algunos disparos a puerta, pero nunca consiguió dar la sensación de que podía dar la vuelta a lo que tenía enfrente. En torno al minuto 65 hubo un empujón de Hermoso que el árbitro podría haber interpretado como penalti perfectamente y ahí se acabó toda su capacidad ofensiva. A partir de ese momento, coincidiendo con la salida al campo de energía nueva para el conjunto rojiblanco, asistimos a un recital goleador del equipo de Simeone. Acompáñenme en la descripción de esa fiesta.
En el minuto 72 Morata hacía el cuarto gol quedándose sólo en el área, tras otra gran asistencia de Saúl y un error de Balliu, que habilitó a su rival al quedarse descolgado. En el minuto 78 un error de bulto de Dimitrievski al sacar el balón jugado hizo que la pelota quedase en los pies de Correa, que no dudó en fabricar el quinto gol ejecutando una delicatessen en forma de vaselina. En el minuto 84 asistimos al enésimo contraataque espectacular de los rojiblancos, que dejó a Morata encarando al portero rival. El madrileño resolvió con la izquierda para hacer el sexto tanto del equipo y el segundo en su cuenta particular. El séptimo, con un Rayo Vallecano absolutamente roto, llegó tras otra rápida jugada vertical que dejó el balón dentro del área y que resolvió Llorente. 0-7, que se dice pronto.
¿Tiene plantilla este Atlético de Madrid para pelear por todo? El que escribe tiene serias dudas al respecto, pero cualquiera lo dice hoy. La ciencia afirma que es imposible conseguir resultados diferentes haciendo exactamente lo mismo y con las mismas herramientas, pero Simeone nos ha acostumbrado a creer que lo posible y lo imposible son parte de una misma figura. Que siguiendo ese conocido mantra del “partido a partido” con la fe del creyente, uno puede encontrarse al final del camino con aquello que ha estado soñando. ¿Lógica? No, fútbol.
A tres días del cierre del mercado de fichajes, el Atleti está prácticamente en la misma situación con la que terminó la temporada pasada. Una temporada agridulce que, si recuerdan, culminó con la sensación de que faltaban un par de detalles para que el equipo pudiese escalar hacia cotas más sugerentes. No ha...
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