Oviedo, 4 de septiembre de 2024. Este día se publica el segundo recopilatorio de Humo Internacional, al que Sara Roca y Pablo Fernández, responsables del sello, le quieren dar la importancia que merece, no limitándose a la ya clásica edición digital, sino que lo editan en vinilo de 12”. Es el primer paso, uno de gigante, de la estrategia suicida de publicar hasta 12 nuevas referencias en poco más de un mes. Y este disco incluye adelantos de todas ellas. Una portada con el logo marcado a fuego, o más bien tatuado, y 13 canciones tan extremas como la propia filosofía de la discográfica asturiana.

Santi, responsable de prensa, nos lo contaba con evidente emoción cuando hablamos con él. “En el LP habrá tema nuevo de, qué sé yo, Viuda, de Somos la Herencia, de Dame Area, de Cachito Turulo, de La Culpa, Ramper, Tatxers... Y luego, a partir de ahí, van a salir en cascada LPs de todos ellos. Todo en cuestión de más o menos un mes”. Y no es algo casual ni aleatorio. Nos comenta que en Humo quieren dar un paso al lado frente a la nueva política de la industria musical; esa que lleva a los singles constantes, el estar todo el día buscando pitchings, las listas de Spotify, la obsesión por petarlo constantemente en redes y por los números... Una forma de volver al romanticismo de los sellos independientes. Y nos cita a SST, Sub Pop o Rough Trade. Los SST, Sub Pop o Rough Trade de antes. “Queremos poner por delante el catálogo del sello, que los grupos más pequeños se beneficien de salir junto a los más conocidos”.

¿Pero se llega a este punto surgiendo de la nada? En absoluto. Porque la historia de Humo Internacional es ya larga. Desde 2008 que nacieron como Discos Humeantes hasta hoy, el camino ha sido largo y complejo. Centrándonos en su segunda etapa, la presente, ya como Humo Internacional, Pablo nos cuenta que “Discos Humeantes terminó porque en ese momento sentí que había llegado un fin de ciclo y, aunque iba bien en términos generales, si entendemos ir bien como vender los discos o tener una cierta repercusión, lo cierto es que algunos grupos que habían formado parte desde el inicio lo habían dejado y poco a poco de alguna manera me sentí empujado por una inercia perezosa que me pesaba. Perdí las razones por las que había empezado y pensé que si para dedicarme a algo que me apasionaba tenía que perder la pasión, mejor hacer otra cosa”.

Tras ello llegó un impasse, que les ha convertido en lo que ahora son. “Volví con energías renovadas dos años después con un nuevo nombre, la intención de hacer las cosas de otra manera y la misión de no volver a caer en los errores que me llevaron a desencantarme con el proyecto. Ahora somos más y mejores”. 

Justo al desmantelarse Discos Humeantes, Pablo también era miembro activo en la gestión de La Lata de Zinc, sala imprescindible para entender la escena underground de Oviedo. Él nos cuenta que “cuando empezó Humo, antes de ser Internacional, yo estaba en la Lata de Zinc. En ese tiempo, además, a través de la Lata conocí a Sara, que estaba en la Nave de A Coruña, un lugar de espíritu hermano. Al margen de la influencia que ha supuesto en mi a nivel personal, son proyectos que nunca han tenido nada que ver. Pero sí comparten las ideas de autogestión, que forman parte de nuestra educación musical, ética y política”. Desde entonces, Humo Internacional son Sara Roca y Pablo Fernández; juntos han olvidado el pasado y se centran en el presente del sello.

Humo Internacional es una discográfica diferente ya desde el magnífico logo que lo representa

En lo personal, coincidir con sus responsables en mis visitas a la tienda Alta Fidelidad de Oviedo ayudó a conocer más al sello y su forma de trabajar. “Alta Fidelidad se mudó al local en el que están ahora, junto a Lata de Zinc. Como me quedaba grande el espacio, decidí dedicar mis esfuerzos de manera incansable durante una buena temporada a comerle la cabeza a Alberto para que se subieran con nosotros al increíble nuevo lugar. En un principio, además de Alta Fidelidad y Humo, estaba también la editorial Malasangre y la tienda de ropa de segunda mano Fin del Mundo. Fue una época muy guay, pero como todas estas cosas en las que hay demasiada gente, poco a poco se fue desintegrando y ahora mismo están solos allí Alberto, Toni y Natalia con Alta Fidelidad”. 

Allí comprobé, en charlas con Pablo y con Alberto de Alta Fidelidad, la pasión que le ponen a los proyectos, y la ética con la que gestionan la empresa, y cómo Humo es algo más que un sello que publica a ciertos grupos. “Al principio, la relación (con los artistas) era muy estrecha, el sello y nuestras vidas personales estaban muy ligadas porque, aunque tuviese vida y amigos fuera de la música, en el sello éramos muy jóvenes y vivíamos todo con mucha intensidad. Fueron años de compartir mucho, cosas buenas y cosas malas. Mucha furia contra lo externo. Ahora es distinto, supongo. Hay artistas del sello que son además amigos, gente importante para nosotros, pero hay otros con los que, aunque tratamos de tener un trato lo más cercano posible, somos más mayores e inevitablemente las cosas son diferentes. No necesariamente peor, sino simplemente menos intensas”. 

Lo que sí parece innegociable en Humo es compartir una misma filosofía. “Es importante que los artistas que forman parte del sello encajen en el funcionamiento interno y también lo hagan con el resto de grupos. No hace falta que sean los mejores amigos, pero sí deben entender cómo vemos las cosas y estar en sintonía porque, para nosotros, el colectivo está por encima del individuo y eso es algo innegociable y algunas veces incompatible con el ego de algunos artistas. No nos interesa trabajar con nadie que no sea capaz de alegrarse de que a alguien que no sea él mismo le vayan bien las cosas o que solo sea capaz de ver el mundo desde su única perspectiva”. 

Así es Humo Internacional. Una discográfica diferente ya desde el magnífico logo que lo representa, obra de Igor Casayjardín, con reminiscencias a la Bauhaus y el constructivismo ruso, que parece trazar un viaje de ida y vuelta, desde la revolución de principios del siglo 20 hasta la cuenca minera asturiana. Un colectivo de gente que sigue trabajando desde las trincheras de la independencia por trascender sin desvirtuarse.

Pasado. 8 discos históricos de Humo Internacional

Reducir la trayectoria de más de 15 años de un sello discográfico en solo ocho referencias es imposible e innecesario. Así que no se fíen del título de este capítulo. Estos discos no son más importantes que el resto. Esta es solo una selección personal que, creo, sí que puede ayudar a adentrarse a quien no conozca el trabajo de Humo Internacional como editorial y, sobre todo, a que cada uno se plantee cuál sería la suya y en cuáles coincidiría con esta. Las listas o selecciones solo sirven para eso, que no es poco, para aprender y entretenerse. Y esta no iba a ser menos. Así que, sí, estos son mis ocho discos preferidos desde sus inicios hasta agosto de 2024.  

Salsa de cuervo | Fasenuova | 2013  

La cuenca minera asturiana. El hielo sintetizado. Tu cara tan fría como el agua helada. Con Fasenuova no sirven medias tintas; internarse en su mundo es caer en ese pozo sin retorno que acompaña a los grupos con abrumadora personalidad. Toda su discografía es así, pero nos hemos quedado con el golpeo sobre el yunque de la fragua de Bingo, con los Cristales de cobalto que martillean el oído, con La selva en la que uno teme perderse, pero el instinto empuja a hacerlo. Todos son imprescindibles, pero Salsa de Cuervo puede ser el más redondo, ese disco en el que todo es imperfecto y necesario. 

Vientos eléctricos | Mecánica Clásica | 2019  

La vertiente más electrónica y ambiental del catálogo la hemos representado con el LP de este proyecto valenciano que muestra en portada un fragmento de Solaris de Stanislaw Lem y que a mí me evoca al trabajo de Eduard Artemyev para Tarkovsky, o las bandas sonoras de las películas de ciencia ficción espacial de las décadas de los sesenta y setenta. Vientos eléctricos tiene un poco de todo esto y mucho de la esencia kraut de artistas como Conrad Schnitzler, Cluster o Harmonia. Un viaje a través de infinitas ondas eléctricas.

Futuros valores | Pablo und Destruktion | 2020

Recuerdo un día en la tienda Alta Fidelidad de Oviedo, donde Pablo Humo, de entre los discos que aún no tenía de Nick Cave, me imploraba que me llevara a casa Tender Prey. Escuchando The mercy seat entiendo por qué Futuros valores se publicó en este sello. Ambos Pablos deben estar un poco aburridos de una comparación que no es más que elogio, pero no todo el mundo puede acceder a ser comparado con un Dios. Y yo me imagino a Cave y a Pablo und Destruktion, juntos, tomando algo en un Chigre del antiguo Puerto de Gijón y el Cimavilla de Rambal, lleno de todo ese universo que se cuenta en sus discografías y que ahora se han perdido entre turistas que fotografían el Árbol de la Sidra.

As bestas (original motion picture soundtrack) | Olivier Arson | 2022

Tras la figura de Territoire, el artista más ambiental del sello Humo, se encuentra Olivier Arson, el músico detrás de la banda sonora de una de las películas más impactantes del actual cine español, As bestas. Y con ella, su obra más orgánica, el francés logra el reconocimiento definitivo a una carrera discográfica que ya se me antojaba imprescindible desde Étude de la profondeur (Humo Internacional, 2021), donde el drone se estira hasta el dark-ambient más áspero. 

As Bestas sirve, además, para lucir brillante en el salón de trofeos del sello, ya que se hizo con el Goya a mejor música original en 2023.

MAL | Autoescuela | 2022

La discografía de Autoescuela se estrenó con una cassette en Snap! Clap! Records, después vinilo en Fikasound y Caballito Records y han encontrado su casa en Humo justo cuando su sonido se iba torciendo, cuando del amateurismo bien entendido se pasaba a una versión más arisca y con más personalidad. Guitarras más afiladas, letras más incisivas y menos inmediatez. MAL es su mejor disco pero, a la vez, el de digestión más lenta y que más marcas deja. Sin olvidarse de las melodías más directas y esas letras marca de la casa entre lo costumbrista e irónico. El relato de la Asturias del siglo 21 visto desde una perspectiva muy personal, la de David y Santi.

Gloria Eterna | Balcanes | 2022

Balcanes son un precipicio. Un grupo contra el imperio y contra ellos mismos. Son vísceras y urgencia dolosa. La banda donde Pablo se encarga de la voz es hardcore, o punk, o ambas, o ninguna de estas cosas. Han visto el infierno: ese que se nos presenta en todas partes, en la calle, en el telediario, en el trabajo, y que nos empeñamos en evitar, y han preferido ponérnoslo delante, con toda la urgencia que la situación merece. En nuestras manos está decidir si seguimos haciendo oídos sordos o aceptamos, de una vez por todas, que somos personas de barro a punto de desmoronarnos en un clima hostil vestido de Fendi.

Pueblo Nuevo | Fiera | 2023

Fiera es el proyecto paralelo de dos Ponys Bravo, Pablo Peña y Darío del Moral, y de Lorenzo Soria (también en califato ¾) que, junto a Pylar, forman el frente sevillano dentro del sello. Y Pueblo Nuevo, su tercer álbum, es donde más sólidos se les ve. Como surgidos a la salida de un concierto de Suicide en CBGB o una escucha conjunta del Kerosene de Big Black, en Pueblo Nuevo se tuerce el gesto y desaparecen los localismos sonoros de las bandas madres de sus componentes, viajando al New York de la No Wave. Sin concesiones, sin dejar resuello, Fiera avanzan entre el punk y lo industrial con una seguridad apabullante. No son cómodos, como casi ninguna propuesta de Humo, pero sí muy necesarios.

Primeras Grabaciones | Sofía | 2023

Cuando en 2021 se publica el 7” con los temas Decir adiós y El cielo blanco, la sorpresa es mayúscula y su edición física se agota desde el mismo preorder. Con él, Humo se abría a un synthpop especialmente melódico, que podría surgir renacido de la escena valenciana de los ochenta. No en vano, Sofía, aunque natural de Mallorca, está afincada en dicha ciudad. Y sus canciones tienen esa querencia pop que se refleja en este recopilatorio seleccionado de sus primeras grabaciones, y ha roto muchos esquemas sobre qué podríamos esperar de una referencia del sello, al menos a primera vista. 

Pero adentrarse en su universo es encontrar mucho más que ese tecno-pop que reluce especialmente en una escucha rápida. Aquí hay una colección de canciones menos inmediatas y más oscuras a cada paso, sí, pero con una cercanía que las hace clásicas casi desde el principio.  

Presente. Las 8 referencias del particular septiembre rojo.

El pistoletazo de salida no es más que el recopilatorio Música grabada #8. 13 temas entre los que se incluyen adelantos de los 10 próximos lanzamientos del sello, más otros 3 inéditos hasta ahora, de Ultramega, Santa Companha y Balcanes con Cruhda. Además, Año 2000 de Sal del coche aparece aquí en versión en directo en la mítica sala donostiarra Dabadaba. 

A partir de este 4 de septiembre, y en un mes frenético, nos hemos encontrado con los siguientes discos:

Clavos en el tiempo | La Culpa | 2024

No llevo muy bien la etiqueta post punk, porque se usa tanto para un roto como para un descosido. A mí me gusta referirme a ella con discos que, como Clavos en el tiempo, puedan merecerse las comparaciones con todo aquello que nació tras el punk y se centralizó en la pesadumbre joy divisioniana. La culpa no bebe de ellos tanto musicalmente como en esa facilidad para teñir sus canciones de gris. Sin embargo, su urgencia es mucho mayor, la urgencia de algo que un día se definió como angst juvenil.

Ezpatei disdira! | Tatxers | 2024

Cuando, hoy en día, uno piensa en el indie pop en Euskadi se acuerda más del Donosti Sound que del sonido de Getxo. Tatxers estarían entre los que citarían antes a los segundos (también se han acordado de Itoiz en alguna entrevista). Y Ezpatei disdira! podría ser su álbum más luminoso, más melódico (ahí están Oasi bat o Tokion para corroborarlo, o las guitarras smithianas de Etsaiak agurtsen). Un paso, ya sabremos si definitivo, que les acerca más que nunca al indie pop clásico de guitarras.

Toda la verdad sobre Dame Area | Dame Area | 2024

El sonido del ya cuarto álbum de Dame Area, tan deudor de Suicide como de Big Black, tan industrial como los primeros Esplendor Geométrico y tan agresivos como Atari Teenage Riot, han caído de pie con la sorprendente reseña en el medio norteamericano, líder mundial de la prensa musical, Pitchfork. Allí han quedado rendidos a la agresividad sonora de un disco que no hace rehenes. Te coge por el cuello y te destroza en 36 minutos angustiosos. Te acerca al precipicio, te lo muestra y te empuja sin contemplaciones.

Solo postres | Ramper | 2024  

Los granadinos Ramper han conseguido con Solo postres esquivar cualquier etiqueta, a menos que exista una para un sonido que se escora hacia el free-jazz, el slowcore, la música medieval e incluso las marchas procesionales, sin decantarse por nada en concreto para mostrar toda la personalidad que atesoran. Es más, seguro que si leyeran este texto se estarían riendo de mis comparaciones. Porque lo suyo es olvidar prejuicios y entregarse a las siete canciones de un doble LP (de más de una hora de duración) que, estoy seguro, necesitas descubrir.

Provinciana | Viuda | 2024

Elisa, Eva, Marta y Sara son Viuda, un cuarteto de Asturias que han logrado acercar la tradición a las formalidades del post-punk. En Provinciana, su álbum de debut, nos vamos a encontrar con la imposible fusión de Vulpess con Martirio. Algo que nos parecería imposible hasta que nos encontramos con canciones como Aceralia o Cigarreres, que también nos sirven para encontrarnos con cierta ironía costumbrista en unas letras que podrían haber sido firmada por Kaka de Luxe. Además, nos afirman que sus directos son un akelarre de magia negra, así que más nos vale seguirles la pista. 

Joven predicador | Somos la herencia | 2024 

No debe ser fácil sobrevivir a un hit como Parque de Atenas, de su anterior álbum, Dolo. Han pasado ya 4 años en los que no nos hemos preparado lo suficiente para la apisonadora que es Joven predicador. Siguen componiendo con el agua al cuello, pero ahora sin red y sin presas a las que asirse. A tumba abierta. El ruidismo no cogido como accesorio sino como motor de acción sobre el que se elevan unas composiciones aparentemente más accesibles. Bofetada, perdón, beso, y vuelta a empezar en uno de los puñetazos en la mesa de este 2024.

Sexo salvaje a escondidas | Cachito Turulo | 2024

Crisper en el hi hat, del año pasado, fue la carta de presentación de Ernesto Avelino, 50% de Fasenuova, tras su separación. Un EP en el que se potenció la palabra y el ritmo, a piñón o roto, frente a la melodía. Ahora Sexo salvaje a escondidas muestra la cara más melódica; austeramente minimal en Ganada, incómodamente troquelada en La noche ha de llenarse, llena de ritmo y graves en Quimera o A mí ya me, hermosamente etérea en Ángel de Andrómeda, que podría pertenecer a la mismísima Arca. 

Las canciones de Cachito Turulo son himnos republicanos de una guerra civil que lleva años mostrándose solo en lo estético, en los balcones de las casas, en las muñecas antes desnudas, en los titulares de las portadas, pero que en cualquier momento nos estalla en la cabeza. 

Y Futuro. Lo que está por venir

Lo más inmediato pueden ser las referencias ya anunciadas aún pendientes de publicar. El 25 de octubre llegará el nuevo LP de Olivier Arson, El llanto, el 30 de octubre tendremos Tot malament de Vigilant (de quien ya tenemos el adelanto Ansietat) en edición digital y para noviembre, aún sin fecha concreta, Ciudad de polvo, LP de Sal del coche. Pero eso es solo lo ya planificado. A partir de ahí, nos cuentan desde el sello, “la aspiración, ahora y siempre, es seguir hacia adelante con la ilusión intacta. Por supuesto, haciendo balance y tratando de valorar si es viable el modo en el que decidimos lanzar los discos esta vez, tanto en lo económico como en lo personal, ya que ha sido una paliza, pero consideramos que lo importante no es tanto el resultado como las razones y la motivación que te lleva a hacer lo que haces de la manera en la que lo haces”.

Como vemos, hay Humo Internacional para rato. Siguen con la ilusión y, sobre todo, la integridad intacta. Y nos avanzan que “no hay planes marcados ahora mismo y, aunque no diría que vamos improvisando sobre la marcha, vivimos atrapados por el presente. Es un proyecto grande en el que la fuerza de trabajo nace de unas pocas personas y exige demasiado como para marcarse objetivos a medio plazo. Hemos venido a darlo todo ahora. Después, no se sabe nada…”.