AVANCES
Medallas en igualdad
El Gobierno equipara los premios económicos de los deportistas paralímpicos y olímpicos. La medida se hará efectiva en los Juegos de París
Ricardo Uribarri 10/04/2024
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Los deportistas paralímpicos españoles están de enhorabuena. No es para menos, cuando han visto cumplida una de sus reivindicaciones: conseguir la misma recompensa económica que sus homólogos olímpicos por lograr una medalla en los Juegos. De esta forma, todos los deportistas con alguna discapacidad que se suban al podio en la edición de París recibirán un trato equivalente por parte de la administración pública y las organizaciones deportivas a la hora de premiar monetariamente su dedicación, su esfuerzo y su éxito. La decisión que anunció hace unos días la ministra de Educación, Formación Profesional y Cultura, Pilar Alegría, supone un paso importante en el camino hacia la igualdad entre el deporte olímpico y paralímpico, que empezó hace años con unas circunstancias radicalmente opuestas a las actuales.
Desde los pasados Juegos de Tokio, celebrados en 2021, el Gobierno contribuye a costear las cantidades que reciben los deportistas por ganar una presea a través del Consejo Superior de Deportes (CSD). Antes de esa última edición, la financiación recaía únicamente en el Comité Paralímpico y en las empresas que forman parte del Plan ADOP (Plan de Apoyo al Deporte Paralímpico). La participación del Ejecutivo ya permitió mejorar sustancialmente los premios en la última edición, pasando de cobrar 30.000 euros en Río 2016 por una medalla de oro a 70.000 euros en la capital japonesa. Pero ahora se va más allá y los paralímpicos de deportes individuales que suban a lo más alto del cajón en París ganarán 94.000 euros. Una medalla de plata supondrá recibir 48.000 euros y el bronce estará valorado en 30.000, cifras idénticas a las que obtendrán los deportistas olímpicos por colgarse un metal. En cuanto a las competiciones por parejas, el oro se pagará a 75.000 para cada uno, la plata a 37.000 euros y el bronce a 25.000. Y en lo que hace referencia a los deportes por equipos, cada componente recibirá 50.000 euros por el oro, 29.000 euros por la plata y 18.000 euros por el bronce.
La medida, que fue calificada por la ministra en su presentación como “pionera y justa, con un alto contenido simbólico, pero que está cargada de efectos prácticos”, puede suponer un aumento en la dotación presupuestaria de alrededor de los 850.000 euros, si tenemos en cuenta las medallas conseguidas en Tokio por los paralímpicos, entre los que se incluyen deportistas con discapacidad física, intelectual y visual, aunque lógicamente habrá que esperar a saber el número de metales obtenidos en la cita parisina para saber la cantidad exacta. Con esta decisión, España se iguala a países como Bélgica, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, que ya habían equiparado con anterioridad los premios económicos que reciben tanto los deportistas olímpicos como paralímpicos.
Hay que recordar que hasta los Juegos de Pekín en 2008, los deportistas con discapacidad no recibían ninguna cantidad económica cuando ganaban una medalla en los Juegos Paralímpicos. Bien lo sabe uno de nuestros representantes más destacados en la historia del certamen, el atleta David Casinos, que se quedó ciego a los 25 años por culpa de una retinopatía diabética, lo que hizo que derivara su afición por el atletismo hacia el deporte paralímpico. Ganó cuatro medallas paralímpicas de oro, tres de ellas en lanzamiento de peso y una en lanzamiento de disco, además de un bronce en disco, entre las ediciones de Sídney 2000 y Río 2016. Casinos, que fue el abanderado de la delegación española en 2008, valora la iniciativa como “algo soñado durante muchísimos años” en conversación con CTXT. “Era lo justo. Nosotros somos deportistas, luchamos por lo mismo, llevamos la misma camiseta, peleamos por ese mismo segundo y ese mismo centímetro. Lo único que nos diferencia es que yo tengo debajo de la mesa a mi perro guía y que otro compañero va en silla de ruedas, pero el esfuerzo titánico es el mismo. Es la misma realidad. Es un momento de mucha felicidad y me alegro por muchos compañeros que están viviendo estos momentos”.
El Comité Paralímpico Español se constituyó en 1995 y hasta 2005 no entró en vigor el Plan ADOP, por lo que fue en la edición de 2008, en Pekín, cuando Casinos pudo por fin recibir una cantidad económica por ganar una medalla, que en ese momento era ya su tercer oro. “No me acuerdo muy bien, pero creo que me dieron unos 20.000 euros por haber quedado primero. En los Juegos anteriores, la única contraprestación que recibíamos era que nos recibiera el rey y el presidente del Gobierno de turno. Pero ni un euro de premio. Éramos igual de españoles y pagábamos nuestros impuestos. Sin embargo, no teníamos ese reconocimiento. Cuando recibí aquel primer dinero por una medalla fue algo muy importante, sobre todo porque empezábamos a alcanzar lo que merece cualquier persona cuando hace un trabajo. Por suerte ha cambiado mucho todo. Y no solo en el aspecto económico. A nosotros nos daban menos material de ropa deportiva que a los olímpicos, lo cual ya clamaba al cielo. Me queda la satisfacción de que el esfuerzo, la lucha que emprendimos entonces, nos haya llevado a la situación actual. Simplemente queríamos ser tratados como lo que éramos, deportistas, que es como nos sentimos”.
Los avances en el deporte paralímpico no han venido solo de la mano de equiparar los premios por medallas con los olímpicos. Casinos destaca el hecho de que “hubo un momento en que yo me convertí en deportista profesional y como tal tenía que cotizar mi seguridad social. Pues me la costeaba yo. Otros muchos deportistas no lo hicieron y eso supone un problema a la hora de jubilarse. Ahora esa cotización está cubierta por el Gobierno. Así que fíjate el cambio: cobras una beca que te permite entrenar con dedicación exclusiva, cotizas sin tener que pagarlo tú, recibes el mismo premio por una medalla que un deportista olímpico y tienes un seguro médico que te lo costea el Comité Paralímpico. Lo único que puedo decir es que el momento actual me parece extraordinario y que es lo que hubiéramos deseado yo y otros compañeros en aquel momento, en el que nos sentíamos muy solos”.
Otro de los aspectos en los que Casinos ha notado un gran avance es en la visibilidad que tiene actualmente el deportista paralímpico respecto a épocas pasadas. “El deporte paralímpico ha ganado en reconocimiento por parte de la sociedad y su eco en los medios es mayor. Yo venía de ganar una medalla y la gente me conocía porque tenía mi quiosco de vender cupones de la ONCE. Poca gente se enteraba del logro que había alcanzado y los que lo hacían se quedaban sorprendidos de que tu medalla no valiera lo mismo que la de un deportista olímpico”.
Durante muchos años, los deportistas paralímpicos no pudieron disfrutar de los Centros de Alto Rendimiento (CAR) para concentrarse y entrenar y tenían que utilizar edificios que no tenían ninguna relación con el deporte, como cuarteles o centros de reforma de menores. Casinos si tuvo la suerte de pisar un CAR unos cuantos años después de empezar su carrera deportiva, pero antes, con los recursos limitados que tenía la Federación de Deportes para Ciegos, viajaban por España de forma itinerante buscando lugares en los que poder entrenar de la mejor forma posible.
Casinos reconoce sentir “un poco de envidia de los avances que pueden disfrutar ahora los deportistas paralímpicos. Veo el panorama actual y digo ‘madre mía’, la de recursos que tienen a su disposición. Es una situación por la que muchos compañeros hemos peleado, hablando con políticos, reclamando mejoras en cualquier foro, en las redes sociales…La realidad es que me habría venido muy bien el dinero que habría ganado con los premios actuales con mi palmarés. Tener un colchón económico ayuda para tu retirada”.
Una vez conseguidas muchas mejoras y la equiparación en varios aspectos respecto a los deportistas olímpicos, cabe preguntarse cuál sería el siguiente paso, qué queda por perseguir en el camino de los paralímpicos. Quizá aumentar el dinero de las becas del Plan ADOP para la preparación, que en este ciclo olímpico es de 19 millones, aunque también reciben una parte de los 48 millones que el Gobierno aporta entre 2002 y 2024. Estos fondos proceden de los ingresos obtenidos de la comercialización de derechos audiovisuales del fútbol profesional, a través del programa Team España Elite, que viene a complementar un plan ADO olímpico que ha ido a menos.
Casinos prefiere poner el foco en un aspecto que considera fundamental: “Es importante que aparezcan nuevas figuras en el equipo paralímpico, que los jóvenes puedan seguir creciendo y que se produzca un cambio generacional, que es complejo, porque no todo el mundo ya quiere hacer deporte o porque el nivel es tan alto que lo ven complicado y piensan que no es para ellos. Y eso se producirá cuando el deporte paralímpico sea también ese lugar en el que los padres que tienen hijos con discapacidad vean que el deporte les puede ayudar, que les puede dar oportunidades de vida y que posteriormente puedan llegar a competir”.
Los deportistas paralímpicos españoles están de enhorabuena. No es para menos, cuando han visto cumplida una de sus reivindicaciones: conseguir la misma recompensa económica que sus homólogos olímpicos por lograr una medalla en los Juegos. De esta forma, todos los deportistas con alguna discapacidad...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí