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MÚSICA

Pop y folclore, cuando no todo el monte es flamenco

10 nombres de la música pop que reivindica sus raíces

Manolo Domínguez 8/05/2024

<p>Rodrigo Cuevas. / <strong>Ricardo Villoria</strong></p>

Rodrigo Cuevas. / Ricardo Villoria

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La explosión surgida en nuestro país a partir de la fusión del flamenco con otros géneros es más que evidente (y celebrable), pero no todo el folclore ibérico proviene del cante jondo. Hay muchos artistas que están haciendo vanguardia desde otras músicas de raíz, dando lugar a un espacio común tan interesante como innovador, que podríamos acotar como el nuevo folclore del siglo XXI. 

Históricamente hemos vivido en España bajo la hegemonía del flamenco como sinónimo de lo que representa la música popular. Y no podemos decir que no siga siendo así. Incluso se podría considerar que estamos ante un repunte, esencialmente enfocado en la hibridación con otras músicas o géneros más de moda. Basta citar a Rosalía como máximo exponente, pero también a María José Llergo, la experimentación de nuevas figuras del cante como Rocío Márquez o Israel Fernández y las nuevas hornadas que han crecido empapados de músicas diversas, generando nuevos géneros que nacen ya mestizos. La Plazuela, Pepe y Vizio, Dellafuente, Maka, Califato ¾ o Derby’s Motoreta Burrito Cachimba están rompiendo unas barreras culturales que son de todo menos inmóviles. 

Y también ese underground de las redes, que no necesita de grandes multinacionales rondándole, donde nos encontramos con una escena muy particular, alejada de los circuitos generalistas, que se impone desde lo latino y construye el “reguetón flamenco”, un sonido que nace desde abajo para cubrir las necesidades de diversión de unas nuevas generaciones que han crecido con Camarón y Bad Bunny en la guantera del coche o el altavoz del móvil. De ahí llega, por ejemplo, el trabajo de Dagrama Producciones (Negro Jari, La Cebolla, El Popo), que ha sintonizado desde las 3000 viviendas en Sevilla con un público acostumbrado al ostracismo de los circuitos comerciales.

Pero no todo es flamenco en nuestro país, ni en la península. Y muchos artistas, esencialmente de fuera de Andalucía, están queriendo reivindicar, de manera más o menos intencionada, toda esta diversidad cultural, bastardizándola, en el mejor sentido de la palabra, con sonidos mucho más actuales. Y, fruto de esta eclosión, surge la presente selección, musical y geográfica, de nombres que están partiendo de sus raíces para generar algo nuevo o, al menos, para situarlas en un contexto más actual. 

Con ella no se intenta buscar una representación pura del folclore, sino mostrar aquello que el músico Rodrigo Cuevas definía perfectamente en alguna de sus entrevistas como música pop que reivindica sus raíces. En total, diez nombres que nos van a servir para hacer un repaso, incompleto pero ejemplificador, de un rebrote de la música popular de nuestra península tanto de España como de Portugal, gran olvidada casi siempre y donde también tenemos una escena interesantísima de artistas que están innovando en este sentido. Canciones y discos para un público que puede llegar desde otros ámbitos, pero con la suficiente inquietud para no olvidar cuál es su procedencia y abrirse a estos sonidos.

Baiuca. Meigas en la pista de baile.

Alex Casanova abandonaba en 2017 su proyecto de synthpop ochentero, con el que publicó el álbum Antagonasia en 2014, y se entregaba a la revisión de los sonidos tradicionales galegos, vistiéndolos con un manto de electrónica que rápidamente trascendieron lo local para convertirse, ya como Baiuca, en un asiduo de festivales y conciertos por todo el país. Desde entonces, avanza firme en su revisión tan particular del folclore, cuyas trazas se han podido encontrar en multitud de nuevos artistas surgidos bajo su influencia. Este año incluso ha ampliado fronteras con su último single, Alentejo, que establece unas conexiones con la vecina Portugal mucho menos habituales de lo deseable.

Disco recomendado: Solpor | 2017 | Raso Estudio

El primer álbum de Baiuca recuperaba algunos de los singles previos y los completaba en un disco referente del nuevo pop de raíces locales, orientándolo inequívocamente a la pista de baile. No sería justo indicar que se trate de un precursor en Galicia (más que recomendable, por ejemplo, el trabajo de Mercedes Peón, absoluta transgresora y omnipresente en la escena gallega) pero sí que se acercó a un escenario poco visitado y le ofreció una nueva perspectiva, más accesible y comercial. 

Solpor fue el primer gran paso de la carrera de Baiuca, donde nos mostró que podían convivir sin problemas instrumentos autóctonos como las cunchas, flautas o gaitas con la electrónica más actual. 

Rodrigo Cuevas. Transformista, supremacista y cabaretera

“Soy transformista supremacista y hago de mi vida un cabaret. Si está amargado, contracturado, pues hágaselo mirar usted”. Así contestaba Rodrigo Cuevas al medio que intentaba, con esa descripción caricaturesca del músico asturiano, desprestigiar a uno de los músicos más inteligentes y atrevidos de nuestro país. Porque Rodrigo, desde Piloña, donde vive, lleva años reivindicando su Asturias natal, su gente, su cultura, su idioma y una forma de vivir que se aleja de lo global y se aferra a lo rural. 

Y en la citada Piloña es donde demuestra ese activismo no impostado, embarcándose, por ejemplo, en La Benéfica, el proyecto cultural que se ha materializado en la reconstrucción de un teatro que llevaba años abandonado, con una programación anual y la culminación con el festival/romería Una señora fiesta, que lleva años celebrándose en julio en Vegarrionda.

Disco recomendado: Manual de cortejo | 2019 | Aris Música

Rodrigo Cuevas ronda a Raül Refree. Y Raül, que no será la última vez que aparezca en esta lista, se deja querer y reviste las canciones, que él le dejó un día en la puerta de casa, de una producción radical y vanguardista. La tonada asturiana, la ronda de robledo, el baile del xiringüelu e incluso la copla jamás se han mostrado tan modernos y actuales. 

Igual que nada emociona como el homenaje a Rambal, el transformista del barrio de Cimavilla, en Rambalín, una balada sobrecogedora en la que se hacen acompañar del Coro Minero de Turón y la voz grabada de La Tarabica, pescadora de Gijón, cuyas palabras son sampleadas en la canción, para agarrarse, aún más, a lo verdaderamente popular, eso que solo es tangible desde el barrio y sus gentes.

Verde Prato. Folk euskaldún desde el fondo de la casa familiar

Verde Prato es el proyecto musical de la también pintora Ana Arsuaga, que en sus dos discos publicados reinventa un nuevo espacio sonoro donde tiene cabida desde la música tradicional vasca al reguetón o el folk americano más introspectivo. Esencialmente en euskera, sus canciones nos desubican formalmente y atrapan en lo musical, porque se encuentran en ese espacio indeterminado donde confluye lo clásico con lo experimental, que descoloca y atrapa. 

Disco recomendado: Kondaira eder hura | 2021 | Plan B

El primer disco de Verde Prato es una obra conceptual, minimalista y extraña. Con él podemos citar la original tradición oral de la música en euskera, remitirnos al neofolk americano o acordarnos del menos es más de los primeros Portishead, sin acertar del todo ni alejarnos excesivamente con ninguna de las comparaciones. Y, sobre todo, hay que celebrar la capacidad de Ana de destacar vocalmente sobre unas programaciones austeras que no exigen protagonismo, pero están siempre en el espacio justo. Desde su arranque hasta que se despide con aires latinos, Kondaira eder hura, en su extraña narrativa, es una obra que perdura resaltando la belleza de lo oscuro.

Chill Mafia. Kaleko kolektiboa.

Probablemente, lo que suena en las fiestas de la cuadrilla de amigos que es Chill Mafia (colectivo multidisciplinar al que pertenecen Ben Yart o Kiliki) no difiera excesivamente de lo que ha escuchado Ana hasta convertirse en Verde Prato. No es casualidad que esta haya versionado el Zu atrapatu arte de Kortatu o que ellos recuerden a Xabier Lete en su primera mixtape. La diferencia entre ambos proyectos es que, donde en uno impera la introspección, aquí triunfan los sonidos urbanos, que inundan las canciones, y las acercan al punk, al trap, al reggae o los ritmos latinos.

 Disco recomendado: Ezorregatik x berpizkundea | 2021 | Oso Polita

Originalmente compartida como mixtape, en esta tercera referencia del colectivo se muestra a la perfección la convivencia de varios universos. Situar este disco dentro de un artículo sobre el folclore dentro del pop actual puede ser demasiado arriesgado, pero ellos mismos son los primeros en confesar que la música tradicional vasca es parte esencial de su aprendizaje, y lo explicitan en la versión del tema de Xabier Lete Gazte arruntaren koplak. El resto, ritmos urbanos para jóvenes con un pie en los jardines del Guggenheim y el otro en el Caserío Landetxo-Doikoa.

Tarta Relena. El dúo de gregoriano progresivo.

Marta Torrella y Helena Ros forman Tarta Relena, el dúo desde el que profundizan en una búsqueda vocal de la tradición que ya aportaron también como coristas de directo en otro nombre propio de la recuperación de la música tradicional, los ya disueltos Maria Arnal i Marcel Bagés. En su música conviven el catalán, sefardí o incluso georgiano, y remite a sonidos de siglos atrás (ellas mismas definieron, imagino que con cierta ironía, su estilo como gregoriano progresivo), en el más retrospectivo de los proyectos de esta selección.

 Disco recomendado: Fiat lux | 2021 | LaCastanya

Fiat lux ahonda el camino ya trazado con sus EPs previos. En Tarta Relena las voces de Marta y Helena lo llenan todo, pero aquí el revestimiento electrónico es aún más concreto e imprescindible, sin fagocitar la esencia del dúo; como tampoco se pierden las referencias populares. Lorca inspira Las Alamedas, la religión como foco artístico del que alimentarse (Nunc aperuit nobis) o la poesía de Safo de Mitilene. Cada detalle del disco se nos muestra como un paso firme en la recuperación histórica para seguir escribiendo el presente.  

Maestro Espada. Música de la huerta electrónica murciana

Otro dúo, en este caso el formado por los hermanos Alejandro y Víctor Hernández, que se traen a espacios electrónicos el folk murciano, mezclando la castañeta, las guitarras y los sintetizadores. Maestro Espada sorprendió con un single hace dos años y, desde entonces, andamos esperando algo más que confirme todas las expectativas creadas. Pero, si sois impacientes, hay registrado un directo en el ciclo Encaja2 del Teatro Jovellanos de Gijón, que confirma que el hype está más que justificado.

 Disco recomendado: Murciana b​/​w Estrellica| 2022 | LaCastanya

Son solo dos canciones, ambas producidas por Raül Fernández, y ya nos tienen completamente entregados. Murciana es una malagueña actualizada con unos sintes que la hacen hit inmediato y Estrellica, más reposada, se sostiene en una pandereta que se aferra al campo murciano. Seguimos esperando el álbum completo con (im)paciencia.

Ruiseñora. Al serano, desde Badajoz al Reina Sofía

Aunque llevaban publicando desde 2016, fue Relente, su minilp de 2019, el que hizo saltar todas las alarmas. Elia y Atilio acercaban Canarias, Extremadura y Madrid (ella es extremeña y él canario, pero se conocieron en Madrid) en Ruiseñora, donde la electrónica inundaba unas canciones de clara presencia popular. Partiendo de unos inicios casi de synthpop progresivo han ido mutando a sonidos más electro, casi de club y, siempre, sin repetirse o estancarse. 

 Disco recomendado: Al serano. Cancionero popular | 2023 | Raso

El departamento de Comunidades del Área de Educación de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía cuenta desde 2019 con un proyecto participativo llamado Equipo1821, donde jóvenes de 18 a 21 años realizan un trabajo artístico con profesores invitados. En 2022, los profesores fueron Elia y Atilio de Ruiseñora y el curso se centró en el folclore. El resultado de esos ocho meses de trabajo es este álbum coral, moderno, contemporáneo y radical, que no podía quedarse en el ámbito privado y ha terminado publicándose, aunque, de momento, solo en streaming, sin formato físico. 

Las composiciones, todas originales y con letras actuales, se han inspirado en la música popular de todo el país, de Canarias a Aragón, y ha sido firmado por Ruiseñora y Al Serano, que no es más que distintivo del colectivo de alumnos del Equipo1821. 

Conan Osiris. Eurofolktrónica.

Cuando el portugués Conan Osiris fue elegido para representar a su país en el Festival de Eurovisión, ya había editado tres álbumes. Pero esa participación (a pesar de no pasar de semifinales) fue la que le dio cierta difusión internacional. Desde entonces, andamos a la espera de una continuación, más allá de algunos temas sueltos, bastantes colaboraciones con otros artistas portugueses (Nuno Ribeiro, Ana Moura, Filipe Sambado, ben yosei…) y su destacada labor como productor. 

Lo que sigue intacta es su desbordante personalidad y fuerza interpretativa, que le convierten en digno heredero de Antonio Variações, otro portugués más que reivindicable, y le sitúa en un plano paralelo al asturiano Rodrigo Cuevas.

Disco recomendado: Adoro bolos | 2017 | Au Sul do Mundo

Adoro Bolos se publicó a finales de 2017, aunque muchos (especialmente fuera de Portugal) lo descubriéramos al año siguiente, tras quedar sorprendidos por su actuación en Eurovisión. En él encontramos rastros de fado, homenajes al desaparecido y adorado Antonio Variações, aires caboverdianos y ritmos actuales de música urbana y hip hop. Trágico y romántico, como un personaje superviviente del siglo XVIII, educado en las callejuelas de la Lisboa más clásica. 

Ana Moura. El fado del siglo 21.

Si queremos comprobar si el fado es un género vivo, Ana Moura es la mejor prueba de ello. La artista de Santarém lleva años siendo la punta de lanza de una evolución que le ha acercado a un público moderno sin dejar de ser una de las mayores intérpretes actuales en su país. Los referentes están en su Portugal natal, pero también llegan desde sus raíces africanas (su abuela Guillerminha nació en Angola) y por una educación musical diversa que le ha llevado a compartir escenario con artistas de la talla de Rolling Stones y a entablar una amistad con Prince, enamorado de su voz, que se mantuvo hasta su fallecimiento (en Casa Guillerminha hay una canción dedicada al músico norteamericano). De todo ello nace la Ana Moura actual, vanguardia portuguesa insuficientemente reivindicada fuera de las fronteras lusófonas.

Disco recomendado: Casa Guillerminha | 2022 | Ana Moura

Sobrevolando entre el barrio de Alfama y la Angola de su abuela Guillerminha, el séptimo álbum de Moura, producido por Pedro da Linha y Pedro Mafama (también músico y pareja de Ana), se recrea en la diversidad cultural que recibió Portugal de las colonias africanas, y lo baña de una electrónica procedente de los ritmos urbanos más reconocibles, que amplía el radio de acción de sus canciones a un público no necesariamente academicista. Así, en Casa Guillerminha conviven, entre otros, el fado de Amália Rodrigues (hay una versión del clásico Estranha forma de vida) y la semba angoleña (maravilloso interludio con Birim Birim) con una producción e imagen visual que transfieren su figura al de estrella del mainstream en Portugal. 

Nídia. Batida e revolução.

¿Podemos considerar la música de Nídia y, por extensión, del sello Príncipe Discos como una revisión del folclore? Sí y no. Porque la escena nacida en los barrios populares y deprimidos de Lisboa (merece la pena ver el documental Lisbon Beat sobre los orígenes del sello discográfico) surgen de la diáspora portuguesa y el flujo migrante que ha permanecido entre ambos, del funaná, del kuduro o del kizomba, que no son más la evolución de los ritmos caboverdianos y angoleños, y se fusiona con la cultura de club para crear algo nuevo que no solo remite a lo anterior como semilla, sino que es también una inspiración conceptual y, probablemente, la mayor vanguardia de este siglo en la música portuguesa. 

Disco recomendado: 95 mindjeres | 2023 | Príncipe Discos

Las raíces genealógicas de Nídia llegan desde Cabo Verde y Guinea-Bissau. Y la lucha feminista por la independencia que tuvieron las mujeres de este último país es la inspiración de 95 mindjeres, el último disco hasta la fecha de la DJ portuguesa. Bajo ese contexto, surge un álbum de electrónica instrumental que se encuentra entre lo más accesible y reseñable de uno de los sellos más vanguardistas de la escena mundial, que trata de situar Lisboa en el mapa como ya lo están Chicago, Detroit o Berlín. Pero, aquí, lo hace sin olvidar los orígenes, respetando todo lo que Portugal se ha empapado culturalmente de los países africanos durante décadas.

La explosión surgida en nuestro país a partir de la fusión del flamenco con otros géneros es más que evidente (y celebrable), pero no todo el folclore ibérico proviene del cante jondo. Hay muchos artistas que están haciendo vanguardia desde otras músicas de raíz, dando lugar a un espacio común tan interesante...

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Autor >

Manolo Domínguez

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