Mahmoud Mushtaha / Periodista en Gaza
“En Gaza ya no hay vida ni hay sueños. Pero no nos iremos de aquí”
Miguel Mora 6/11/2023
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Esta es seguramente una de las entrevistas peores y más tristes que he hecho, entre las cientos que habré escrito en 33 años de profesión. La entrevista es mi género favorito, y rara vez me ha pasado quedarme en blanco, no saber qué preguntar o cómo preguntarlo, ni pasar un par de minutos pensando si no sería mejor no seguir preguntando. Esta es la segunda o tercera entrevista que hago por whatsapp, y además es en inglés, lo que no facilita la fluidez. Pero no es el idioma ni la herramienta lo que falla. El problema es que cada pregunta que se me ocurre hacerle a Mahmoud Mushtaha, periodista de 23 años, nacido y residente en Gaza, parece carecer casi por completo de sentido. Primero, porque es imposible imaginarse la situación que está viviendo y ponerse en su lugar. Segundo, porque no hay forma de bromear, quitar hierro a una frase o animarle a que cuente más. Tercero, la cobertura es pésima. Cuarto, Mahmoud está trabajando para CTXT desde Gaza, y es jodido separar lo profesional de lo personal; de repente me manda por el chat un párrafo para una crónica, un vídeo de una matanza de niños, un aviso de que van a cortar internet... El diálogo empieza así:
¿Cómo estás, Mahmoud?
Bueno, nadie está bien aquí. En Gaza ya no hay vida, no hay sueños, no hay futuro y no hay amor. Cada noche me pregunto cómo nos está pasando esto. Yo amo la vida, necesito sentirme seguro con mi familia y con la gente que quiero. Simplemente, querría poder cumplir mis pasiones, casarme con mi novia, ver qué hay fuera de Gaza… Todavía no he podido viajar”.
Tras un largo silencio, tecleo:
Cuando todo esto acabe, te invitaremos a venir a España con tu familia.
Si todavía estamos vivos, iremos.
¿Tenéis niños pequeños? ¿Cuántos sois?
Tenemos tres, el hijo de mi hermano, y cinco hermanos y una hermana.
¿Hay comida y agua?
Hoy (el día 4) las panaderías en mi área están cerradas. Veremos qué podemos hacer. Pero lo peor es el agua, los niños la necesitan, es muy complicado que aguanten sin agua. No puedo describirte cómo es la vida en Gaza. Lo único que puedo decir es que espero que este dolor acabe pronto.
Qué locura… ¿Y tienes casco y chaleco?
¡Esperamos sobrevivir! Casco y chaleco tengo, pero es difícil trabajar con eso encima.
¿Vuestra casa está bien?
No lo sé. Es imposible moverse bajo los continuos ataques así que no puedo acercarme a comprobar. Nos refugiamos aquí [cerca de un hospital] para tratar de encontrar un lugar seguro. Yo nací y crecí en Gaza. He vivido cinco guerras y varios ataques de Israel sobre la Franja. Pero nunca he visto antes nada peor ni condiciones más difíciles que las que estamos viviendo ahora. Tengo la sensación de que voy a morir cada vez que oigo un avión israelí.
En ese momento, Mahmoud se queda sin línea de móvil. La conversación continúa al día siguiente.
Hay movimientos en la ONU, pero a Israel no le importa, porque EEUU apoya que Israel cometa masacres
¿Leíste la carta del alto funcionario de la ONU que ha dimitido?
Sí, parece que hay movimientos en la ONU, pero a Israel no le importa, porque Estados Unidos apoya que Israel cometa masacres y viole el derecho internacional. Estamos cansados, ya no podemos soportar tanto dolor. Y, por desgracia, no hay movimientos en los países árabes. Fíjate que han convocado una cumbre para el 10 de noviembre. Para esa fecha, la cifra de muertos se habrá duplicado.
¿Viste que se ha filtrado que Netanyahu tiene un plan para expulsar a los gazatíes al desierto del Sinaí?
No nos iremos, no nos moveremos.
¿Sabes si hay presiones en Gaza sobre Hamás para que libere a los rehenes secuestrados?
Se dice que han querido liberar a los que tienen nacionalidades europeas pero que Netanyahu se negó a aceptarlos. Pero creo que hay presiones, sí.
La comunicación se corta otra vez el domingo 5 a las 11.30 horas. Israel ha decretado un nuevo apagón, y la noche del domingo al lunes se han registrado los peores bombardeos del mes.
Antes de quedarse sin internet, el joven reportero ha enviado un vídeo terrible, que muestra a tres hombres gritando y llorando abrazados; sus hijos acaban de morir bajo las bombas, y unos vecinos meten los cuerpos en un camión refrigerado.
‼️ADVERTIMOS DE QUE ESTE VÍDEO CONTIENE IMÁGENES MUY DURAS
— CTXT (@ctxt_es) November 5, 2023
🎥 Nuestro colaborador en #Gaza Mahmoud @MushtahaW nos envía estas imágenes de esta misma mañana en Ciudad de Gaza. Varias personas introducen los cuerpos de niños asesinados en un camión.
Un niño es asesinado en Gaza… pic.twitter.com/qDSRrlg2uq
En la redacción de CTXT discutimos si debíamos publicar ese brutal testimonio de la rutina letal e inhumana que está viviendo Gaza. Acabamos decidiendo dar las imágenes en redes sociales, advirtiendo de su dureza extrema.
El dilema profesional ante las bombas siempre es complicado: a veces la crudeza se parece demasiado al morbo, y no es fácil elegir qué, dónde, cuándo, por qué y cómo se debe mostrar o no. Pero en este conflicto en concreto es un poco más fácil decidir. Como saben, Israel no quiere testigos de sus matanzas en Gaza. En un mes, el ejército ha asesinado ya a una treintena de periodistas palestinos y a incontables hijos y familiares de esos y de otros reporteros; ha cortado tres veces las comunicaciones para que no haya imágenes; y sigue sin dejar entrar a Gaza a la prensa occidental. En este momento, los 2.200 periodistas extranjeros acreditados ante el Gobierno de Tel-Aviv informan del conflicto solamente desde Israel.
La ironía es que no parece que los medios que pueden permitirse enviar periodistas a la zona estén protestando ni quejándose demasiado. Todos tienen la alternativa que ha encontrado CTXT: contratar a alguno de los muchos y estupendos informadores palestinos que viven en Gaza. Pero tampoco lo hacen. ¿Quizá no tienen presupuesto las corporaciones mediáticas occidentales? Más bien se diría que no quieren enseñar al mundo lo que está pasando.
Esto explica por qué decidimos publicar ese vídeo imposible de mirar. Porque poquísimos medios mundiales están documentando el horror. Porque solo las cuentas de la ONU, algunos periodistas dignos de ese nombre y algunas organizaciones de derechos humanos lo hacen en redes sociales. Porque en Ucrania cientos de medios nos han enseñado en vivo y en directo docenas de atrocidades de Putin (algunas atribuidas a Rusia por error, dicho sea de paso) y en Gaza los grandes medios han optado por una toma de partido, una autocensura y una asepsia indecentes. Dos o tres casos cercanos: El País tardó horas en informar del bombardeo a las ambulancias que transportaban heridos y niños. La Vanguardia lo hizo más deprisa, pero atribuyendo la noticia a Hamás en el titular. TVE nos deleitó con una tierna historia de una niña israelí que ha quedado traumatizada porque un cohete de Hamás ha matado a su hámster.
En CTXT tratamos de hacer otra cosa. Cubrir sobre el terreno el asedio y las masacres de Israel. Gracias a las donaciones de 500 personas hemos incorporado a Mahmoud Mushtaha y a su amigo Mohammed Zaanoun, un fotógrafo nacido y criado, como Mahmoud, en la Franja de Gaza.
Tras un mes bajo las bombas, y por asombroso que parezca, estos dos jóvenes que apenas tienen comida y agua, mantienen la calma, la lucidez y la valentía necesarias para seguir informando desde el campo de concentración y muerte que es en este momento Gaza. Esto está sucediendo seguramente por primera vez en la historia. Mahmoud ha enviado ya varias crónicas. Y el viernes pasado, Mohammed Zaanoun logró mandarnos sus primeras fotos desde el desbordado hospital Al-Shifa. La dureza de las imágenes era, otra vez, tan insoportable, que decidimos publicar solo esta:
Mahmoud, Mohammed y algunas docenas más de periodistas locales se están jugando la vida para contarle al mundo el miedo, el hambre y el dolor que sufren los gazatíes, pero también la solidaridad, la red colectiva de resistencia de este pueblo originario al que Israel ha señalado como “animales humanos” después de que Hamás infligiera al Estado sionista el mayor número de asesinados desde el Holcausto. Las víctimas directas de esas dos máquinas de matar son, hasta ahora, 12.000 civiles, incluidos 1.300 israelíes. 5.000 son niños.
Los gazatíes bien informados, como Mahmoud, creen que el asedio y el genocidio continuarán, y que nunca nada volverá a ser lo mismo en Gaza. Hace unos días, Mahmoud me pidió que no dejemos de contar lo que pasa. Sabe bien que una de las claves para que este espanto acabe alguna vez es que las sociedades occidentales conozcan de primera mano los crímenes que está cometiendo Netanhayu en nombre de la biblia.
Es importante romper ese círculo perverso de muerte, ocupación, desinformación, propaganda al servicio del poder y crónicas elaboradas con comunicados castrenses y declaraciones oficiales. Y por eso creo que es crucial que los medios libres e independientes, aquellos que no sufrimos más presiones ni censura que las de la precariedad, podamos quebrar ese bloqueo, rebelarnos contra el apagón informativo, meter la nariz y los ojos donde los asesinos de niños no quieren que husmeemos y miremos.
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Muchas gracias.
¡Salud y libertad!
Miguel Mora.
Esta es seguramente una de las entrevistas peores y más tristes que he hecho, entre las cientos que habré escrito en 33 años de profesión. La entrevista es mi género favorito, y rara vez me ha pasado quedarme en blanco, no saber qué preguntar o cómo preguntarlo, ni pasar un par de minutos pensando si no sería...
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Miguel Mora
es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).
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