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Madonna esculpida en encaje con un bol de espagueti por melena, dos bocas oficiando de ojos y una frutilla en la sonrisa diciendo en versión ochentosa: "Los crucifijos son sexis porque hay un hombre desnudo en ellos". Messi, con los pies danzantes y un botín por cabeza y perfil, llevando el fútbol a lo más alto. Albert Einstein convertido en pura luz, una bombilla encendida en el cráneo y un acordeón de papel perfumándole el bigote mientras sentencia: "Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro”.
Estas son algunas de las maravillosas semblanzas que componen Retrato 2, del escritor y diseñador argentino Pablo Bernasconi, un libro recién editado por Edhasa, que confirma en cada página que las excepciones existen para enriquecer las reglas y que quienes afirman a rajatabla que segundas partes nunca fueron buenas no se han dejado llevar al país ilimitado de creatividad que propone esta colección de perfiles.
Premiado y exitoso autor para niños (por favor, consigan para sus hijos El diario del Capitán Arsenio -Sudamericana-, me lo van a agradecer), Pablo Bernasconi inició su trabajo como ilustrador en un periódico, Clarín, en 1998 y hoy tiene una columna dominical de opinión gráfica en el otro gran diario de la Argentina, La Nación. Publica, además, ilustraciones en distintos medios globales, The New York Times y The Times, entre ellos.
Ese origen profesional que lo obliga a palpitar el minuto a minuto ha dejado huellas en el estilo: Bernasconi es un omnívoro, come realidad sin mediaciones y su trabajo vibra con ese pulso. Es capaz de humor, de ironía y de una condensación extrema de sentido (para la nariz de Roger Waters elige un ladrillo, aludiendo a The Wall; la publicidad mataría por esa capacidad de ir al nervio). Pero ha sabido preservar algo que las redacciones tienden a silenciar: la sensibilidad necesaria para ahondar y ver más allá de lo urgente, lo importante, lo que queda y alimenta. La necesidad del significado: ¿qué quiere decir esto? ¿cómo me impacta y por qué?
"Metáforas vivas" llama a estos trabajos el semiólogo Norberto Chaves en la ‘Apología’ que abre la galería de criaturas de Bernasconi. Es una mirada justa. Están vivas por su capacidad de intrigar, de escocer, de estrujar la realidad para hacerla decir más allá de lo evidente. Y son metáforas potentes por su ser lo mismo y a la vez otra cosa; algo distinto, polifacético, que le pone a rostros familiares matices insospechados, pero haciendo pie en la psicología de los retratados de modo tan firme que sería imposible no reconocerlos en esos trazos certeros.
La eficacia de los retratos se prueba mientras se pasan las páginas del libro y uno se ve obligado a volver para regalarse de nuevo la imagen y repensar la broma, la emoción, la remembranza o el temor que inspira el personaje. Así, Vito Corleone, El Padrino, es representado en una eterna semipenumbra y su rostro se esculpe en el sillón de cuero desde el cual dirige los violentos destinos de la familia, mientras un gato de pie en el cojín mira al lector con ojos melifluos y Bernasconi cita al capo mafia: "Te haré una oferta que no podrás rechazar”. De escalofrío.
Presidentes (De Barack Obama a Hugo Chávez, pasando por Raúl Alfonsín y Nelson Mandela), artistas (Borges, David Bowie, Frank Zappa), personajes de ficción (King Kong, Hulk, Darth Vader) son leídos por Bernasconi a partir de una frase que desnuda su esencia. "Tengo hábitos realmente desagradables... tomo el té a las tres" es la cita de Mick Jagger que acompaña su estampa. Casi un Test de Rorschach del rock star, en el cual las manchas a interpretar las forman un sostén y bragas color violeta y clavijas de guitarra para la cabeza, dos besos de carmín por cejas y un tomate seco en la boca.
Cada vez que me llega un libro suyo, celebro por anticipado el festín de texturas que me espera. Porque Bernasconi está en el mundo y hace arte con telas, huellas dactilares, crayones, hojas de distintos árboles exhibiendo sus nervaduras, la cabellera de una escoba, manchas, mapas, fideos secos, globos de colores, papeles quemados, banderas hechas cuerpo, pedazos de artefactos, grilletes abiertos... Cada personaje o escena demanda una estrategia gráfica distinta y él se aviene a ese trato: todos somos únicos.
No he visto aún Finales, la muestra itinerante que recorre el país con 40 de los trabajos que realizó para el proyecto literario del mismo nombre. Iniciativa nacida de una "patología" que el artista explica en una carta de presentación: "Desde que tengo memoria, leo los libros (siempre que sean novelas, ensayo o textos largos) empezando por el último párrafo. Sólo el último párrafo, no importa si es una palabra, una línea o una página. Nunca excedo ese límite. Con este libro, intenté averiguar el significado de semejante costumbre”.
Yo, en cambio, empiezo los suyos siempre por el principio. Uno de los perfiles que más me gustan de Retratos 2 es el que abre: Steve Jobs, creador de Apple. Bernasconi lo inmortaliza con gafas y una manzana mordisqueada, reducida casi al corazón de la fruta, por cara. "Tu tiempo es limitado. No lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto", recuerda en la página contigua el magnate de la industria informática desde el más allá.
La sutileza está en la nota al pie que Bernasconi escoge para la ilustración, que como letra chica de un contrato reza ahora para su inventor y no para un iPod: "La batería tiene ciclos de recarga limitados y puede necesitar ser reemplazada eventualmente por un proveedor autorizado. La vida de la batería y el número de ciclos de carga varía según uso y configuraciones. La canción no está incluida”.
Madonna esculpida en encaje con un bol de espagueti por melena, dos bocas oficiando de ojos y una frutilla en la sonrisa diciendo en versión ochentosa: "Los crucifijos son sexis porque hay un hombre desnudo en ellos". Messi, con los pies danzantes y un botín por cabeza y perfil, llevando el fútbol a lo...
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Raquel Garzón
Raquel Garzón es poeta y periodista. Se especializa en cultura y opinión desde 1995 y ha publicado, entre otros libros de poemas, 'Monstruos privados' y 'Riesgos de la noche'. Actualmente es Editora Jefa de la Revista Ñ de diario Clarín (Buenos Aires) y Subdirectora de De Las Palabras, un centro de formación e investigación en periodismo, escritura creativa y humanidades.
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