La situación de las mujeres en el mercado laboral español está muy lejos de ser igualitaria. De hecho, a pesar del empuje del movimiento feminista, en 2024 se observan ciertos retrocesos importantes en cuestión del reparto equitativo entre hombres y mujeres. Así lo plasma el informe ‘Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos’ de este año, elaborado y publicado por ICSA Grupo y EADA Business School.

Según este estudio, casi nueve de cada diez puestos directivos están ocupados por hombres. Además, cuando hay mujeres a este nivel, su salario anual es, de media, casi diez mil euros inferior al de hombres en cargos similares (83.663€ frente a 93.030€).

Esta brecha retributiva, que supone un 11,2% de diferencia, aumenta hasta el 12,2% en la categoría profesional inmediatamente inferior, la denominada como “Mandos/as” en el informe. Por debajo, las empleadas cobran un 8,9% menos que los empleados.

La huella de la discriminación de género puede observarse con claridad al atender a la cuota de presencia de hombres y mujeres según la categoría profesional. De nuevo, la división propone tres grupos: “Directivos/as”, “Mandos/as” y “Empleados/as”, con una presencia femenina que va creciendo conforme se desciende en la escala de prestigio laboral. Solo hay un 15,6% de mujeres directivas, pero son un 33,9% en la segunda categoría y un 46,3% en la tercera.

La presencia femenina va creciendo conforme se desciende en la escala de prestigio laboral

Uno de los puntos fuertes del informe tiene que ver con el alcance de las gráficas que presenta, cuyos datos se remontan hasta un año clave en la historia reciente del país: 2008. Gracias a esta amplitud temporal, se puede ver que fueron las mujeres quienes recibieron el grueso del impacto de la gran crisis económica en España, y 18 años después siguen acusándolo. La presencia femenina en puestos directivos bajó desde un pobre 19,5% en 2008 hasta la raquítica cifra del 10,3% en 2013. Desde entonces, el crecimiento ha sido más o menos constante y alcanzó el 18,8% en 2021, dato que no ha hecho más que descender en los últimos años hasta el actual 15,6%.

La categoría “Empleados/as” también muestra un peor equilibrio que hace casi dos décadas, cuando se rozaba la paridad absoluta (49,5% de mujeres en 2008, hoy 46,3%), y “Mandos/as” es la única que muestra cierta mejora, desde el 31,7% de 2008 hasta el 33,9% actual.

En un panorama tan negativo, cabe mencionar que la evolución de la brecha salarial sí refleja el éxito del empuje feminista, aunque con unas mejoras del todo insuficientes. Destaca la reducción de la diferencia entre lo que cobran los empleados hombres y las mujeres: en 2008 era de un 15,3% y en 2024 se sitúa en el 8,9%. Las directivas también han reducido su brecha salarial de forma notable si se toman los datos desde el año 2014, cuando se alcanzó el pico del 18,6%, cifra reducida hoy al 11,2%. Sin embargo, en 2008 se situaba en un 11,9%. No es un gran cambio.