PROCESANDO EL JUICIO Y LA INVESTIDURA (VII)
No hay mesa pa tanta gente
La unidad de la causa se rompió antes del juicio. Aquí solo estamos juzgando el 20-S y el 1-O, y un poco lo del barco de Rull, un poco lo de Santi Vila, y un poco a la Mesa
Guillem Martínez Madrid , 13/05/2019

Francesc Pi i Margall con Frodo
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SEMANA 14. Hola. Saludos desde la semana 14. ¿Recuerdan lo mono que era este juicio en su semana 1? Ahora, con 14 unidades, ya tiene un crecimiento desgarbado, le han empezado a salir granos, y gasta una conducta con arrebatos de adolescente mangui, de esos que no salen en spots de Casa Tarradellas. Es, snif, un consentido. Por supuesto, todo empezó antes –del juicio–, cuando le consentimos todos sus caprichos. Uno de los caprichos más determinante fue permitirle que se pelara la unidad de la causa. Aquí estamos juzgando el 20-S y el 1-O, y un poco lo del barco de Rull, un poco lo de Santi Vila, y un poco a la Mesa. A la Mesa –es decir, a los días 6-S y 7-S; los días en los que se votó una desobediencia; que luego se comieron con patatas y no llegó a serlo, como todo en el procés–, pues muy poco. Sumamente poco como para tener aquí a su presi, en prisión preventiva. Mañana vienen testigos de la Mesa. Ya les explicaré. Será el gran evento de la semana. La semana que viene acaban las testificales y la Mesa planea, pero nunca aterriza. En general, a la Mesa se la juzgará en el TSJC, donde estaba aforada –todos los acusados en este juicio que estaban aforados, de hecho, lo estaban en aquella Sala; están siendo juzgados en el TS por la cosa rebelión, que no está/no contesta–. Supongo que el TS, desde la instrucción de Llarena, ha pasado de la Mesa porque eso, básicamente, es juzgar a un parlamento. Y eso, a su vez, es poco edificante. ¿Cómo le explicas a tu novia o al mundo que estás juzgando a un parlamento? Por eso, por algo parecido a cierta cobardía, a cierto terror a los jardines y a los finales abiertos, estamos juzgando, básicamente, dos fotos finish. La del 20-S y la del 1-O. Sobre las fotos finish: sólo reflejan caballos, no el hipódromo. Lo que satisface a un corredor de apuestas, o la disciplina penal. Y, ya puestos, a un caballo. Pero no a la vida civil. El 20-S, por cierto estaba liado yo con lo de Unipost, cuando me llamó un amigote abogado y me informó de lo que estaba pasando en Economía. “Ya tienen la foto finish de un tumulto”.
LA DISCIPLINA PENAL. En general, la cosa penal es una de las más injustas. Puedes atracar un banco y, si tu abogado lo hace bien, te vas de rositas. A eso se llama derecho. Y mola. Pero también puede ser que 200 personas atraquen un banco y sólo se juzgue al chófer. Por pruebas, o por la pericia policial, o por la instrucción del caso. A eso se le llama, hasta cierto punto, azar, si bien a veces pueden ser otras cosas menos bonitas. Y mola, si no eres el chófer. Hoy hemos tenido un poco de eso último. Que a su vez dibuja el carácter azaroso y de difícil lectura que gasta este juicio en ocasiones. Ha sido, por otra parte, un día de testigos de las defensas. Sánchez y algo de Cuixart. Por la mañana, el grueso se ha ido en dos testigos, que han dibujado más improbabilidad sobre el delito de malversación –si las periciales no lo cambian, sólo hay unas facturas de Diplocat, que pueden colar como gasto típico, y un par de facturas de TV3, por lo del spot del referéndum, que pueden llegar a tener algo de chicha, si es que la tienen, o a no tenerla, si carecen de ella; los atestados de la GC, en fin, parece que fueron una maravilla–, y la exdipu del Parlament Cat Mireia Boya. En –lo que queda– del penal de Ushuaia, vi este grafiti en una pared: “Estoy aquí por diez años de amor y un segundo de locura”. Lo que explica el derecho penal. Consiste en un segundo. Los acusados están aquí por un segundo, y Mireia Boya –imputada en el TSJC por el cargo de desobediencia; nada, inhabilitación– no está aquí por un segundo. El interés de la defensa es demostrar eso. Esa era la intención de las defensas con Eulàlia Reguant, dipu de la CUP en aquellos días y testigo que se negó a declarar ante la casilla Vox, por motivos comunicacionales para su público –y otro ejemplo de cómo la propaganda puede perjudicar a las defensas–. Boya, en ese sentido, declara que su posicionamiento el 20-S en Economía fue más allá del de Sánchez. Contrariamente a Sánchez, no quería desconvocar el acto. Discutió con él al respecto. Tras llegar a algún acuerdo, ella y otra persona fueron invitadas por Sánchez a desconvocar la cosa. Lo hizo encima del famoso coche de la poli, un coche sobre el que ya se habían subido una treintena de periodistas. Lo que invita a pensar que Sánchez y Cuixart hoy están aquí, lo dicho, por un segundo. Por un segundo iconográfico. Personalmente, no creo que estén por haber hablado encima de un coche policial, sino por haber reído encima de un coche policial. Es decir, por una foto finish sobre una actitud. Lo penal son fotos finish, en fin.
SESIÓN DE TARDE. Prosiguen los testigos. Uno evalúa los daños en los coles el 1-O en 260.000 euros. No hubo daños donde no fue la poli y la GC, lo que dibuja a ambos cuerpos como netamente keynesianos/provocando gasto del Estado en un momento de crisis. Otro testigo habla de Piolín, el barco que ha complicado la vida de Rull, ese hombre que, como Leonardo DiCaprio, ha unido su destino a un barco. Camil Ros, secre general de la UGT Cat y miembro de la Taula per la Democràcia –se creó el 27-S para impulsar diálogo intergubernamental, estaba integrada por CCOO, UGT, ANC, Òmnium y chorrocientas entidades más–, explica el 20-S como una situación parecida a una huelga. Conflictiva, pero en la que en ningún momento se quiso interrumpir a una comisión judicial, como asegura la foto finish, y como quieren matizar los testigos explicando el contexto del día. Posteriormente, habla Jaume Asens, actualmente diputado –su partido, Comuns, ha bajado 10 puntos; podía elegir, al parecer, si perder esos 10 puntos entre fugas a ERC y fugas a PSC; eligieron pire a PSC– y, en aquellos días, tinent d'alcalde de l'Ajuntament de BCN. El interrogatorio es accidentado. El Tribunal parece acotar mucho las declaraciones de cargos electos, en lo que es un indicativo del por qué, en anteriores etapas de su crecimiento, se deslocalizó la Mesa todo lo que se pudo. Asens, sinopsis: que el 20S no le consta ningún vandalismo en el Ajuntament, que el Ajuntament hizo un llamamiento a la desobediencia civil ese día, en el que él, personalmente, participó mucho; que en el local de la CUP, cercado por la poli sin orden judicial, planteó como abogado que interprondría demanda; que el 1-O vio cargas policiales king-size –en BCN, declara, “hubo unos 300 heridos”; que el referéndum fue entendido por el Ajuntament como una protesta “amparada por el derecho a manifestación”, y no como un referéndum –”se había roto el pacto territorial”–. Preguntado por Melero, no sabe si el Ajuntament conocía una instrucción judicial que atañía a polis municipales. Aquellos días, en fin, nadie sabía nada. El terreno favorito de las fotos finish. Creo que eso es todo, Kent. ¿Kent? “Se ha pirado con una fiscal de la Sala de lo Contencioso Degustativo, y me ha dejado con este pato”. Se llama Frodo, señor Pi i Margall.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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