PROCESANDO EL PROCESO AL PROCÉS (VIII)
Historias de la tele
Rajoy está a punto de mentir, al intentar explicar que vio pero no vio a Urkullu. Hasta Marchena le dice que se ponga las pilas. Se las pone. A lo Rajoy. Es decir, se las quita y no contesta
Guillem Martínez 27/02/2019
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MADRID. “Los madrileños son unos seres magníficos y extraños. Beben brebajes sorprendentes, que ellos denominan con nombres pintorescos, como agua, pepsi, o zumosol. Al final de los pies llevan unos artilugios extraños, que denominan zapatos. Pero sin duda su verdadera originalidad es su dieta. La comida es el paisaje en la cazuela. Y la madrileña es el cocido, ese paisaje manchego que en Madrid comen a todas horas, en ingestas que pueden sumar las 20.000 tomas por individuo y día. Colossal. El cocido es la olla vegetal y animal que se produce en todo el mundo romano. Es la escudella catalana o, ya cruzando la frontera, el pot-au-feu, el boeuf bourguignon, o la blanquette de veau, citada por Pascal es su célebre aforismo J'ai aujourd'hui, entre la poitrine et le dos, une blanquette de veau qui enlève le hoquet. Ah, Francia, Pascal, los moralistas. Qué lejos quedan. Pero, y aquí empieza el drama español, el cocido se sustenta en la tensión de los garbanzos. Esta apuesta lo cambia todo. Sí, el garbanzo, fibroso, produce truños certeros, colossals. Pero en contrapartida da mala leche. Se podría establecer un mapa de la mala leche sólo a partir de la apuesta por el garbanzo. El epicentro sería León, una tierra tan entregada al garbanzo que la Guardia Civil, sabiamente, hace siglos que no la pisa. Los habitantes de esa tierra salvaje, violenta, colossal, viven abandonados a su furia y desidia. Muchos van a Andalucía y, expulsados de allí, y ya con el carnet de la FAI en la boca, vienen a Catalunya, a obstaculizar la misión civilizadora iniciada por Enric Prat de la Riba, preclaro, colossal. Madrid no llega a esos extremos. Pero vive, no obstante, en el extremo del garbanzo”. Hola. Hoy tocaba colada. A primera hora hemos venido a la lavandería Arreando Expresssss, calle Cardenal Mendoza. Mientras esperábamos junto a la lavadora, ambos en calzoncillos, a que finalizara el programa de 36 minutos y de 30 grados, Pla me ha leído estos fragmentos inéditos de su libro póstumo Em cago en tot, un dietario consagrado a la barbarie madrileña, hasta que han entrado unas madrileñas muy puestas, que han mutado la expresión de Pla. Tras breve conversación con una de ellas –él le ha dicho el gran piropo planiano: “Nena, tu si que estàs bona”; ella, por su parte, le ha enviado a pastar–, hemos retomado la charla. “¿Vé qué porte, que elegancia helénica y cosmopolita? Nada que ver con la vulgaridad madrileña garbancera. Sin duda estas muchachas, catalanas, claro, son representantes del textil, de gira en la meseta. La mujer en fin, se incorpora lentamente, pero sin freno, al mercado laboral. Es el fin de una época”. Pla, que son madrileñas, que una, incluso, le ha dicho en perfecto castellano “yayo, tú lo flipas”, y que en Cat ya no hay textil. “Collonades. ¿De dónde salen nuestros calzoncillos? ¿De la China? Está loco. Va, vístase y vayamos al Tribunal Supremo. Como no hemos lavado la ropa interior, nos la intercambiaremos. ¿Hace?”.
MUNDO GARBANZO. TS. Dejo a Pla junto a la máquina expedendora de Cardhu y me voy al tajo. El tajo consiste también en pensar en el día de ayer. ¿Cuixart inauguró una defensa política? ¿Reivindicó la desobediencia? Sí, pero no. Sí, habló de defender la desobediencia, esa cosa que formuló Thoreau, sencilla, valiente, efectiva –“y leonesa y de la FAI”; Pla, vuelva a la máquina; aquí tiene 200 monedas más–. Pero no desobedeció, que es lo habitual en un juicio político. No sé, en los juicios de insumisos ibas, algunos no reconocían el tribunal, otros no reconocían el delito y, ambos, rechazaban la defensa y asumían la condena como presos políticos. Sí, he desobedecido, y qué, etc. No creo que ese haya sido el caso. Como todo en el procés, todo se parece a algo y, también, a su inverso. En este caso, a una defensa jurídica, con fragmentos de discurso político. El Tribunal, en todo caso, sólo escuchará sus contradicciones y los hechos. No las motivaciones. La función de esos fragmentos políticos no es, pues, defensiva. Servirán, en todo caso, aparecerán en los medios procesistas como el copón. Levantarán el ánimo e impedirán constatar el raje de Forcadell. Cambiarán el alma. Son los garbanzos del siglo XXI. Los garbanzos del siglo XXI son un objeto del XX. La tele. Hoy ha quedado claro, en todo caso y por otra parte, que estamos reunidos en esta sala por un electrodoméstico. La tele. Al parecer el modulador de lo que aquí pasa y lo que en su día pasó, tanto en Cat como en el país donde madura la Constitución –“eso es un pegote de Goethe”; que se vaya a a la XXXX máquina, Pla–. Rayos, ya empieza la sesión.
GARBANZOS TENGO. Hoy, testigos: el segundo acto de un juicio penal. Recuerden, hermanos, que los testigos, a diferencia de los acusados, no pueden mentir sin incurrir en delito. Curiosidades jurídicas: ese delito, ni siquiera en el TS, se llama mentira-cochina. Empieza la cosa con Joan Tardà. Dice unas palabras en cat. Y se extraña de que no pueda hablar cat en el TS, biotopo en el que la última alocución en cat igual fue en los años 20, y era: “No em pegui”. Las preguntas retóricas sobre el uso del cat serán garbanzos televisivos esta noche. Vox se estrena con Tardà. El avoxgado pone cara de Perry Mason y pregunta lo que los juristas de Stanford denominamos chorradas. Pero que por aquí abajo son otro tipo de garbanzos. Tardà, básicamente, no dice nada, que es lo mejor que puede decir un político en un juicio. Tendría que declarar Torrent, presi del Parlament, pero el Tribunal recibe una justificación, conforme el niño Roger Torrent no podrá asistir a las actividades de hoy, por motivos parlamentarios. Pringará el 4M. Habla Mas. Consciente de que será garbancizado, habla raro/Mas. Contesta a Vox. Nada, en contrapartida, no le han preguntado nada. Por lo demás, explica las reglas de un gobierno autónomo –pocas: cuando se lía, vas a a elecciones; y así–, y un proceso que siempre estuvo pendiente de no superar la legalidad, y que tenía como expectativa chunga o peor opción entrar, de cuatro patas, como en 2014, en el delito de desobediencia. Nada, inhabilitación, multón, garbanzos, y luego, otra vez al tajo; es su caso; en 2020 vuelve a la política; se habla de él como el político, que sólo el PSOE busca desesperadamente, que reconvertirá el independentismo en el nuevo autonomismo–. Es especialmente divertido/procesista el interrogatorio que le hace Homs. HomZzzz-MasZzzzz hablan largo y raro, con mucho cuidado de no decir lo que no quieren. Lo que quieren decir es que el procés no era nada, que se hubiera solucionado con cualquier tipo de negociación. De hecho, crípticamente, informan de cómo cambió el programa electoral de 2015. Es decir, de cómo podía haber cambiado todo también en 2017, si el Gobierno se hubiera estirado. Explican que no hubo contacto posible con el Gobierno. El epicentro del interrogatorioZzzzz es sobre el Llibre Blanc, una publicación de la Gene, en la que se podía intuir que el procesismo era una nada negociable. Se lo enviaron a Moncloa. No hubo respuesta. Es decir, algo había cambiado. Hasta hacía pocos años, el convergismo y el PP hablaban con sincera brutalidad. Exemplum: el pacto del Majestic llevó al PP al Gobierno, a cambio de un pack de pactos políticos, pero también de la asunción de negocios fallidos del hijo de un dirigente cat. Es decir, se asumía el conflicto como teatro necesario. Como garbanzo. Luego, tras él, se hablaba de lo necesario. Esta vez no hubo diálogo ni de A) ni de B). Marrón: Mas, al cual el carácter le traiciona, tal vez comete el exceso del habla, y explica de dónde salió el censo de 2017. Se formó con los datos de cada votante en la consulta, dice, de 2014.
SORAYA SS. Turno de Soraya SS. Se pela a los de Vox/no se puede salvar a Esp, que ya está salvada y por un tubo. Luego se pela a la Fiscalía, a la Abogacía, y a las defensas. Hasta que le llega el turno a Xavier Melero, sin duda la mejor defensa hasta ahora. Melero empieza a merecerse a pulso su propia serie de dibujos animados. Las aventuras de Melero en el TS. Parte de la idea, diría –compartida por el tribunal alemán que negó la extradición de Puigdemont, ese garbanzo–, de que lo de Cat, como amenaza a la Consti, fue enclenque. Que el intento fue teatral, y que –supongo; ya veremos– el grueso de acusados se curó en salud en su día, creando pruebas de su sumisión al Estado, y sin más expectativa de delito que la desobediencia. Esta lógica –se confirmará o no en los próximos días– es tan poco garbancera que no creo que aparezca en GarbanzoTV. Melero consigue la afirmación, por parte de Soraya SS, de que no hubo el más mínimo problema en la Conselleria d’Interior, tras lo del 155. Consigue que sus respuestas dejen de empezar con un “mire usted”, siembra dudas sobre la legitimidad, legalidad y utilidad del despliegue policial Piolín Style, chulea a la interrogada, que evita preguntas hasta que el abogado señala a Marchena que es una testigo renuente, y Marchena obliga a la testigo a responder. Por primera vez exhibe no-lo-sés, el pariente del yo-pensé-que. Al final de su interrogatorio queda claro que los mossos pudieran no obtener resultados positivos el 1-O. Pero que tampoco los tuvo el CNI. Toma, moreno. Importante: a lo largo de su testimonio, Sáenz de Santamaría presentó como fuente informativa gubernamental, como testimonio de los hechos, como prueba de que hubo un proceso indepe fuerte, peligroso e imparable, y como prueba absoluta de que hubo violencia el 20-S y el 1-O, a un único sujeto. Los medios de comunicación, fundamentalmente la tele, por medio de los cuales los dos Gobiernos se hablaron, en vez de hablarse. Vamos, los peores medios de comunicación de Europa demostraron en Cat que había un sólido proceso consti, que tiraba de espaldas de lo demócrata que era, y en Esp que había un sólido golpe de Estado contra una democracia que tira de espaldas. Es decir, el procés y el 155 pasaron en la tele. Todo fue tele, garbanzos.
RAJOY. Turno de Rajoy. Básicamente, como lo de Soraya SS. Y con los mismos ojos abiertos/pasmados de chica que te dice, glups, “¿quieres subir a casa a tomar la última copa, y te enseño mi colección de Barbies con agujas en los ojos?”. Vox le copia –emoticono carita llorando de risa– preguntas a Melero. Nota: estoy a punto de votar a Vox. “¿Porque exigen el orden que reclama la transmisión de la propiedad parcelada?”. No, Pla, porque no se encuentran el culo con ambas manos. Tenga, aquí tienen más monedas. “Chupi”. Itinerario Rajoy. Esto fue muy peligroso. Pabernosmatao. Pero yo estaba allí. Hubo un intento serio de hacer un Estado, y violencia contra la pobre policía que fue a Cat a repartir leche en polvo. Todos vimos todo ello en la tele, y en los diarios. Ora vez los garbanzos. El abogado Pina, que tiró por lo sentimental/lo garbancero con Soraya SS, con Rajoy está al quite. Está a punto de mentir, al intentar explicar que vio pero no vio a Urkullu para negociar una solución. Hasta Marchena le dice que se ponga las pilas. Se las pone. A lo Rajoy. Es decir, se las quita y no contesta. Importante: el trámite de advertencia a Puigde para emitir el 155, no fue, según Rajoy y SS, el 27-O, sino aquellas dos cartas ridículas que se intercambiaron tras la primera declaración fake. Los medios/tele/garbanzos fueron tan claros que no fue necesaria claridad jurídica. Por aquí se formalizan leyes como otros actualizan su políticas de cookies.
ENSALADA DE GARBANZOS. Montoro, como anteriormente Rajoy, niega algunas cosas de las señaladas hace año y medio, cuando estaba en la pomada, y afirma que pudo haber habido malversación, ese delito que va ganando peso y perfil conforme la cosa rebelión se va al garete. O no. Antonio Baños, candidato top one de la CUP en 2015, se niega a responder a las preguntas de Vox, “por sensibilidad democrática”. Marchena se enrolla, y le propone que le responda a él las preguntas de Vox que él mismo le formulará. Pide también que se interrumpa la sesión cuatro minutos para ver qué. Cuando la pantalla del monitor de la sala de prensa vuelve a conectarse, cuatro minutos después, vemos a Marchena, con la toga rota y fuera de sí, estrangulando a Baños, KO en el tapiz. Que noooo. Lo que vemos es cómo Marchena le pide a Baños el DNI, para el posterior empure. Eulalia Reguant, dipu de la CUP 2015-17, pide hablar en cat y no responder a Vox. Empure sin la doctrina Marchena de cuatro minutos de espera. ¿Han desobedecido? Sí. Y, como siempre, no. Si es una desobediencia, llega tarde. Casi dos años tarde. Por otra parte, no han dejado de reconocer al tribunal. Han rechazado contestar a Vox, en caso de Reguant por sujeto machista y xenófobo –en Cat, no obstante, tenemos un presi con ese último perfil, y todo el abanico le habla, y todos juntos hablan del concepto poble–. Diría, no obstante, que la postura CUP mola, dentro del mundo de las decisiones personales. Vox ha venido al mundo a que no le hagamos caso y a crear pitote cons sus mixed emotions. Pero diría también que lo sucedido es un garbanzo televisivo. Diría, por otra parte, que si las defensas querían algo de esos testigos, lo han perdido. A Baños y a Reguant les caen, por método Arreando Expresssss, 2.500 euros de multa. Si en cinco días no asumen contestar a Vox, será un delito de desobediencia grave, según el art. 556 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. De tres meses a un año de multa, o multón parecido. Pla, que nos vamos. Diga algo.
ALGO. “El catalán a veces parece un cobarde, y a veces un ensimismado orgulloso. A veces parece sufrir manía persecutoria, y otras de engreimiento. Alterna la avidez con sentimientos de frustración enfermiza. A veces es derrochador hasta la indecencia, y otras tan avaricioso como un demente, a veces es un lacayo, y otras un insurrecto, a veces un conformista, y otras un rebelde. ¿Le gusta?, es un fragmento de Fer-se totes les il·lusions posibles i altres notes disperses, salió hace dos años. Ya estaba, obviamente, pajarito”. Sí, mola. Pero dónde dice catalán, podría decir esquimal. “Imposible. Los esquimales comen garbanzos como si no hubiera un mañana. Mire, mas representantes del textil catalanas en Madrid. Nena, tu si que estàs bona”. Plaf.
¡Hola! El proceso al procés arranca en el Supremo y CTXT tira la casa through the window. El relator Guillem Martínez se desplaza tres meses a vivir a Madrid. ¿Nos ayudas a sufragar sus largas y merecidas noches de...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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