EL DECAMERÓN (XXXVII)
Jornada trigésimo séptima: covid–patriotas
MAD es una cultura más beligerante que BCN, por lo que ya han empezado los contactos en la oposición para sacarse de encima el Gobierno Ayuso, esa amenaza sanitaria, social y democrática
Guillem Martínez Madrid , 8/05/2020
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1- Sigo en el micropiso con mi yo adolescente, lo que ha supuesto un cambio radical en mi agenda. Así, el deporte del día dura todo el día. Deporte del día: observación de la mano y caza de flores con la boca. Será por el hongo del centeno, del que el egregio doctor Albert Hofmann depuró el LSD, pero nos hemos vuelto a leer El guardián entre el centeno. Él, en los ratos libres, lee a Ezra Pound como un poseso. Se pilló la obra completa en Foyles hace unos meses. Le cae bien Pound. Por su música, por sus imágenes. Y por imágenes inconexas de su biografía. Pound, niño desahuciado por un banco. Pound, en una jaula, bajo el sol y la lluvia, preso de los aliados, traduciendo, con el culo, los primeros haikus al inglés. Pound en Venecia, dando esquinazo a los hippies que acechaban su casa para enseñarle sus poemas. Pound proponiéndole al Duce un sistema monetario con dos tipos de dinero. Dinero financiero y dinero para el consumo. El Duce se lo sacó de encima de una patada. Hoy no lo haría. Hoy el Duce nombraría a Pound ministro de Economía. De hecho, estamos, glups, cerca de esa idea dinero –no se pierdan el punto 9–. Nadie lee hoy a Pound. Nadie sabe quién es. Solo que es un mito del fascismo y el posfascismo italiano. Casa Pound, epicentro de la cosa, ha convocado, por cierto, manis en las plazas de toda Italia. Con el mismo discurso que utiliza la derecha post-todo planetaria –en Hungría, Mad, Cat, por ejemplo– en esta crisis. El Gobierno, o un agente extranjero o extranjerizante, mata, mientras nosotros, la nación verdadera, no. La parroquia asistirá a esas manis con mascarillas con la bandera italiana. La mascarilla con bandera empieza a ser un fenómeno. Vox y PP gastan una con la que pareces el Capitán Covid. En Cat las hay con la banderita. No se ven mucho. La gente se pone lo que puede. Para evitar eso, la Cambra de Comerç de BCN ha sacado otra mascarilla. No sirve, sanitariamente, para nada. Solo tiene una función: la identificación. Es el nuevo lacito amarillo, que demuestra origen e inocencia. Es decir, quién es extranjero y culpable. Me dicen que hay mascarillas republicanas. Lo que significaría el fin de la República. Su payasización cat en otros territorios.
Hungría es una aberración que explica la normalidad. Por ahora son más de 300 muertos oficiales –Hungría, vamos, miente; como cualquier Estado, landero autonomía europea–. Hasta el muerto 200 siempre se especificaba el origen racial del fallecido –eran senegaleses, gitanos, kosher...–, en lo que era una prueba poética de que el virus venía de fuera, pero que se enfrentaba a una raza fuerte y organizada por un Gobierno próximo, verdaderamente democrático, que entendía su raza y su cultura. Lamentablemente, ese Gobierno preclaro también tenía un enemigo interior. Son los malos húngaros, seres inferiores, engañados y vendidos al extranjero. Viven en Budapest y tienen una institución propia –el Ayuntamiento–, la única no dominada por Orbán. Son, con su desorden e improvisación, los otros responsables de esa pandemia. Tanto que Orbán y la ciencia han tenido que tomar decisiones. Mientras Hungría se relaja, el confinamiento en Budapest se mantiene. Es una suerte de castigo. Este esquema –gobierno puro de nación pura enfrentado, por la ciencia, a gobierno impuro de nación impura, incapacitado biológicamente– viene a ser lo que está ocurriendo por aquí abajo. Donde los Gobiernos MAD y Cat podrían ser la pureza, la nación, la única democracia verdadera, y el triunfo del mito sobre la enfermedad.
3- Esta semana ha sido un festival MAD y Cat. No se lo pierdan.
4- MAD y Cat son los mayores territorios de infección y contagio. Pero tienen más paralelismos. Son coaliciones derechistas –la muerte de las humanidades, el hoy-nadie-lee-a-Pound, posibilita que un partido se defina como republicano, por ejemplo, sin tener que demostrarlo o ejercerlo; el facta, non verba de los antiguos ha pasado a ser verba, non facta; es la época; es el fake–. Ambos han apostado por las mismas políticas en pandemia, tras haber realizado los mayores recortes en Sanidad. A saber: a) la elaboración de planes, en ocasiones sin lógica o razonamiento, cuya función no era sanitaria, sino que tenía el rol de diferenciar a sus gobiernos frente a la autoridad sanitaria. La b) sentimentalización de los discursos, lo que impide el c) tratamiento objetivo de la pandemia. Para ello se ha recurrido a la d) declaración excesiva y trumpista de sus líderes, con chorradas tan de bulto que impiden hablar de la realidad, pero no de la chorrada, en verdad muy buena, nivel Barrio Sésamo. La voluntad de e) pagar un extra al colectivo sanitario, a fin de visualizar que esto es una situación extraordinaria, que si no, no habría ningún problema. En ambos gobiernos f) han tenido serios problemas con la transparencia de sus estadísticas. Ambos optaron, en el momento álgido de la crisis, por el g) abandono de los geriátricos. Ambos solventaron, tiempo después, ese acto de dejación h) integrando Bienestar Social en Sanidad. Es decir, reconociendo que era un preciosismo. Ambos finalmente, i) se enfrentan a la posibilidad de ser llevados a juicio por homicidio. Ojo, no rebelión o cualquier otro dadaísmo. Por homicidio. Ambos se defienden y defenderán de todo ello aduciendo que lo suyo es reconstrucción nacional boicoteada por otra idea de nación, degenerada. Ambos se librarán de las consecuencias de sus actos –políticas; ya veremos las penales– por ello. La diferencia de ambos gobiernos es que uno –MAD– está por el pase a la fase I sin pasar por la casilla de salida. El otro, lo que es más razonable, por la permanencia en la fase 0. Si bien vía verba, non facta, proponiendo regiones sanitarias que, tras los recortes y los cierres de Centros de Atención Primaria en esta crisis, no son efectivas. Y con la radicalización de medidas en el área de BCN, que en efecto está pachucha, pero también es la Babilonia, los descreídos, el Budapest cat. Una ciudad del cinturón de BCN, de hecho, ha declarado persona non grataa las autoridades cat del ramo.
5- Los últimos movimientos en MAD han sido divertidos. Ayuso –selección negativa, lo que no indica incompetencia; la selección negativa, de hecho, prima la competencia en propaganda e ideología mítica y no confesable por encima de la competencia profesional y efectiva– cambió en 24 horas su parecer sobre las fases. De defender permanecer en la fase 0, pasó a defender la fase I, inicialmente defendida por Ciudadanos en solitario. Esa decisión supuso la dimisión de la directora general de Salud Pública. Por lo visto, un error de la selección negativa. Es decir, tenía criterios sanitarios y profesionales. MAD es una cultura más beligerante que BCN –la ausencia de beligerancia, el terror a definirte en público han sido, de hecho, una de las grandes bazas del procesismo, ese gregarismo incontestado institucionalmente; ni siquiera en 2017; ni siquiera ahora–, por lo que en MAD han empezado contactos en la oposición para sacarse de encima el Gobierno Ayuso, esa amenaza sanitaria, social y democrática.
6-Es poco probable que lleven a algún sitio. Ciudadanos ha dado un giro en el Congreso. Pero no tiene por qué darlo en otra instancia. Es más, con ese giro, Ciudadanos –un partido derechista cat, no lo olvidemos; es decir, nacionalista, de agitación y propaganda; en este caso, esp, no cat– puede haber ganado el estatus italiano de partido bisagra. Y libre. Capaz de gobernar con lo suyo –la ultraderecha nacionalista– en unos puntos, y con PSOE-UP en otros. La política esp, en fin, lo admite todo. Es, por tanto, irreal. Lo admite todo, pues todo cabe en el mito.
7- En Cat la sensación es que se aproxima la implosión. Lo que puede ser falso. La política cat ha estado tan cerca de la implosión desde 2017 que podría haber patentado la fusión fría en varias ocasiones. Esta semana ha trascendido que Oriol Mitjà, el gurú sanitario cat –importante en su día por extranjerizar el virus y establecer soluciones sanitarias húngaras–, no se habla con los líderes procesistas. Supongo que porque el procesismo quiere que sus héroes sean políticos. También ha trascendido el progresivo divorcio entre el staff procesista-sanitario y los sanitarios. En el Clínic no se ha permitido, por ejemplo, que cráneos egregios que firmaron manifiestos de Mitjà participen, entren u ojeen equipos de investigación. El Consell Asesor de la Salut ha pegado un duro palo al Govern, que visualiza su posicionamiento húngaro –teníamos el mejor plan porque somos mejores; ese es el eje de la selección negativa en cualquier departamento; incluso, glups, el sanitario–. En un documento hecho público, critica aspectos como la ausencia de previsión –hoy ha trascendido que el único país que lo hubiera hecho todo antes y mejor de haber sido Estado traicionó sus propios protocolos autonómicos de salud retrasando su intervención una semana–, el establecimiento de criterios de edad para acceder a las UCIs –la Gene fue el único gobierno occidental en codificar ese germanismo de los años 30 por escrito; el Consell alude a esa decisión como una bancarrota ética, con otras palabras– y la no inversión en materiales. En el texto se habla de “ausencia de protocolos y pautas rigurosas”, “falta de capacidad de respuesta”, “falta de pruebas de diagnóstico”, “la falta de una voz científico-técnica consensuada, autorizada, reconocida”. Supongo que en TV3 habrá salido todo eso bajo el titular: “Minero jubilado ofrece a Torra una reproducción de la Mare de Déu de Montserrat esculpida con la cera de sus orejas”.
8-La pregunta es: ¿podrán MAD y Cat zafarse de su responsabilidad política? En 2004, el PP se zafó de la instrumentalización de 200 cadáveres tras descubrirse que mintió sobre la autoría de un atentado. En 2017, los partidos procesistas mintieron a su sociedad. Lo han vuelto a hacer en 2020 instrumentalizando mucho más que 200 cadáveres. Para eludir la realidad, tanto PP como el procesismo, en 2004 o 2017, sólo tuvieron que agitar dos banderas de colores similares. Lo que es un indicio del futuro, tal vez.
9- En eso –piticlín-piticlín–, suena el teléfono. Es Isidro López. “¿Te pillo bien?”. Le digo que me pilla friéndome un huevo. “¿Estabas a punto de comer?”, me pregunta. Me estaba duchando y mi yo adolescente ha abierto un grifo, provocando la salida de agua hirviendo por mi alcachofa. Pero le respondo, simplemente: “No”. Me habla de economía. Resumen: además de no coronabonos, y gracias a la ruptura esp del frente Sur, nos comeremos con patatas la deuda creada. Que, por tanto, no aumentaría mucho. De hecho, el Consejo de Ministros ha aprobado hoy la ampliación de la cosa ERTEs hasta junio. Lo que puede ser poco. Si la pasta UE viene como deuda, estamos más cerca de un sur a su bola y fuera del euro, más cerca de la creación de una zona euro-b, el dinerito para consumo de Pound. “En junio veremos las estrellas. Y en septiembre, más. Ha desaparecido el mercado laboral. Y las cosas nunca vistas tardan en verse”. Hablando de otra cosa, acabamos hablando de la UE: “Europa es la decadencia. Las derechas e izquierdas USA no lo son, ni siquiera ahora, con unos USA decadentes. La izquierda USA mola. Sus intentos de unir al Partido Demócrata con los movimientos sociales, hasta ahora fallidos, son maduros e interesantes”. “Aquí, el Bienestar tardío carece de sentido político. Se ha olvidado el sentido político y dinámico del Bienestar”. Luego hablamos de Esp. “Está en una fase rara. Una fase de política pura. Como si no existieran los poderes reales. Ahora, en el desconfinamiento priman las medidas absurdas. Sólo poseen el sentido de relato el poder, sobre todo el autonómico”. “Cuando esto pase habrá mucha gente en al calle, cabreada, protestando a través de las ideas cogidas durante el confinamiento”. ¿Es decir, a través de los nacionalismos? “No lo creo. Ha quedado claro que esto es una provincia alemana. Espanya ens roba no tiene futuro”. “¿Lo tendrá somos-una-nación-milenaria-y-chachi-y-Alemania-nos-roba? Ni idea”.
10- Mi yo adolescente deja de leer, me mira y me dice: “Me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Solo yo. Estoy al borde de una precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiecen a correr sin mirar a donde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Yo sería el guardián entre el centeno. Sé que es una locura”. Lo es. Más cuando, ya lo verás cuando crezcas, eres el precipicio y no el vigilante, y el centeno son banderas.
1- Sigo en el micropiso con mi yo adolescente, lo que ha supuesto un cambio radical en mi agenda. Así, el deporte del día dura todo el día. Deporte del día: observación de la mano y caza de flores con la boca. Será por el hongo del centeno, del que el egregio doctor Albert Hofmann...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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