El día 28 de febrero se celebró en el Teatro Arriaga un acto con motivo del 140 aniversario del Concierto Económico Vasco que puso de manifiesto el respaldo unánime institucional, político y social con que este modelo cuenta hoy en Euskadi.

Con motivo del 40 aniversario de la Constitución Española, hemos planteado el Concierto Económico como modelo de referencia para asentar las relaciones futuras entre Euskadi y el Estado en un pacto de convivencia renovado. Aspiramos a la necesaria clarificación de competencias, ampliar el fondo competencial de Euskadi  y pactar un sistema de bilateralidad efectivo y con garantías que facilite el cumplimiento de los acuerdos. 

Consideramos necesario asumir la realidad plurinacional del Estado. Es evidente que durante estas cuatro décadas se han evidenciado, tanto en Euskadi como en Cataluña, unas voluntades sociales claramente diferenciadas a las del Estado. Es evidente que el futuro de la integración europea se orienta en el marco de una nueva Europa más comprometida con los principios de subsidiaridad, gobernanza multinivel y soberanía compartida. En este contexto, el modelo vasco asentado en la foralidad, con un sentimiento de pertenencia nacional diverso y una realidad interinstitucional cuasi confederal puede ser una referencia útil y eficaz. 

Avanzar en un nuevo pacto que permita  la profundización y actualización del Autogobierno vasco no necesariamente requiere una reforma constitucional, salvo aquellas cuestiones que tengan que ver con los derechos de nueva generación a incorporar, así como la adecuación a la Unión Europea y la reforma del Senado y el Tribunal Constitucional. Para el resto de cuestiones no sería imprescindible la reforma de la Constitución de 1978 dado que esta respeta y ampara los Derechos Históricos, esto es, la singularidad del Autogobierno vasco. 

En esta línea, Herrero y Rodríguez de Miñón, uno de los “padres” de la Constitución, señala en su tesis del “Constitucionalismo útil” que los Derechos Históricos del Pueblo Vasco pueden aportar cuatro elementos a la profundización del Autogobierno: el reconocimiento en el bloque de constitucionalidad del Estado de la identidad del Pueblo Vasco, determinada y configurada por la titularidad de los Derechos Históricos; la actualización de los mismos Derechos Históricos prevista en la Adicional Única por la vía prevista en el artículo 152 de la Constitución; la bilateralidad de la relación con el Estado; y el carácter paccionado de la relación con el Estado de modo que el Estado y el Pueblo vasco, institucionalizado en Euskadi, asumen la existencia de un cuerpo político, inescindible del Estado español y partícipe en sus instituciones, pero nunca disuelto en el mismo.

Titularidad y actualización de los Derechos Históricos, bilateralidad y pacto son las claves en la búsqueda de una solución política para el modelo de Estado. En esta línea he planteado la alternativa de una convención constitucional. El año 1981 se puso en marcha la LOAPA  y, aunque se declaró inconstitucional, condujo a una práctica restrictiva de la Autonomía singular, que sí se aplicó. Sensucontrario, planteo ahora una “convención positiva” que favorezca la actualización y profundización del Autogobierno en el marco de un pacto de convivencia renovado. 

Espero que el 40 aniversario de la Constitución contribuya a una reflexión crítica y a afrontar los problemas políticos del Estado. Leía hace unos días en una entrevista formulada a Jorge de Esteban, bautizado en algunos medios como “octavo padre de la Constitución”, que lo que más urge reformar en la Constitución es el Título VIII entero. Sin embargo, y siendo también otras cuestiones reflejadas en la entrevista muy interesantes en relación a otros artículos de la Constitución así como al modelo de Estado, considera que jamás podrá ser utilizado el procedimiento agravado para la reforma de la Constitución.

Dado que Cataluña y Euskadi son dos “comunidades especiales”, distinguibles en el artículo 2 de la Constitución, y exigen un tratamiento diferenciado, espero que este 40 aniversario de la Constitución contribuya a compartir un diagnóstico y plantear propuestas políticas para ofrecer soluciones que mejoren las condiciones de bienestar, cohesión y convivencia de la ciudadanía. Esta debe ser, en realidad, la esencia de la acción política.

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Íñigo Urkullu es lehendakari.