Hasta el inicio de la presente campaña, en la Liga española habían jugado algo más de 10.170 futbolistas en las 92 ediciones disputadas (según datos de cihefe.es). Llegar a ser el tercero con más partidos en la historia del campeonato nos habla del valor y el mérito de Raúl García Escudero, protagonista de una carrera en la élite extendida a lo largo de 20 años que está a punto de poner su epílogo tras anunciar su retirada cuando acabe el presente curso futbolístico. Nunca fue el más dotado técnicamente en los equipos que estuvo. No le hizo falta para ser tan valioso como el que más. A compromiso, profesionalidad, carácter y entrega no le ganó nunca nadie.

Raúl llevaba 817 partidos en el momento de escribir este artículo entre todos los torneos en los que ha competido a nivel profesional. De ellos, 608 han sido en la primera división española, lo que le coloca en el tercer puesto del podio de futbolistas con más encuentros en la Liga, muy cerca de los dos que lideran el ranking, Zubizarreta y Joaquín, ambos con 622. Podía haberlos superado de haber decidido continuar un año más, pero los récords nunca han sido lo más importante para él, sino el sentirse útil para su equipo. “Mi carrera no va a cambiar por haber conseguido 15 o 20 partidos más”, señaló hace unos meses. Al ver que Ernesto Valverde no ha contado esta temporada con él tanto como esperaba y después de notar un cierto cansancio mental, ha decidido colgar las botas a sus 37 años. Haber podido celebrar un título, como la Copa del Rey, conquistada hace unas semanas por su actual club, el Athletic, hacía de este momento el ideal para decir adiós con un buen sabor de boca. 

Pese a no ser un delantero al uso ha conseguido anotar 149 goles entre todas las competiciones

 Pese a no ser un delantero al uso, de hecho ha jugado siempre como centrocampista o segundo punta, ha conseguido anotar 149 goles entre todas las competiciones, de los que 110 han sido en la Liga, además de dar 56 asistencias. Su cifra de goles más alta la alcanzó en la campaña 13-14, cuando logró 17, pero después ha tenido años en los que ha conseguido 15 y 14 dianas. Es el primer jugador nacional que disputa más de 300 partidos oficiales con dos clubes españoles, Atlético de Madrid y Athletic Club. Y deja el fútbol con nueve títulos. Siete con el Atlético: una Liga, una Copa del Rey, dos Europa League, dos Supercopas de Europa y una Supercopa de España; y dos con el Athletic; una Copa del Rey y una Supercopa de España. Internacional sub-19, en siete ocasiones, y sub-21, donde jugó 20 partidos, fue también internacional absoluto en dos encuentros.

Su competitividad y su entrega le han llevado siempre a dar el máximo en los partidos, y ha sido un jugador que entraba duro en los duelos, que cometía faltas, que protestaba a los árbitros y que discutía con los rivales. Esas características le convirtieron en el prototipo de futbolista que adoras si lo tienes en tus filas y al que no soportas si está enfrente. Nunca provocó indiferencia. Todos los que le conocen resaltan su doble personalidad: afable, gran compañero y tranquilo fuera de los campos, y su transformación en los encuentros, donde sentía que tenía que ofrecer esa cara intensa y aguerrida para alcanzar su mejor versión. Obseso del trabajo, ha tenido siempre presente la máxima de que se juega como se entrena. Nunca ha descuidado su condición física y su alimentación, lo que quizá explique las pocas lesiones que ha tenido en su carrera: apenas se ha perdido 36 partidos por problemas físicos en sus 20 años de trayectoria. En 2018 tuvo que hacer frente a un momento delicado cuando fue operado de corazón por una leve arritmia cardiaca, pero se recuperó de forma satisfactoria.

Ese carácter volcánico que muestra cuando juega muta en una persona tímida al quitarse la vestimenta de futbolista, a la que le gusta pasar desapercibido y que disfruta en compañía de su familia y amigos. Uno de los mejores es Sergio Asenjo, el portero palentino con el que coincidió en el Atleti. El destino quiso que Sergio sufriera una grave lesión al caer tras un salto con él en un partido. Raúl siempre ha sido muy maduro, aunque de joven tenía una faceta bromista que ha ido perdiendo con los años. Poco amigo de las redes sociales, apenas enseña cosas de su vida privada. En una entrevista en Goal señaló que “vivimos en una sociedad en la que gusta mucho aparentar. No sé por qué. Una de las cosas que no he entendido nunca es eso de aparentar ser alguien que no eres”. Una de sus aficiones al margen del fútbol y que comparte con su mujer, Inés, y sus dos hijos, son los caballos. En Países Bajos compraron uno, Kalisto, para que pueda competir en carreras.

En la posición de centrocampista empezó a mostrar las cualidades que le han distinguido en su carrera

Nacido en la localidad navarra de Zizur Mayor, Raúl entró en la cantera de Osasuna con 10 años. En la temporada 2004-2005, cuando tenía 18, debutó en el primer equipo de la mano de Javier Aguirre, aunque fue en la campaña siguiente cuando dio el salto definitivo a la primera división. En la posición de centrocampista empezó a mostrar las cualidades que le han distinguido en su carrera: gran despliegue físico, buen desplazamiento en largo del balón, ganador de muchas disputas por alto gracias a su envergadura, poseedor de un potente disparo a puerta con ambas piernas y facilidad para anotar, bien rematando desde segunda línea o en jugadas a balón parado. Con el conjunto osasunista logró una histórica cuarta plaza que daba acceso a jugar la previa de la Champions, aunque, tras caer en la eliminatoria previa, finalmente al año siguiente disputaron la Copa de la UEFA, donde llegaron a semifinales.

En el verano de 2007 fue traspasado al Atlético de Madrid, donde se encontró con el que fue su técnico en Pamplona, Javier Aguirre. En el conjunto colchonero estuvo en dos etapas, una primera de cuatro temporadas, en la que logró la Europa League de 2010 y la Supercopa de Europa y que se interrumpió en 2011 cuando por motivos familiares pidió volver cedido un año a Osasuna. En esa campaña y de la mano de Mendilibar en el banquillo, adelantó unos metros su posición en el campo hasta situarse cerca del punta de referencia, y el resultado fue magnífico: consiguió 11 goles y se convirtió en el máximo goleador del equipo en la Liga.

Al año siguiente volvió al Atleti y Simeone le mantuvo en esa demarcación, aportando un gran rendimiento. Si al final de su primera etapa con los colchoneros había gente a la que no le convencía su juego, e incluso fue pitado en algún partido, en esta segunda andadura la afición supo reconocer su entrega y su compromiso hasta convertirle en uno de los jugadores más queridos. Fueron tres años inolvidables para él, en los que anotó 35 goles, muchos de ellos decisivos para ganar, por ejemplo, la Liga de 2014 o la Supercopa de España de ese mismo año, a las que se sumaron tres títulos más. Es el noveno jugador con más partidos en competiciones europeas en la historia del club.

Con los leones ha completado nueve campañas a gran nivel, con los 15 goles marcados en la Liga 19-20 como punto culmen

Pese a ser un futbolista importante, que participaba en casi todos los encuentros, Raúl no era un titular fijo en el Atleti y ante el interés del Athletic por él, pidió ser traspasado al conjunto vasco en el verano de 2015. Con los leones ha completado nueve campañas a gran nivel, con los 15 goles marcados en la Liga 19-20 como punto culmen, hasta que en esta última su participación ha sido bastante menor. La Supercopa de España en 2021 y la Copa del Rey, obtenida el pasado mes de abril, han sido sus éxitos a nivel colectivo con los bilbaínos. Raúl no podrá ser, por poco, el que más partidos ha disputado en la máxima categoría, pero sí pasa a ser, junto a Joaquín y Miguel Soler, los que más temporadas, 20, han participado en Primera, una más que históricos como Gento o Gaínza.

Raúl no solo ha destacado por sus actuaciones dentro de los terrenos de juego. En varias ocasiones no ha tenido problema en dar su opinión sobre cuestiones que le han valido ganarse el reconocimiento de la gente. Así sucedió cuando hace unos años, en una entrevista en El País, reconoció sentirse encantado de que subieran los impuestos a las personas que más dinero ganan, siendo él uno de los afectados por la medida, porque “hay que ser solidario. La vida no es lo que yo estoy viviendo y entiendo que nos cobren una tasa de solidaridad. Además, quiero que sea así para que todo el mundo pueda tener una vida digna”. También se ha pronunciado de forma clara al lado del aficionado en cuestiones como los precios de las entradas o llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí, y declaró que “por los sueldos y por todo lo que el fútbol mueve económicamente, tienes que buscar ingresos. Entiendo esa parte, pero es que yo tengo muy claro que el fútbol es de la gente. ¿Hasta dónde hay que ceder y que haya personas que quieran ir al fútbol y no puedan porque no puedan pagarlo? Es un poco triste. Hay que buscar un equilibrio. No vale pensar solo en lo económico”.

Jugar en tres equipos y ser un ídolo en los tres no está al alcance de muchos jugadores. Que Raúl García lo haya conseguido habla de sus virtudes dentro y fuera de los terrenos de juego. Veremos qué rumbo toma su vida. En Pamplona, Madrid y Bilbao tiene las puertas abiertas para seguir aportando al fútbol.