Escrito a ciegas
El apestado
José Luis Merino 6/01/2016
Fotograma de Ciudadano Kane, de Orson Welles.
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Pese a haber realizado una de las obras maestras del cine universal, como es Ciudadano Kane, la ciudadanía estadounidense hizo lo indecible para apartar a su autor, Orson Welles, de los estudios cinematográficos, considerándolo un manirroto apestado. Por el contrario, los sesudos estudiosos del cine dijeron que había revolucionado la técnica cinematográfica.
Después del ciudadano, su cine derivó hacia las abstracciones psicológicas de la fantasía (La dama de Shanghai), la alegoría (Sed de mal), la fábula (Mr. Arcadin) y la alucinación (El proceso).
Siempre comenzaba sus realizaciones por el diálogo. No entendía cómo otros realizadores se atrevían a entrar en la acción antes de los diálogos. A pesar de esa prioridad en su proceso de trabajo y aunque el secreto de su obra se basara en la palabra, para él, la palabra era algo secundario en el cine; porque Welles creía que el cine era, en esencia, un medio dramático, no literario.
Referente al exitismo aseguraba: “Si se está de moda durante la mayor parte de la carrera de uno, sólo se producen obras de segunda clase”. Y remachaba: “Un buen artista debe estar aislado. Si no está aislado, algo va mal”. En lo personal, nunca se propuso parecerse a la mayoría de los americanos, a los que motejaba de demagogos y retóricos. Encontraba en ello una de las mayores debilidades de quienes representaban lo que se dio en llamar la izquierda americana. Y lo sentenciaba: “Acabaron por traicionar esa idea, para salvar sus piscinas”.
Pese a haber realizado una de las obras maestras del cine universal, como es Ciudadano Kane, la ciudadanía estadounidense hizo lo indecible para apartar a su autor, Orson Welles, de los estudios cinematográficos, considerándolo un manirroto apestado. Por el contrario, los sesudos estudiosos...
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José Luis Merino
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