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Se esperaba mucho de un partido en el que había en juego tres puntos fundamentales en la lucha que Atleti y Athletic mantienen entre ellos por alcanzar una plaza para jugar la Champions de la próxima temporada. Pero la cita no estuvo a la altura de las expectativas. De hecho, estuvo bastante alejada de lo deseable en distintos ámbitos. Ganó el que fue más contundente en las áreas, pero la actuación de unos y otros no pasará a la historia por la brillantez de su juego. Por desgracia, lo que más se recordará del encuentro fue el triste episodio que sufrió Nico Williams, al que varios impresentables le dedicaron expresiones racistas que dejaron un regusto general muy amargo.
Y eso que la noche empezó llena de emociones, con el homenaje al excolchonero Raúl García, en las filas vascas desde hace años, con motivo del reciente anuncio de su próxima retirada y con el minuto de silencio por el fallecimiento del padre de Fernando Torres. Los dos equipos encaraban el choque con la necesidad de lograr la victoria, los del Metropolitano para ampliar la ventaja en la clasificación a seis puntos y acercarse al objetivo de quedar entre los cuatro primeros y los de San Mamés porque si conseguían el triunfo adelantaban a su rival. El que esperara que eso nos llevara a un ritmo alto de juego y a un estilo alegre y ofensivo, se equivocaba.
Ganó el más contundente en las áreas, pero la actuación de unos y otros no pasará a la historia por la brillantez de su juego
Lo que nos encontramos fue un Atleti que, escarmentado por lo sucedido en los duelos anteriores entre ambos en la presente campaña, saldados con tres victorias bilbaínas, no tuvo reparos en replegar filas, entregar el balón al rival, intentar no dejar huecos a los hermanos Williams para que corrieran y esperar una oportunidad a la contra. Enfrente compareció un Athletic que desde que se proclamó campeón de Copa parece haber perdido algo de chispa y frescura. En los locales llamaba la atención la posición de Llorente, situado como interior izquierdo, una de las pocas que le quedaban por probar este curso. En el bando visitante, Valverde solventó las bajas de sus laterales titulares colocando al habitual suplente Lekue en la izquierda y al central Vivian en la derecha.
Quizá por el hecho de que los visitantes no contaban con sus jugadores habituales de banda, el Atleti buscó percutir por esos carriles cuando le tocaba proponer, repitiendo varios pases en largo cruzados que buscaban a Lino y Nahuel para intentar sorprender a la defensa, pero con poco éxito. En el otro lado, siempre que los locales dejaban un mínimo resquicio, se buscaba un balón a la espalda, principalmente de Lino, que tuvo algunos problemas en el repliegue. En uno de ellos, Iñaki Williams remató de volea y el balón se marchó por encima del larguero.
Era el minuto 15 y el Atleti no se había acercado con peligro a la portería rival. Fue entonces cuando Llorente metió un centro al área que despejó de cabeza Lekue. El balón le llegó en la frontal a De Paul que tras controlar lanzó un disparo desde la media luna que desvió Ruiz de Galarreta, despistando a su portero, Unai Simón, y favoreciendo que llegara al fondo de la red. Los locales habían encontrado el gol antes de merecerlo aprovechando un lance afortunado, pero lo cierto es que el partido parecía estar más donde quería Simeone que Valverde.
El cambio en el marcador no cambió el plan de partido. Si cabe lo acentuó más. El Atleti quería conservar el botín que tenía y el Athletic no sabía muy bien qué hacer con el balón, aunque Sancet rondó el empate con un remate en el área grande que se fue cerca del poste tras una dejada de Guruzeta. Y entonces llegó el bochorno. Iba Nico Williams a lanzar un saque de esquina cuando escuchó desde la grada algunos gritos de corte racista. Él mismo reconoció posteriormente que fueron unos pocos, pero da igual, con que sea uno es un hecho lamentable. Avisó de lo que estaba pasando al árbitro, que pidió que se diera el aviso por megafonía de que no se repitieran, al mismo tiempo que varios jugadores atléticos se acercaban a apoyarle.
El partido nos tenía reservado un giro de guion justo antes del descanso. Salió el Atleti a la contra y el balón le llegó a Griezmann, que prefirió enfriar la jugada, darse la vuelta y dar un pase atrás, pero su envío con la derecha fue defectuoso y en vez de encontrar a un compañero fue a parar a Iñaki Williams con la defensa local en minoría y mal situada. Iñaki abrió a su derecha para Guruzeta, que cruzó un pase al centro del área grande entre las piernas de Giménez para que recibiera solo Nico Williams, que hizo el empate. Su celebración tocándose la piel de su brazo tenía una clara dedicatoria. El error de Griezmann culminaba una primera parte del francés en la que había pasado desapercibido. Por desgracia para su equipo, su nivel ha bajado muchos puntos en las últimas semanas. La lesión de tobillo que sufrió y su estado físico pueden ser la causa. Por cierto, ya son 13 los partidos consecutivos en los que encaja gol el Atleti. Una sangría sin fin.
La segunda parte arrancó sin cambios y con el mismo plan de partido en ambos. Sin embargo, entre tanta espesura apareció la luz. Correa se esforzó para recuperar un balón en medio campo que tras pasar por Llorente acabó en Koke, situado en la mitad del círculo central del campo visitante. Desde ahí vio el desmarque de Correa poniéndole un pase medido por encima de la defensa que recogió el delantero argentino con un gran control y delante del portero decidió escorarse a su izquierda para hacerse hueco y marcar con el pie izquierdo. Era el minuto 53 y el Atleti volvía a ponerse por delante.
Desde ese momento el partido fue un quiero y no puedo de un Athletic muy plano que apenas inquietó a Oblak. Su único recurso fueron centros al área que no encontraron rematador. Al Atleti se le podrá reprochar que pusiera el modo reservón y que dejara de mirar la portería contraria durante muchos minutos. En su haber está el gran trabajo defensivo realizado, pleno de derroche, concentración y compromiso, que dejó seco en ataque a un equipo tan peligroso como el bilbaíno. Ni siquiera los cambios de Valverde, que retiró de golpe a Yeray, Sancet y Guruzeta para meter a Berenguer, Herrera y Muniain surtieron efecto. Ni tampoco la posterior incorporación de Vesga por un renqueante Galarreta. Simeone decidió quitar al cuestionado Nahuel para meter a Riquelme, lo que llevó al multiusos Llorente al lateral derecho, en la tercera posición que ocupaba en el encuentro tras pasar por el interior zurdo y el diestro, y poco después a Correa por Barrios.
El triunfo permite ver con cierto optimismo la recta final de la Liga a los de Simeone
Que el Atleti podía hacer algo más que limitarse a conservar el marcador lo demostró en la jugada del tercer gol cuando combinó desde atrás a la perfección, haciendo que el balón llegara cerca de la línea de banda a De Paul, que dejó atrás a su marcador y cambió el juego de banda. En la izquierda apareció Hermoso que avanzó y cedió a Lino, que entró por el lateral del área, se hizo hueco ante un defensa y soltó un duro disparo raso que tras tocar en el poste y rebotar en la mano de Unai se metió en la portería. Era el 3-1 definitivo en el minuto 79 que además igualaba el goal-average particular entre ambos en el presente campeonato. Cuatro disparos a puerta hubo en el partido y los cuatro fueron goles. Aún tuvo el brasileño la opción de ampliar la ventaja en la única gran acción de Griezmann en el choque, que le dejó solo en el área, pero se entretuvo y cuando disparó ya había llegado un defensa para despejar el balón.
El triunfo permite ver con cierto optimismo la recta final de la Liga a los de Simeone, que siguen demostrando que en casa son un equipo muy fiable. Son seis puntos los que tiene de ventaja con 15 partidos por jugarse, pero viendo su rendimiento a domicilio convendría que no se fiaran. Veremos si el Athletic aún cree en sus opciones y le aprieta o mantiene su batería en reserva en las próximas jornadas.
Se esperaba mucho de un partido en el que había en juego tres puntos fundamentales en la lucha que Atleti y Athletic mantienen entre ellos por alcanzar una plaza para jugar la Champions de la próxima temporada. Pero la cita no estuvo a la altura de las expectativas. De hecho, estuvo bastante alejada de lo...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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