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Este es un momento extraordinario y frágil en la historia de nuestro país.
Acabamos de saber que el primer ministro actuó de manera ilegal cuando intentó cerrar el Parlamento. El más alto tribunal del país ha resuelto que Boris Johnson violó la ley cuando trató de acabar con la rendición de cuentas democrática en un momento crucial para nuestra vida pública.
El primer ministro actuó ilegalmente cuando trató de bloquear la oposición a su temerario y desastroso plan de salir de la Unión Europea sin un acuerdo. Pero ha fracasado. Nunca conseguirá acabar con nuestra democracia ni silenciará la voz del pueblo.
La democracia que Boris Johnson describe como un “galimatías” no será suprimida y la gente podrá opinar.
Mañana volverá a abrirse el Parlamento. El gobierno tendrá que rendir cuentas por lo que ha hecho. Se ha descubierto que Boris Johnson engañó al país. Este primer ministro no electo debe dimitir ya.
Eso lo convertiría en el primer ministro británico más efímero de la historia, y con razón. El suyo es un gobierno nacido al antojo de unas élites que consideran que han nacido para gobernar y que las reglas que sirven para todos no se les pueden aplicar a ellos.
Los laboristas terminaremos con la crisis del Brexit devolviendo la decisión al pueblo, con la opción de un acuerdo de salida creíble o la de permanecer
Eso es lo que la sentencia de la Corte Suprema explica con brutal claridad. Los jueces han concluido que no había ninguna razón, “y mucho menos una buena razón”, para que el primer ministro cerrara el parlamento. Johnson pensó que podía hacer lo que quisiera, como siempre ha hecho. Piensa que está por encima de todos nosotros. Él es parte de una élite que desprecia la democracia. No está preparado para ser primer ministro. Permítanme citar la conclusión de la Corte Suprema: “Ilegal, nulo y sin efecto y debe ser anulado”. Los jueces han descrito al primer ministro a la perfección.
Esta crisis solo puede resolverse con unas elecciones generales. Estas deben llevarse a cabo tan pronto como desaparezca de la mesa la amenaza de este gobierno de acometer una desastrosa salida de la UE sin acuerdo. Esa condición es la que los parlamentarios aprobaron antes de que Johnson suprimiera el parlamento ilegalmente.
Esta es una protección claramente esencial. Después de lo sucedido, nadie puede confiar en este gobierno y en este primer ministro para que no utilicen esta crisis que ellos mismos han creado, y conduzcan a nuestro país al borde de un acantilado sin acuerdo dentro de cinco semanas. El primer ministro no tiene mandato para un bloqueo sin acuerdo al que se opone la mayoría de la sociedad. Esto haría subir los precios de los alimentos, provocaría escasez de medicamentos y amenazaría la paz en Irlanda del Norte, destruyendo así el Acuerdo del Viernes Santo.
La batalla del No Deal no es una lucha entre aquellos que quieren abandonar la UE y aquellos que quieren permanecer. Se trata de un pequeño grupo de derecha que está tratando de secuestrar el resultado del referéndum para destruir nuestros derechos y protecciones y transferir aún más poder y riqueza a los que están en la cúspide.
Bajo la cobertura del No Deal, quieren malvender lo que queda de nuestros servicios públicos, y eliminar las regulaciones que nos mantienen seguros mientras reducen aún más los impuestos a las empresas. Eso significaría una carrera hacia el abismo en los estándares y los derechos de los trabajadores para crear un paraíso fiscal offshore para los súper ricos. Y quieren todo esto encerrado en un acuerdo de libre comercio unilateral que ponga a nuestro país a merced de Donald Trump.
Reconstruiremos y transformaremos nuestro país para que a nadie se le dé la espalda y ninguna comunidad se quede atrás
Por eso, un brexit sin acuerdo es realmente un Acuerdo Trump Brexit. Eso sería lo opuesto a recuperar el control. Estaríamos entregando el futuro de nuestro país al presidente de los Estados Unidos y a su política “América Primero”. Por supuesto, Trump está encantado de tener un primer ministro británico obediente en su patio trasero. Un Trump Brexit significaría que las corporaciones de EE.UU. obtengan luz verde para la toma de control absoluta de nuestros servicios públicos.
No estoy preparado para apoyar que nuestro servicio nacional de salud sea sacrificado en el altar de las grandes empresas de EE.UU. O de cualquier otro país. Y en las próximas elecciones generales, los laboristas serán el único partido importante del Reino Unido dispuesto a dar a la gente la última palabra sobre el Brexit.
Necesitamos que el brexit sea pactado, y hacerlo de una manera que no deje a nuestra economía o a nuestra democracia rota. Los conservadores quieren un estallido sin acuerdo y los demócratas liberales quieren cancelar la consulta democrática más importante de la historia país con un remiendo parlamentario.
Los laboristas terminaremos con la crisis del Brexit devolviendo la decisión al pueblo, con la opción de un acuerdo de salida creíble o la de permanecer. Eso no es complicado porque el Labour es un partido democrático que confía en la gente. Después de tres años y medio de fracaso y división con el brexit tory, la única forma en que podemos resolver este problema y volver a unir a la gente es quitando la decisión de las manos de los políticos y dejando a la gente que decida.
Así, en los tres meses primeros meses tras su llegada al poder, un gobierno laborista asegurará un acuerdo razonable basado en los términos que hemos defendido y discutido durante mucho tiempo con los sindicatos y las empresas de la UE: una nueva unión aduanera, una estrecha relación de mercado único y garantías de derechos y protecciones. Y en los seis meses posteriores a la elección, someteremos ese acuerdo a votación pública y lo mantendremos. Como primer ministro laborista, prometo llevar a cabo lo que la gente decida.
Solo el voto a los laboristas nos traerá una consulta pública sobre el brexit. Solo un gobierno laborista volverá a poner el poder en manos del pueblo. Podemos unir a nuestro país y a nuestra gente. Paremos el brexit sin acuerdo y dejemos que la gente decida.
Debemos lograr un brexit ordenado, y no solo porque el brexit ha dominado nuestra política durante demasiado tiempo. Las próximas elecciones serán una oportunidad única para un cambio real. Una oportunidad para echar al gobierno de Boris Johnson, el gobierno de unos pocos privilegiados, y para poner la riqueza y el poder en manos de la mayoría.
Una oportunidad de dar a nuestro sistema nacional de salud, a nuestras escuelas y a nuestra policía el dinero que necesitan, exigiendo a los que están arriba que paguen su justa parte. Una oportunidad de tomar medidas urgentes sobre el medio ambiente antes de que sea demasiado tarde para nuestros hijos. Y una oportunidad para poner fin a la crisis del brexit dejando que la gente, y no los políticos, tengan la última palabra.
En un intento vergonzoso de cambiar la realidad, los tories nacidos para gobernar de Boris Johnson afirman ahora ser la voz del pueblo. Un partido político que existe para proteger el establishment finge ser anti-establishment. Johnson y sus amigos ricos no solo están del lado del establishment, sino que son el establishment. Nunca estarán del lado de la gente porque apoyar a la gente podría golpearlos a ellos y a sus patrocinadores súper ricos donde más les duele, en sus billeteras y cuentas bancarias en el extranjero.
Permítame enviar este mensaje a Boris Johnson: si aún lidera a su partido hacia unas nuevas elecciones, sabemos que su campaña estará nadando en dinero. Pero tenemos algo que usted no tiene. Cientos de miles de personas arraigadas en todas las comunidades y todos los grupos de edad en toda Gran Bretaña. Nos enfrentaremos a usted con la mayor campaña impulsada por el pueblo que este país haya visto, y si ganamos, será el pueblo el que gane.
Los laboristas representamos el cambio real que Gran Bretaña necesita después de años de recortes y fracasos conservadores. Reconstruiremos y transformaremos nuestro país para que a nadie se le dé la espalda y ninguna comunidad se quede atrás.
Vivimos en un país donde los altos ejecutivos ingresan en solo dos días y medio lo que gana un trabajador promedio en todo un año. Donde los jefes de Thomas Cook pudieron llenar sus bolsillos con bonos no ganados, mientras que sus trabajadores se enfrentan a despidos y 150.000 turistas están varados debido a su fracaso.
haremos que el ferrocarril, el correo, el agua y la red eléctrica nacional formen parte de la red de propiedad pública para que los servicios esenciales de los que todos dependemos sean administrados por y para el público sin ánimo de lucro
Hemos tenido la mayor caída salarial desde que se construyeron los primeros trenes de vapor. Para compartir la riqueza, necesitamos compartir el poder. Y eso es lo que haremos cuando estemos en el gobierno con medidas audaces y radicales como dar a la fuerza laboral una participación del 10% en las grandes empresas, y pagando un dividendo de hasta 500 libras al año a cada empleado.
Traeremos la mayor extensión de derechos para los trabajadores que nuestro país haya visto. Eliminaremos los contratos de cero horas; introduciremos una renta vital de 10 libras, incluso para jóvenes a partir de los 16 años; daremos a todos los trabajadores los mismos derechos desde su primer día de trabajo; tomaremos medidas contra las brechas salariales de género, discapacidad y etnia; e introduciremos un horario de trabajo flexible para las trabajadoras que experimentan la menopausia.
El laborismo pondrá más dinero en sus bolsillos, en lugar de llenar los bolsillos de multimillonarios. Y haremos que la voz de los trabajadores se escuche en sus empresas, permitiéndoles obtener mejores condiciones y salarios.
En los primeros 100 días de nuestro gobierno, eliminaremos la Ley de Sindicatos de los tories. Y por cierto, los laboristas nunca le dirán a la gente que tiene que trabajar hasta los 75 años. Un Gobierno laborista significará mejores salarios, mayor seguridad y más poder de decisión. Y haremos que el ferrocarril, el correo, el agua y la red eléctrica nacional formen parte de la red de propiedad pública para que los servicios esenciales de los que todos dependemos sean administrados por y para el público sin ánimo de lucro.
Ayer conocí a Luis Walker, un maravilloso niño de nueve años. Luis vive con fibrosis quística. Todos los días necesita al menos cuatro horas de tratamiento y a menudo está en el hospital, lo que le aleja de la escuela y de sus amigos. La vida de Luis podría ser muy diferente con la ayuda de un medicamento llamado Orkambi. Pero a Luis se le niega el medicamento que necesita porque su fabricante se niega a vendérselo al sistema nacional de salud a un precio asequible.
Les diremos a las compañías farmacéuticas que, si quieren financiación pública para la investigación, tendrán que hacer que sus medicamentos sean asequibles para todos
A Luis, y a decenas de miles de personas que padecen enfermedades como la fibrosis quística, la hepatitis C o el cáncer de pecho, se les niegan medicamentos que salvan vidas por un sistema que sitúa las ganancias de los accionistas antes que las vidas de las personas.
El laborismo afrontará esto. Rediseñaremos el sistema para atender la salud pública, no la riqueza privada, utilizando licencias obligatorias para asegurar versiones genéricas de medicamentos patentados. Les diremos a las compañías farmacéuticas que, si quieren financiación pública para la investigación, tendrán que hacer que sus medicamentos sean asequibles para todos. Y crearemos un nuevo fabricante de medicamentos genéricos de propiedad pública para suministrar medicamentos más baratos a nuestro sistema de salud, ahorrándole dinero y salvando vidas. Somos el partido que creó el Sistema Nacional de Salud. Solo el laborismo puede garantizar su futuro.
La generación de mis padres luchó duramente para establecer el principio de un servicio de salud universal de propiedad y administración pública. Depositaron en nosotros su confianza. Es nuestro deber defenderlo. Terminaremos con las ventas salvajes y la privatización. Nuestro sistema de salud no está a la venta ni para Trump ni para nadie más.
Y compañeros: haremos recetas gratis en Inglaterra, como llevan haciendo en Gales desde 2007, cuando el gobierno laborista galés abolió el copago.
Y necesitamos hablar también sobre los servicios sociales. Cuando las personas mayores, que han pagado al sistema toda su vida, necesitan un poco de ayuda, no debemos negársela. Por tanto, introduciremos una atención personal gratuita para quienes la necesiten como primer paso de nuestro plan para un Servicio Nacional de Cuidados.
juntos, podemos ir más allá al defender los logros obtenidos por generaciones anteriores. Es hora de que empecemos a construir un país justo para la próxima generación
El Gobierno debe proporcionar una plataforma que permita a todos alcanzar su máximo potencial. Ese es el principio que inspira el Servicio Nacional de Educación que creará el próximo gobierno laborista. Educación gratuita para todos a lo largo de la vida como un derecho, no como un privilegio. No más tasas universitarias. Cuidado de niños gratuito y un nuevo programa Sure Start [iniciativa de mejora del cuidado infantil, la educación temprana, la salud y el apoyo a las familias]. Educación vocacional y técnica gratuita. Y formación gratuita para adultos.
Y cuando se trate de pagar por nuestros servicios públicos, los laboristas aumentaremos los impuestos, pero solo al 5% más rico. Los conservadores reducirán los impuestos para los mejor pagados. El laborismo hará que las grandes corporaciones paguen los impuestos que deben. Los conservadores les darán exenciones fiscales.
¿Cómo puede ser justo que las empresas más grandes y las personas más ricas reciban regalos fiscales mientras en el otro extremo hay madres y padres renunciando a comidas para poder alimentar a sus hijos? ¿No debería ser una fuente de vergüenza que las Naciones Unidas –las Naciones Unidas– tuvieran que amonestar a nuestro gobierno este año por el impactante hecho de que 14 millones de personas viven en la pobreza en el quinto país más rico del mundo? Permítanme citar directamente del informe de la ONU. Dice:
“Gran parte del pegamento que ha mantenido unida a la sociedad británica desde la Segunda Guerra Mundial ha sido eliminado y reemplazado deliberadamente por un ethos duro e indiferente”.
¿No resume eso a los conservadores: un ethos duro e indiferente?
El laborismo defenderá a los inquilinos, a los trabajadores mal pagados y a todos aquellos que luchan para llegar a fin de mes. Lanzaremos el mayor programa de construcción de vivienda pública en una generación. Porque el laborismo antepone las personas al privilegio. Terminaremos con la austeridad y ayudaremos a reconstruir vuestras comunidades. Restauraremos el orgullo local, reviviremos las calles principales y los centros de nuestras ciudades, y revertiremos los recortes que han provocado que se dupliquen los delitos violentos.
cuando se trate de pagar por nuestros servicios públicos, los laboristas aumentaremos los impuestos, pero solo al 5% más rico
El laborismo hará que nuestra economía funcione en todas las ciudades, pueblos y regiones con un bombardeo de inversión récord, y aumentaremos los presupuestos de Gales y Escocia. Actualizaremos la distribución de energía y las infraestructuras de banda ancha con una inversión de 250.000 millones de libras. Insuflaremos nueva vida a cada comunidad, con otros 250.000 millones de capital para empresas y cooperativas. Una inversión en una escala que nuestro país nunca ha conocido, creando buenos nuevos empleos y crecimiento en los lugares en los que vivimos.
Esa es la escala de la ambición laborista.
No haremos parches para quedar bien. Estos no son números abstractos en una hoja de cálculo. Representan una transformación económica que cambiará vuestra vida diaria.
Déjenme darles un ejemplo concreto de lo que significará. El partido laborista invertirá en una línea ferroviaria rápida en el norte para unir nuestras grandes ciudades norteñas, desde Liverpool hasta Hull y Newcastle en el noreste. Y restauraremos los servicios de autobuses que se han eliminado dejando a las personas aisladas de sus comunidades.
Durante décadas nos han dicho que la economía está más allá de nuestro control, que es una fuerza irresistible que puede arrasar con comunidades enteras mientras solo podemos mirar, pasivamente.
Pero no es verdad.
Con una estrategia industrial seria y un Gobierno laborista radical, la economía puede ser una herramienta en nuestras manos en lugar de ser la dueño de nuestro destino. Y con un gobierno que esté preparado para intervenir podemos priorizar las cosas que más importan.
Que es precisamente lo que demanda nuestra época, porque nada importa más que la emergencia climática. Eso significa enfrentarse a los grandes contaminadores y acaparadores de riqueza que se benefician del sistema actual. Reducir nuestras emisiones a cero neto no sucederá por sí solo. Solo será posible con una inversión pública masiva en energías renovables y tecnología verde.
Reducir nuestras emisiones a cero neto no sucederá por sí solo. Solo será posible con una inversión pública masiva en energías renovables y tecnología verde
Eso no es una carga. Es una oportunidad para iniciar una Revolución Industrial Verde que creará cientos de miles de empleos sindicalizados, de alta calificación y altos salarios, a medida que tripliquemos la energía solar, dupliquemos la energía eólica terrestre y multiplicaremos por siete los proyectos de energía eólica marina.
Por eso hoy anunciamos que el próximo gobierno laborista construirá tres nuevas plantas de baterías en el sur de Gales, en Stoke-on-Trent y en Swindon.
La emergencia climática y ambiental que enfrentamos es un problema de seguridad global. Estamos viendo cómo se derriten las capas de hielo, se disuelven los arrecifes de coral, salvajes incendios forestales en el Círculo Polar Ártico y cómo el líder de extrema derecha de Brasil, el presidente Bolsonaro, toca el violín mientras arde el Amazonas.
La seguridad real no proviene de posturas beligerantes o intervenciones militares imprudentes. Proviene de la cooperación internacional y la diplomacia, y aborda las causas profundas de las amenazas que todos enfrentamos. Nuestra política exterior se definirá por nuestro compromiso con los derechos humanos y la justicia internacional, no por el entusiasmo por las guerras en el extranjero que alimentan, en lugar de combatir, el terrorismo y la inseguridad.
Así que no se puede creer que esta semana Boris Johnson esté hablando abiertamente de enviar tropas a Arabia Saudita como parte de la confrontación cada vez más peligrosa entre Arabia Saudita e Irán, en un aparente intento por apaciguar a Donald Trump.
¿No hemos aprendido nada?
Una y otra vez, durante las últimas dos décadas, el establishment político y militar británico ha hecho la elección equivocada por la intervención militar en Medio Oriente, extendiendo los conflictos en lugar de resolverlos.
No debemos cometer esos errores nuevamente. Con un gobierno laborista, Gran Bretaña será una fuerza para la paz y la justicia internacional.
Las intervenciones internacionales peligrosas y equivocadas también han exacerbado las tensiones comunitarias en nuestro hogar. Cuando Boris Johnson comparó a las mujeres musulmanas con buzones o ladrones de bancos, no fue un comentario impertinente, fue calculado para jugar con los temores de la gente. Las manifestaciones de racismo, islamofobia o antisemitismo no son signos de fortaleza, sino de debilidad.
La política que defendemos consiste en darles a las personas que no tienen mucho dinero y que no tienen amigos importantes la oportunidad de hacerse con el control de sus propias vidas
Este gobierno conservador y la extrema derecha han alimentado la división en nuestra sociedad. Culparán de los problemas de las personas al trabajador migrante que intenta tener una vida mejor. Le echarán la culpa a la madre que lucha contra Universal Credit. Culparán a los musulmanes, a los jóvenes, a todos menos a sí mismos y a sus patrocinadores, que se benefician de un sistema extremadamente desigual y manipulado.
El laborismo hará lo contrario, uniremos a las personas. Un gobierno laborista transformará nuestra economía y comunidades. No solo defenderemos al 52% o al 48%, sino al 99%.
El gobierno laborista que lideraré se enfrentará a quienes realmente dirigen nuestro país –los especuladores financieros, los evasores de impuestos y los grandes contaminadores– para que los verdaderos creadores de riqueza, la gente de este país, puedan tener los trabajos, los servicios y el futuro que se merecen.
Cuando el laborismo gana, gana la enfermera, el pensionista, el estudiante, el empleado de oficina, el ingeniero. Ganamos todos.
La política que defendemos consiste en darles a las personas que no tienen mucho dinero y que no tienen amigos importantes la oportunidad de hacerse con el control de sus propias vidas. Mi trabajo como líder, y nuestro trabajo como Partido Laborista, es defender a esas personas, defender a esas comunidades y lograr el cambio real que nuestro país necesita.
Y quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerles a todos ellos, así como a todos los miembros de nuestro partido, nuestros representantes electos y nuestros sindicatos por hacer de nuestro partido un lugar tan fuerte y acogedor en cada comunidad, en cada lugar de trabajo y en cada parte de el país.
Tengo lo que podría considerarse una visión del liderazgo diferente a la que las personas están acostumbradas. Creo que los líderes deben tener principios sólidos en los que las personas puedan confiar. Pero los líderes también deben escuchar y confiar en que los demás hagan su parte. Porque hay líderes en cada comunidad que están impulsando el cambio. Muchos de ellos nunca soñarían con llamarse líderes, pero lo son.
Estoy pensando en la madre que hace campaña en nombre de los residentes de su manzana para eliminar la humedad, y en el trabajador de comida rápida que organiza a sus colegas para exigir un salario digno. Son esos los líderes con quienes los laboristas estamos trabajando y apoyando. Porque nuestra filosofía es confiar en las personas y darles el poder de hacer cambios en cada comunidad y lugar de trabajo, no entregar más poder a los políticos.
Y por eso, si el pueblo británico elige un gobierno laborista en las próximas elecciones, estaré orgulloso de ser su primer ministro. Porque seré un tipo diferente de primer ministro. No soy de esos que creen tener derecho a gobernar por nacimiento. No existe en mi caso ningún viaje personal al poder. Quiero poner al gobierno de vuestro lado. Poner el poder y la riqueza en vuestras manos. Porque creo que el gobierno debería trabajar para vosotros.
Y juntos, podemos ir más allá al defender los logros obtenidos por generaciones anteriores. Es hora de que empecemos a construir un país justo para la próxima generación. Donde los jóvenes no teman al futuro sino que lo esperen con confianza y esperanza.
La marea está cambiando. Los años de retirada y derrota están llegando a su fin. Juntos, desalojaremos a los privilegiados y pondremos a las personas en el poder. Gracias.
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Autor >
Jeremy Corbyn
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