Resulta difícil sacar conclusiones en pleno mes de agosto de lo que puede llegar a ser un equipo cuando las plantillas están aún por definir, hay jugadores que salen de las convocatorias minutos antes de que empiecen los partidos por operaciones de mercado, y la atención del aficionado está casi más centrada en los fichajes que en el césped. Pero esto es lo que tiene el fútbol moderno. Compromisos oficiales cuando debían estar jugándose torneos de pretemporada, y muchos jugadores prácticamente encadenando competiciones internacionales con el inicio de sus Ligas. Eso provoca, como vimos en La Cerámica, que las energías duren poco más de 45 minutos. Villarreal y Atleti entretuvieron en la primera parte y se reservaron en la segunda dando por bueno un empate que les dejó medio satisfechos.

Sobre un terreno de juego que parecía seco y con el césped un poco alto, lo que dificultaba que el balón corriera, el Atleti inició el choque con problemas para construir el juego desde atrás ante la presión alta del Villarreal, que tapaba bien a Koke y Barrios. De ahí que los de Simeone empezaran a buscar salida a través de los costados, donde Llorente y Lino aparecían como vías para progresar. El brasileño no estuvo tan desequilibrante como otras veces, aunque tuvo la primera ocasión del encuentro al rematar de cabeza en el área grande un pase largo de Llorente que obligó al portero, Diego Conde, a mandar el balón a córner.

Llorente seguía creando peligro y otro servicio suyo al área lo remató a gol Reinildo, pero el mozambiqueño estaba adelantado y la jugada fue anulada por fuera de juego. Griezmann se movía dando apoyos y criterio al juego aunque sin ser trascendente. Y Sorloth no conseguía participar del juego. El Atleti parecía controlar el juego. Parecía.

Durante casi todo el partido, el portero del Villarreal jugó a retrasar los lanzamientos desde su portería intentando provocar que el conjunto madrileño acusara esa presión y dejara espacios a su espalda. La táctica dio sus frutos en el minuto 17. Diego Conde sacó en largo, sin que nadie fuera a presionarle, y colocó el balón en situación de una pugna mano a mano a la carrera entre Danjuma y Witsel. Por velocidad y a campo abierto, el belga tenía las de perder ante un jugador rápido como es el neerlandés, que llegó antes a controlar la pelota, entró en el área y tras dos quiebros se sacó un disparo raso y cruzado que superó a Oblak.

Apenas 24 segundos después de sacar de centro el Atleti, el marcador volvió a igualarse. Barrios, que fue creciendo según pasaban los minutos, combinó con Griezmann y éste, en su mejor acción del partido, dio un pase de primera para el desmarque de Llorente, que encontró una autopista, entró en el área y viendo que nadie le salía, en vez de pasar conectó esta vez un duro disparo cruzado a más de media altura. Conde no pudo hacer nada.

Con el impulso del gol llegaron unos buenos minutos del Atleti en los que pudo haber dado la vuelta al marcador de haber estado Lino más acertado de cara a portería. El brasileño tuvo el segundo al rematar en el área grande un centro pero mandó la pelota al poste. Y del posible 1-2 se pasó enseguida al 2-1. 

El Villarreal montó una contra que encontró en desventaja a la defensa visitante, pero el remate final de Danjuma lo logró desviar Witsel a córner. El lanzamiento del saque de esquina fue despejado, pero Baena volvió a meter el balón al área, ni Witsel ni Oblak, que jugaba sus primeros minutos desde que acabó la Eurocopa, se entendieron a la hora de despejar y la pelota golpeó en Koke, que estaba detrás de sus compañeros, y se metió en la portería. Sí alguna conclusión quedó clara de la temporada pasada es que el Atleti tenía que mejorar en defensa y que no se podía permitir encajar tantos goles. En el primer partido, por una cosa o por otra, ya ha recibido dos. Parece necesario reforzar más esa línea.

El Atleti acusó el golpe y estuvo aturdido unos minutos en los que el Villarreal se acercó con peligro por medio de Gerard y sobre todo de un Danjuma que mandó alto un remate en posición ventajosa. Pero los rojiblancos despertaron justo a tiempo y encontraron la inspiración un minuto antes del descanso. De nuevo conectaron por banda derecha los dos mejores jugadores rojiblancos en el encuentro. Llorente sirvió para Barrios que aceleró por banda para servir un centro medido al área que era un caramelo para un rematador como Sorloth, que conectó un remate de cabeza picado para poner el empate a dos.

Al descanso, Simeone decidió quitar a Witsel para meter a Giménez y, de forma sorprendente, también a Sorloth para introducir a Correa. Tan cierto es que el delantero apenas había entrado en juego como que la única que había tenido la había metido dentro. Su presencia siempre resulta inquietante para los zagueros y es una referencia en ataque, pero el técnico explicó luego que buscaba un jugador más asociativo para tener otro tipo de ataque. No funcionó como supongo que esperaba, aunque el argentino protagonizó una acción que pudo tener consecuencias al recibir en el área un fuerte plantillazo de Bailly una vez que el jugador marfileño había despejado el balón. El árbitro entendió que no era punible como para pitar penalti.

La segunda parte fue mucho más plana y poco a poco fue imponiéndose el cansancio, el miedo a perder y la falta de ideas. Apenas hubo peligro en las porterías. El Atleti tuvo fases de control de balón pero con un bajo ritmo de juego y con poca movilidad. Simeone buscó soluciones desde el banquillo pero apenas aportaron. No brilló Nahuel, que entró por Reinildo, lo que llevó a Lino de nuevo a ser carrilero y adelantó a Llorente, que fue mucho menos incisivo al perder espacio. Poco después se retiró Koke por un De Paul que estuvo muy desafortunado, dando una impresión de apatía preocupante. O se pone las pilas o se le puede complicar la titularidad. Barrios aprieta por el puesto y llega Gallagher. 

En el minuto 77 debutó Julián Álvarez por un Griezmann apagado, pero el partido no estaba ya en la mejor situación para que brillara el delantero argentino y apenas entró en juego. Habrá que esperar a próximas citas. Para entonces, Le Normand había dejado el perfil izquierdo en la línea de tres centrales para colocarse en el derecho, donde parece estar más a gusto.

Empate que se puede considerar justo, aunque el Atleti tuvo las ocasiones más claras en el primer tiempo. Ambos demostraron que, como tantos otros en la Liga, aún están en proceso de construcción, en periodo de obras podría decirse, hasta que definan totalmente sus plantillas y ajusten los mecanismos del juego. Simeone espera recibir las últimas piezas para hacer funcionar la máquina a pleno rendimiento.