DOCUMENTAL
La sombra de las cuerdas
Un trabajo audiovisual sigue al niño Miguel desde su primer concierto, a los siete años, hasta sus últimas actuaciones, tocando por las calles de Huelva
Anabenche 27/04/2016
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El niño Miguel era hijo de la segunda mujer del Tomate (de la primera rama, la que heredó el apellido, saldría Tomatito, sobrino nieto de Miguel). Aprendió muy pronto el toque de su padre, uno de los grandes, y cuentan que con siete años ya ponía en pie al auditorio. Enrique Morente, El Niño Josele y Paco de Lucía coinciden en que a los veinte era un absoluto prodigio. Su mano izquierda, dicen, daba miedo. Su pulgar despeinaba. Animado por Paco, grabó dos discos en los estudios Philips de Madrid, con muy buena acogida entre la crítica. Su energía y su imaginación no tenían límites. Desgraciadamente, no tardaría en diagnosticársele esquizofrenia, a lo que se sumó, como en tantos otros de su generación, una contumaz adicción a la heroína.
Aunque siguió acompañando a muchos maestros, entre ellos a Camarón, Miguel acabó pasando los días de bar en bar, con su guitarra de dos cuerdas, tocando a cambio de unas monedas, hasta que los directores Benoît Bodlet y Chechu García Berlanga le encontraron por las calles de Huelva. Documentaron su arte primero en Huelva Flamenca (2007) y después, ya de forma monográfica y con la ayuda de Annabelle Ameline, en La sombra de las cuerdas (2009) y El Niño Miguel en concierto (2011). A pesar de los intentos de rehabilitación, que empezaban a dar sus frutos, Miguel falleció en 2013.
El documental retrata el amor y la ternura que despertaba en las calles de Huelva y la admiración y el respeto que sentían por él todas las familias flamencas. Su gracia, su genio y su arte los resume bien Manuel Garrido Palacios cuando cuenta que después de un concierto en el que le había oído tocar falseta tras falseta, con armonías complejísimas y a velocidades de vértigo, le preguntó qué era lo que más le gustaba de la vida. “Pensé que me iba a salir con algo filosófico, un tema muy denso”, dice Garrido. El Niño Miguel le respondió “el chicle y los futbolines”.
El niño Miguel era hijo de la segunda mujer del Tomate (de la primera rama, la que heredó el apellido, saldría Tomatito, sobrino nieto de Miguel). Aprendió muy pronto el toque de...
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