EXTREMA DERECHA
¿Patriotas por Europa? No, vasallos de Trump
Los principales representantes de la ofensiva ultra en la UE han demostrado ser el caballo de Troya del trumpismo. Cualquiera que quiera debilitar a la Unión es su aliado
Steven Forti 9/02/2025
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Giorgia Meloni y Donald Trump, durante la visita de la italiana a la mansión del presidente de EEUU, en Mar-a-Lago, el 5 de enero de 2025. / X (@GiorgiaMeloni)
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Teatro y propaganda. En buena medida eso ha sido la cumbre de Patriotas por Europa celebrada el 8 de febrero en Madrid. Entre gritos, aplausos y vítores de menos de dos millares de forofos de Vox congregados en un hotel en las afueras de la capital, lo que han repetido Santiago Abascal, Marine Le Pen, Viktor Orbán, Matteo Salvini, Geert Wilders, André Ventura y unos cuantos ultraderechistas más no es nada nuevo. Puede que lo hayan afirmado de forma aún más desacomplejada y explícita que otras veces, pero, al fin y al cabo, es lo de siempre: la dictadura progresista y woke destruye nuestras naciones, el multiculturalismo es una amenaza, la inmigración descontrolada está financiada por George Soros, hay que proteger los valores cristianos de Europa, se necesita una nueva Reconquista, hay que combatir el “fanatismo climático”, la Unión Europea es responsable de los males que nos azotan… Todo trufado, ça va sans dire, de apelaciones constantes a la libertad. Y, no se lo pierdan, a la “verdad”. Resulta como poco irónico que lo digan quienes difunden bulos y teorías de la conspiración como si no hubiera un mañana.
Hasta aquí un sintético resumen de la farra ultra. Sin embargo, hay algunos elementos interesantes a los que conviene prestar atención. En primer lugar, todos los ponentes han citado, alabado y halagado a Donald Trump. Es obvio que la cumbre se ha montado para aprovechar el tsunami trumpista. Llevamos tres semanas bombardeados y aturdidos por las declaraciones y las órdenes ejecutivas firmadas por el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Los patriotas europeos (sic) quieren subirse a la ola y surfearla, conscientes, además, de tener buenas relaciones con el tycoon neoyorquino y de gozar del apoyo del tecno-oligarca en jefe, Elon Musk. El mismo lema de la cumbre, “Hacer Europa grande otra vez”, no es nada más que el eslogan que el dueño de X, el antiguo Twitter, ha lanzado hace unos días en redes, adaptando el MAGA (Make America Great Again) trumpiano.
Ahora bien, en realidad Abascal y compañía se han arrodillado frente al nuevo “Dios” de la extrema derecha mundial. Wilders lo ha definido como su “hermano de armas”. Para utilizar una metáfora, si pudiesen, los “patriotas” le pedirían a Trump que les dejara limpiar su macropiscina en la residencia de Mar-a-Lago. O que les dejara cortar el césped del jardín. Dicho con otras palabras, han afirmado simple y llanamente no solo que son el caballo de Troya del trumpismo en la UE, sino directamente los vasallos de Estados Unidos. En su afán antieuropeísta, para los Patriotas por Europa (sic de nuevo) cualquiera que quiera debilitar a la UE es un amigo. Que sea Putin o Trump, da lo mismo. Porque, además, son lo mismo: autócratas.
Si pudiesen, los “patriotas” le pedirían a Trump que les dejara limpiar su macropiscina
De hecho, en la cena anterior a la cumbre, el invitado de honor fue Kevin Roberts, presidente de la Fundación Heritage, el poderoso think tank conservador que ha elaborado el Project 2025, un plan de más de 900 páginas que pone negro sobre blanco cómo vaciar desde dentro un sistema democrático. Trump lo está aplicando a rajatabla y varios miembros de la Heritage están trabajando en la nueva administración. En una entrevista concedida a El Español, Roberts no se corta ni un pelo: “Nosotros apoyamos a cualquiera que quiera poner patas arriba la Unión Europea”. Ursula von der Leyen, tome nota si aún no se había enterado.
En segundo lugar, los ataques a Pedro Sánchez han sido constantes. Abascal, obviamente, ha cargado contra el presidente del Gobierno, pero lo hicieron también Salvini, Ventura u Orbán. Esta es la principal razón que explica por qué la cumbre se ha celebrado en Madrid. No se debe solo al hecho de que, en noviembre, Abascal fuese nombrado presidente de Patriotas por Europa. La cuestión de fondo es que, para la extrema derecha, Sánchez –es decir, el Gobierno “de izquierda” español– es el enemigo a batir. El techbro proapartheid Elon Musk se apresuró a atacar por tierra, mar y aire al canciller alemán Olaf Schölz y al premier británico Keir Starmer, además de apadrinar a Alternativa para Alemania y al neofascista Tommy Robinson. Los “patriotas” se encargan de Sánchez. Ya llegarán más adelante las tropas digitales de Musk y las amenazas de matón de Trump. Prepárense.
En tercer lugar, si bien todos miraban desde hace tiempo a Hungría como un modelo, en la cumbre madrileña lo han explicitado de forma ya totalmente desacomplejada. Orbán, obviamente, ha sacado pecho de que el país magiar, que gobierna con mano de hierro desde 2010, es un “laboratorio de la política conservadora”. Los demás ya no se esconden: quieren convertir sus países en otras tantas hungrías. Friendly reminder: Hungría ya no es una democracia plena, sino una autocracia electoral, como confirman un sinfín de estudios académicos y una moción del mismo Parlamento Europeo de septiembre de 2022. Orbán, por cierto, se adelantó a Musk: a finales de junio del año pasado, lanzó el lema Make Europe Great Again para presentar la presidencia húngara del semestre europeo. Fue justo en los mismos días en que se creó Patriotas por Europa.
En cuarto lugar, no debe extrañar la presencia del presidente argentino Javier Milei, que lleva meses insultando a Sánchez hasta el punto de provocar una crisis diplomática entre Madrid y Buenos Aires. Su hiperactivismo en la escena internacional es enfermizo. Se desplaza a Mar-a-Lago o Washington para abrazar a Trump cada dos por tres, se reúne en cuanto puede con Musk, visita a menudo a Meloni y Netanyahu… en Madrid ya había estado el pasado mayo para participar en Europa Viva '24, el mitin organizado por Vox en la apertura de la campaña de las últimas elecciones europeas. Esta vez Milei envió un vídeo. Lo interesante de su presencia, sin embargo, está relacionado con la aceptación cada vez mayor que encuentra su receta paleolibertaria entre las derechas de todo el mundo. Si hace un año la mayoría de los ultras europeos lo miraban como un aliado, pero no como un modelo, ahora parece que también los más social-chovinistas están empezando a observar a Buenos Aires para aprender de la receta ultraliberal autoritaria, que se puede resumir en una de las frases escupidas por Milei: “La justicia social es aberrante”. Para Roberts, la Fundación Heritage y los tecno-oligarcas a lo Peter Thiel y Elon Musk, ese es el camino a seguir.
En quinto lugar, los “patriotas” son el tercer grupo en la Eurocámara, detrás de populares y socialistas. Por un puñado de escaños superan a los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), la formación presidida hasta hace un mes por Giorgia Meloni, sustituida por el expremier polaco Mateusz Morawiecki. Entre los dos partidos hay competición, si bien las relaciones son fluidas y las colaboraciones, frecuentes. Como se sabe, Meloni cayó en gracia de Von der Leyen y, aunque en su partido hay formaciones impresentables como los polacos de Ley y Justicia, se le abrieron de par en par las puertas de Bruselas. ECR (Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos), presentado como una derecha conservadora no tan radical, ha pasado a ese lado de la barricada: el italiano Raffaele Fitto ha sido nombrado vicepresidente ejecutivo en la nueva Comisión, los populares le entregaron dos vicepresidencias de catorce en la Eurocámara y tres presidencias de comisiones de veinte… En síntesis, ahora el cordón democrático vale solo para los Patriotas por Europa y el grupo montado por Alternativa para Alemania, Europa de las Naciones Soberanas.
Abascal, Orbán, Salvini y Le Pen han querido poner contra las cuerdas a Meloni
Abascal, Orbán, Salvini y Le Pen han querido poner contra las cuerdas a Meloni. Es como si le hubieran dado una bofetada, diciéndole: ¿de qué lado de la barricada estás, Giorgia? De hecho, en las intervenciones todos han atacado duramente no solo a la UE, sino también a Von der Leyen y los populares europeos. El portugués Ventura dijo, por ejemplo, que Feijóo y Sánchez son lo mismo. Obviamente, Meloni no puede responder a la pregunta: tiene que jugar a dos bandas. Abrazos y sonrisas con Von der Leyen para ser aceptada en Bruselas y viajes a Mar-a-Lago y Washington para obtener el visto bueno de Trump. Hasta la fecha, la jugada le ha salido bien, pero las tensiones van a explotar pronto. Los “patriotas” lo saben.
Dicho esto, no se engañen: también Meloni es un caballo de Troya trumpista en Europa. El ex primer ministro italiano Matteo Renzi la ha definido con acierto como la “alfombrilla” de Trump. La líder de Hermanos de Italia, que estableció una excelente relación con la administración Biden, ha tenido que demostrarle al nuevo presidente estadounidense que es de fiar. Así, fue a verle a Mar-a-Lago a principios de enero, donde tuvo que tragarse el “preestreno” de un documental conspiranoico sobre el asalto al Capitolio. Luego asistió a la toma de posesión del republicano en Washington: fue la única presidenta o presidente de un gobierno europeo en asistir. Para despejar todas las dudas y dejar claro su vasallaje, le prometió también a Musk un contrato millonario para una de sus empresas, Starlink, y rechazó firmar la declaración de las Naciones Unidas en defensa de la Corte Penal Internacional frente a las sanciones decretadas por Trump. Entre los países europeos, solo Italia, República Checa y Hungría no firmaron, tres países gobernados por la extrema derecha.
En resumidas cuentas, por más que nos vendan a Meloni como moderada, las diferencias no son muchas con Orbán y compañía. De fondo, además, la estrategia de Patriotas por Europa y Conservadores y Reformistas Europeos es la misma: romper la mayoría europeísta en Bruselas –ya muy debilitada– y formar una mayoría de derechas con el Partido Popular. Es lo que pasó ya en varias votaciones en el último trienio: desde la elección de Roberta Metsola como presidenta de la Eurocámara en 2022 hasta la decisión de otorgar el Premio Sájarov 2024 a la oposición venezolana. Por cierto, María Corina Machado envió un vídeo para la reunión de los “patriotas europeos” en el que los considera sus “aliados” en una “guerra global”.
La cumbre madrileña ha sido teatro y propaganda, es decir, un intento de demostración de fuerza con el objetivo de tener visibilidad mediática. Hablando en plata, quieren que les hagamos casito. Pero también ha sido un intento de poner contra las cuerdas a Meloni y a los populares para obligarles a una alianza estable. Y, sobre todo, ha sido un acto de vasallaje a Trump. Ironías de la vida: los más nacionalistas son los que se arrodillan frente al matón estadounidense. Como los colaboracionistas de entreguerras, títeres de la Alemania nazi.
Teatro y propaganda. En buena medida eso ha sido la cumbre de Patriotas por Europa celebrada el 8 de febrero en Madrid. Entre gritos, aplausos y vítores de menos de dos millares de forofos de Vox congregados en un hotel en las afueras de la capital, lo que han repetido Santiago Abascal, Marine Le Pen, Viktor...
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Steven Forti
Profesor de Historia Contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona. Miembro del Consejo de Redacción de CTXT, es autor de 'Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla' (Siglo XXI de España, 2021).
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