Tras varios años de retraso y negociación, y en plena crisis sanitaria por el coronavirus, la ley de cambio climático y transición energética está dando sus últimos pasos en España. Durante los próximos días, el Congreso debatirá la aprobación de una norma que, según el Gobierno, persigue mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y, en última instancia, reducir el impacto ya inevitable que producirá el cambio climático. Resignación o pragmatismo, este último punto también parece ocupar las preocupaciones de las instituciones europeas. Así se desprende de un informe publicado recientemente por la Comisión Europea, donde el órgano repasa los principales efectos que provocará la crisis climática en la UE y analiza las regiones que se verán más o menos afectadas por el aumento de la temperatura global.

Entre los principales hallazgos, el estudio señala la importante capacidad mitigadora que demuestran las políticas climáticas, así como el desigual impacto que tendrán en el continente factores como la sequía, las inundaciones o los incendios. Tanto es así que “las pérdidas de bienestar agregadas en las regiones del sur serán varias veces mayores en comparación con las del norte de Europa”.

Si el calentamiento global alcanza los 3ºC el número de personas que viven en zonas con escasez de agua en España aumentará en 7 millones

Para llegar a estas conclusiones el estudio ha elaborado distintas proyecciones en función del potencial crecimiento de la temperatura media, pasando del cálculo más moderado –aumento de 1,5ºC– al más severo –hasta 3ºC–. En la mayoría de los casos, la región comunitaria se verá afectada incluso si se cumplen los objetivos de los acuerdos de París, si bien existen diferencias importantes entre los escenarios con políticas más y menos activas. Estados como España, Grecia o Italia serán los que más sufrirán los efectos del calentamiento global.

La Comisión señala como nuestro país estará entre los que enfrenten un mayor estrés hídrico en los próximos años, con un importante grupo de población en riesgo de verse afectado. De esta forma, si el calentamiento global alcanza los 3ºC el número de personas que viven en zonas con escasez de agua en España –que ya es la mitad de la población– aumentará en 7 millones.

En el conjunto de la UE, el mismo escenario supondrá que el número de afectados se elevará un 25%, hasta los 65 millones de personas. En el lado contrario, limitar el calentamiento global a 1,5 °C reduciría a la mitad esta cifra y evitaría, en términos generales, que la población comunitaria enfrente un estrés hídrico grave e insostenible.  

Lo mismo sucede, según el documento, con otros factores como la pérdida de biodiversidad, el riesgo de incendios o las olas de calor: “con un cambio climático no mitigado, la exposición humana a olas de calor severas se multiplicaría unas 30 veces en latitudes más altas, mientras que podría ser de 40 a 50 veces más en países del sur de Europa (por ejemplo, España y Grecia)”. 

En los casos más extremos las cifras y cálculos demuestran incluso tendencias opuestas entre el norte y el sur del continente. Así, un aumento descontrolado de la temperatura provocaría que los países del norte contasen con mayores recursos hídricos durante el verano, mientras que los del sur se reducirían a la mitad. Esto afectaría también a la capacidad para generar energía hidráulica, que registraría un aumento en la zona norte, mientras que quedaría limitada en los países mediterráneos.

Por otro lado, algunas de las advertencias del estudio parten de los efectos climáticos que ya se están haciendo notar en la UE y que ofrecen los primeros signos del desigual efecto del calentamiento global en la región. En la actualidad, un 40% de las pérdidas ocasionadas por la sequía se concentran en los países del mediterráneo –España encabeza la lista con 1.500 millones anuales–. Con un ascenso descontrolado de la temperatura, este porcentaje se podría elevar hasta el 50%.

Unas 2.700 personas fallecen al año en Europa a causa de las altas temperaturas. La cifra podría aumentar hasta las 90.000 a finales de siglo debido al aumento de la temperatura

El estudio también ofrece un cálculo sobre el impacto sobre la mortalidad que supondrá la pérdida de bienestar provocada por el calentamiento global. En la actualidad, se calcula que 2.700 personas fallecen cada año en Europa a causa de las altas temperaturas. Un aumento de 1,5ºC en la temperatura media de la región elevará esa cifra a 30.000 muertes anuales en 2050, mientras que si el ascenso es de 3ºC el número de muertes llegará a las 90.000 para finales de siglo. El 80% de estos fallecimientos se concentrarán, de nuevo, en países del sur como Italia, Francia y España.

En términos generales, llegar a los 3ºC de temperatura por encima de los niveles preindustriales a finales de siglo supondrá para el conjunto de la Unión Europea una pérdida anual de bienestar similar al 1,4% del PIB. Limitar el calentamiento global a 1,5ºC dejaría el impacto económico sobre el bienestar en un 0,33% del PIB.

Cinco años después del Acuerdo de París, donde se fijó como objetivo máximo un aumento de la temperatura de 1,5ºC, las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo siguen creciendo, tal y como han advertido recientemente Naciones Unidas. Si bien en la actualidad la temperatura global se sitúa 1ºC por encima de los niveles de la época preindustrial, los cálculos de los organismos internacionales sugieren que, si se continúa con este ritmo de emisiones, para finales de este siglo la temperatura media habrá aumentado por encima de los 3ºC.