El Informe anual de accidentes de trabajo en España de 2022, publicado recientemente por el Ministerio, señala que el año pasado se produjeron más de 650.000 accidentes laborales con baja. Esto supone una tasa de 2.950 accidentes por cada 100.000 personas trabajadoras, es decir, del 2,9%. Son cifras algo superiores a las de 2021, con unos 600.000 accidentes y una tasa del 2,8%. Sin embargo, la tasa de incidencia de los accidentes laborales estos dos últimos años resulta inferior a la de los anteriores a la pandemia, cuando rondaba el 3,4%.  

El 0,1% de estos accidentes fueron mortales. 711 personas, de las cuales 666 eran hombres y 45 mujeres, perdieron la vida en el desempeño de su actividad laboral en 2022. Se trata de la cifra más alta de los últimos cinco años. En 2021 fueron 611, es decir, 100 menos. Los infartos, derrames, y otras patologías no traumáticas fueron las causas del 40% de los fallecimientos. Las siguientes causas más comunes, ambas responsables de un 15% de los decesos aproximadamente, fueron los aplastamientos o amputaciones, y los accidentes de tráfico. Las actividades que registraron más fallecimientos fueron el transporte y almacenamiento (118), la construcción especializada (70), el comercio y reparación de vehículos (65), y aquellas relacionadas con agricultura, ganadería y caza (60). 

La incidencia de accidentes de trabajo fue casi el doble en hombres que en mujeres. Cuanto más graves son los accidentes, mayor es la diferencia. La mortalidad fue 13 veces superior en hombres.

El sector de actividad con mayor incidencia de accidentes laborales fue la construcción, con una tasa del 6%

Los accidentes fueron bastante más frecuentes entre los trabajadores jóvenes. En la franja de 16 a 19 años, la tasa de siniestralidad fue del 4,9% y entre aquellos de 20 a 24 años, del 4%. La siniestralidad es mayor a esas edades tanto para hombres como para mujeres, sin embargo, en edades más avanzadas se observa una diferencia. Mientras que en hombres la tasa experimenta un descenso a partir de los 45 años, en las mujeres aumenta, de manera que esta afecta de forma más similar a ambos géneros en el tramo final de la vida laboral.  

Por otro lado, la mortalidad aumenta de forma considerable a partir de los 50 años, especialmente en hombres.

El sector de actividad con mayor incidencia de accidentes laborales fue la construcción, un sector masculinizado, con una tasa del 6%. La industria y la agricultura se sitúan en torno al 4%. En el sector servicios la tasa es del 2%.

Sin embargo, cabe decir que, aunque su tasa de accidentes sea inferior a la media, en términos absolutos el sector servicios es el que registra el mayor número de muertes. Esto se debe a que incluye actividades como el transporte y almacenamiento, que es la que más fallecimientos causó el año pasado (118).

En cuanto a las divisiones de actividad económica, una clasificación más detallada, cabe destacar que las “actividades relacionadas con el empleo” son el grupo con mayor incidencia de accidentes en hombres y el segundo mayor en mujeres, con unas tasas muy por encima de la media (10,3% en hombres y 5,6% en mujeres). ¿Qué incluye esta categoría? Fundamentalmente, la actividad de las empresas de trabajo temporal. 

De hecho, la siniestralidad en trabajadores temporales fue del 4,7% en 2022, mientras que en trabajadores con contrato indefinido solo llegó al 3%.

Otras divisiones con alta siniestralidad para los hombres fueron la silvicultura y explotación forestal, la fabricación de metales, la ingeniería civil y la construcción de edificios. En mujeres, destaca la asistencia en establecimientos residenciales, que con un 5,2% de incidencia, es la tercera actividad con mayor siniestralidad para ellas. La primera es la recogida, tratamiento y eliminación de residuos, con una tasa del 5,6%. Esta actividad también registra altas tasas de accidentes en hombres. Lo mismo ocurre con las actividades postales y de correos, que muestran una tasa significativa de accidentes sufridos por trabajadores de ambos géneros.