El fin de semana del 8 al 10 de noviembre en Soria se celebró Presura: Feria para la Repoblación de la España escasamente poblada. Tenemos tan interiorizado que somos pocos, viejos y sin ideas que ver esa explosión de vitalidad, de ideas geniales, proyectos innovadores, marcos teóricos muy bien estudiados y definidos y multitudes de emprendimientos que no tienen nada que ver con ese mundo rural en la incertidumbre entre el abandono, la apropiación y la exclusión. 

Ha sido tal subidón de adrenalina que todavía, cuando escribo estas letras me produce un vértigo maravilloso, es como la primera vez que me subí a un carrusel siendo niña en la fiesta de mi pueblo. En las anteriores ediciones vi muchas posibilidades, en esta edición he visto mucho futuro y he sentido mariposas en el estómago y el corazón encogido. Yo quiero formar parte de este cambio y a ser posible aportar todo mi conocimiento y mi experiencia de la vida para hacerlo posible.

Somos muchas las personas que confiamos en que una nueva ruralidad nos ayude a darle un giro a esta realidad. Somos conscientes de la necesidad de cambios estructurales profundos y tenemos plataformas para defenderlos (Teruel Existe, Soria Ya… el 31 de marzo fue el principio de la visualización del cambio). También somos conscientes de la necesidad de cambios coyunturales donde los ayuntamientos y las diputaciones juegan un papel primordial. El tercer sector ha sido un importante motor de cambio por el empoderamiento de sus territorios. El cuarto sector lidera las nuevas fórmulas de beneficio económico ligado al cambio social. Los medios de comunicación también se han comprometido al cambio tanto en el abordaje de la noticia como en el mensaje positivo que deben dar, un relato nuevo y optimista para abordar todas las iniciativas que se están desarrollando en el medio rural y necesitan visibilidad en medios nacionales, regionales y locales. Y estamos de acuerdo en que actores como los neorrurales, la población mayor, las mujeres y los jóvenes rurales, desde dentro, juegan un papel muy significativo en el presente y en el futuro del medio rural.

La nueva ruralidad va ligada a la salud y el medio ambiente

Necesitamos de la creación de redes aliadas y complementarias como las de educación, los feminismos, la soberanía energética, la economía social y solidaria o los emprendimientos de triple impacto para sacar del atraso y poner en valor una nueva ruralidad con un carácter más pluriactivo, replanteando aquellas visiones que tomaban a la actividad agrícola como criterio exclusivo en la definición de ruralidad. Un mundo productiva y ocupacionalmente más diverso donde el parámetro de urbanización de las sociedades que llegó a identificarse como sinónimo de desarrollo, lo que significó una valorización/desvalorización de lo urbano/rural en los diversos ámbitos de la vida moderna se identifique ahora con una mejora cualitativa de la calidad de vida y de las relaciones personales, familiares y sociales. La nueva ruralidad va ligada a la salud y el medio ambiente, ejes sobre en los que pivotarán la mayoría de las intervenciones que generarán desarrollo sostenible.

El mundo rural no es sólo agrícola, ganadero o forestal tradicional, eso ya no es así y lo hemos visto en Presura, iniciativas de carácter cultural, educativo, sociosanitario, de movilidad, nuevas comunidades energéticas, iniciativas de economía circular, de nuevos modelos de explotaciones medioambientales, proyectos ligados a nuevas conexiones de red, internet de las cosas… negocios que acercan al medio rural productos de primera necesidad; todos ellos envueltos en valores de solidaridad, empatía, felicidad, amor a mi pueblo…

Se “cuecen” importantes cambios en este nuevo medio rural con enormes posibilidades de generar territorios inteligentes, bien conectados, con nuevos empleos, nuevos pobladores, infraestructuras educativas, culturales y habitacionales partiendo de la imaginación y del conocimiento de los muchos ejemplos y modelos en los que nos podemos fijar. Tenemos proyectos muy interesantes para escalar y replicar y hemos empezado a ejercer una importante presión en las empresas para que apuesten en su fórmula de negocio y en su RSC por el compromiso con este nuevo medio rural.

Todos estos proyectos, ideas, emprendimientos, compromisos, actuaciones, decisiones tienen nombre y apellido y se repetirán en muchos de los eventos que se organizan para darlos a conocer, como es el caso de este Congreso de Despoblación de Sigüenza.

Hemos iniciado una “revolución” de abajo a arriba, poniendo el foco en nuevas fórmulas sociales y de comunidad, aportando por un lado lo que ya teníamos en los pueblos; una vida que prima la comunidad y sus intereses del bien común, y por otro respetando los espacios individuales y los nuevos modelos de familia.

El Proyecto TERRIS (Territorios e Innovación Social) promovido por el Hueco, donde 100 personas (50 hombres y 50 mujeres) han creado un laboratorio de ideas que ahonda en las necesidades de 12 áreas identificadas como prioritarias que generarán iniciativas lideradas desde abajo y perfectamente replicables en diferentes territorios de la España vaciada, la generación de una Red de la Nueva Ruralidad vuelca, apoya y empuja iniciativas en este marco de desarrollo rural sostenible.

Por último, y no menos importante, el Gobierno avanzará en el reto demográfico, poniendo en marcha medidas que parece inminente llegarán al territorio y deben beneficiar tanto a los nuevos impulsores como a las familias que en él conviven.

No quiero dejar de nombrar la importancia del ORGULLO RURAL que se ha vivido en Presura ni ese sentimiento de LO RURAL ES LA VANGUARDIA, como si por fin, el sentimiento hubiera calado y con el creciéramos en seguridad y autoestima en futuro, nuestro FUTURO.

Y como dice la canción del verano de la España vaciada: “Yo me vuelvo al pueblo”.

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María Teresa Vicente Muñoz es la presidenta de El Hueco.