EL DECAMERÓN (XXXVIII)
Jornada trigésimo octava: covid-sentimientos
La sentimentalización parece ser la apuesta estructural de Casado. Si bien por ahora le está saliendo fatal, le puede salir bien, pues, al menos, ha salido bien en todos los territorios en los que ha entrado
Guillem Martínez Madrid , 13/05/2020
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1- Aquí, con mi yo adolescente, que está leyendo T.S. Eliot. Le impresiona la alocución “somos enanos a hombros de gigantes”. No sabe que es más impresionante su significado cuando abandonas la adolescencia. Vendría a ser: “somos enanos a hombros de cadáveres”. Debajo de nosotros hay toneladas de muertos. No solo escritores de hace 500 años. Es más, de esos hay muy pocos. Hay, lo dicho, muertos. A secas. Mueren para que vivamos. Sin esos muertos no habría vivos. Lo que nos convierte en depredadores. Exemplum: de los casi 27.000 muertos en Esp en esta crisis, unos 17.000 han sido sin acceso a la hospitalización. O incluso a la medicina. Han muerto en la selva. Es decir, en sus residencias geriátricas. Un negocio que Gorka Castillo y Miguel Mora explicaron este domingo en un reportaje que explica, a su vez, los enanos que llevamos a hombros los muertos y los no-muertos. Empresas gigantescas, en ese caso. El 70% de los fallecidos han sido sacrificados en el altar de los enanos para que los hospitales y UCIs no colapsaran, de manera que sólo –¿sólo?– murieran 10.000 personas, en hospitales y UCIs recortadas. La selva es más benigna. En la selva no mueren en un par de meses tantos individuos de una especie devorada por los enanos de esa especie. ¿Cómo es posible que ahora mismo no estemos haciendo cola en el Tribunal de La Haya? Se me ocurren tres razones. La primera que me viene a mano es que lo sabemos. Lo vemos cada día, de manera que hemos dejado de verlo. La más anecdótica es que estamos confinados, y que hasta la fase 3 no nos encontraremos con nosotros mismos. Será un encuentro en la 3º fase, en otra dimensión, imprevisible. La última es T.S. Eliot. Es decir, la poetización de la realidad. A través de los sentimientos. Eliot, en ese sentido, es una XXXXXX pinchada en un palo. “Eso lo serás tú. Deja en paz a Eliot”, dice mi yo adolescente. A lo que agrega: “fascista”.
La extrema derecha, gracias al uso de los sentimientos, establece dos verdades. La inocencia y el odio. Allí donde llega la extrema derecha se produce inocencia. Es decir, un odio desmesurado
2- Conforme se va dibujando la estructura de la muerte en esta crisis –es la misma estructura que para la vida; el beneficio; en este caso la obtención de beneficio por parte del neolib gracias a la venta de lo único de valor que poseía; el Estado–, los políticos con mayor responsabilidad en toda esta eugenesia de la Srta. Pepis, van apostando por la sentimentalización.
3- Ya de por sí llamativa, se ha visto redoblada este finde. Lo que indica que la escabechina ha sido descomunal. La consellera de Sanitat de la Gene se ha hecho fotografiar llorando apoyada contra la pared –frente a ella, a modo de bodegón holandés, una mesa con diversos productos, entre ellos un rollo de papel; igual, de ahí el lloro, era el último–. La presi de la CAM, a su vez, ha posado para un diario interpretando a una virgen, en el momento en el que San Gabriel le anuncia que, si no descuelga alguien el teléfono, van a morir como chinches en las residencias. Siendo iguales, a mí me impresiona más la foto de Ayuso. Por dos razones. La primera es que el procesismo lleva 10 años llorando. No me impresionaría siquiera que lloraran Saint Émilion. La segunda es que, por h o por b, siempre acostumbro a acabar con chicas con ojos de majara. Como los de Ayuso. Mi vida, de hecho, es cerrar la nevera de noche y encontrar al lado a, zas, Ayuso. Esas fotos han sido, en fin, una biografía condensada. “No me jodas. ¿Por qué no hacemos algo, nen?”, dice mi yo adolescente. Imposible, le digo, el carácter es el destino.
4- Los sentimientos son un tesoro. No así la sentimentalización, su dramatización y su exhibición. Que son basura. Es más, todo eso es la época. Es algo normal tras la muerte de las humanidades/la astucia/la decodificación de mensajes. Quizás por ello la sentimentalización está tan presente en política. Más aún en la extrema derecha, donde el sentimiento es el todo. Es decir, lo sustituye todo. Es la comunicación y la política. Y la verdad. Pues la extrema derecha, gracias a la utilización de los sentimientos, establece dos verdades. La inocencia y el odio. Allí donde llega la extrema derecha se produce inocencia. Es decir, un odio desmesurado. Y, con todo ello, la sensación de estar vivo, de no ser un muerto. De no tener un enano a hombros, por tanto. Por lo que te pueden poner tantos enanos/empresas encima como quieran. En Cat –va un par de años avanzada en esta crisis de régimen, a la que le se le ha solapado una epidemia– más del 50% de los partidos son netamente sentimentales –JxC, ERC, CUP, C’s–. En MAD sucede algo parecido. Frenado por el hecho de que el PP –el que podría decantar la balanza de la sentimentalización total a nivel estatal– no es un partido MAD, sino que se debe a otras lógicas. En ese sentido, la sentimentalización vertida en MAD por el PP de Casado está teniendo serias respuestas en otros territorios –Galicia, Castilla-León–, comunicativamente menos modelnos, y que no acaban de ver la apuesta clara. La sentimentalización parece ser la apuesta estructural de Casado. Si bien por ahora le está saliendo fatal, le puede salir bien, pues, al menos, ha salido bien en todos los territorios en los que ha entrado. Donde entra, en fin, finaliza la opción de hacer política. De hablar, incluso. Es la crispación absoluta. Que convierte la política en autónoma y sin control. En imparable. Como un llanto.
5- La política se vuelve autónoma. Responde a sus propias leyes. Va a resultar difícil, así, una moción de censura a Ayuso –una amenaza sanitaria y democrática–. La razón: que C’s invierta su apoyo significaría un drama sentimental, inasumible. Los sentimientos –en última instancia, nacionales– dificultan no sólo la razón, sino lo razonable. En Cat, con la que ha caído, podría extrañar que no se hable de moción de censura –por las mismas razones que en MAD; aumentadas, literalmente–. La razón: supongo que nadie se atreve a abrir una caja de Pandora sentimental que, de hecho, siempre está abierta. Han empezado, por otra parte, las amenazas personales en la política y el periodismo. La sentimentalidad, bien conducida, produce mamporreros dispuestos al pogromo. Es decir, produce miedo. Físico. Tanto en MAD como en Cat, por otra parte, la sentimentalización ha hecho mella en las izquierdas.
6- La composición de la Asamblea de MAD, con más izquierdas de las existentes en la vida, ilustra un mapa de la izquierda fascinada también por esa sentimentalización, que es el exceso de amor propio. Es decir, de identidad. Eso posibilitó la votación de un Gobierno de extrema derecha sentimental en su día, y dificultará, supongo, una moción de censura apañada. En Cat sucede lo mismo. El PP ha recuperado la única alcaldía que tenía, Badalona. Por la imposibilidad de que la CUP local se apañara con PSC. Y Comuns y ERC. Lo que ilustra una izquierda ensimismada en el laberinto de la sentimentalidad. Como a la derecha, le resulta más sencillo ubicarse en la zona de confort de los sentimientos. Creados, por otra parte, por las derechas. La única propuesta izquierdista parece ser el lenguaje. El léxico.
La presión de la empresa, en todo caso, va a tutiplén, en MAD y en Lima. Una presión nada sentimental, ante una UE –que debería ser el marco–, que pasa
7- Hay una peli –La llamada– en la que una lengua extraterrestre cambia el mundo. Mola. Pero es una peli. En la vida real, el lenguaje no cambia nada. Pero lo hace todo más amable, aplazando cualquier cambio. Es una suerte de sentimentalización. Hasta los años 40, solo las derechas confiaban en el lenguaje como constructor de realidad. Desde los 70, más en los 80, y vía USA, existe la creencia izquierdista de que el lenguaje lo cambia todo. Que hablar en femenino, por ejemplo, produce algún cambio. Es posible que sí. Pero no el cambio de igualdad salarial, que igual hasta queda aplazado. Eliminar los pronombres posesivos, en fin, no elimina la propiedad privada. La CUP –no es una seta; es una región de la izquierda, lo que la universaliza–, en los últimos años, ha posibilitado un presi de la Gene de ultraderecha, ha votado con Vox contra el gasto y el estado de alarma, y hoy a un alcalde del PP racista. Y todo eso con un lenguaje propio, que le llena la boca. Y poco más.
8- Hablo –piticlín-piticlín– con Casandra. Sobre lo que hay detrás de las lágrimas en Cat y MAD. Me explica que lo de las residencias ha sido mundial. No así la opacidad MAD/Cat. Tras evaluar negativamente ambos gobiernos, me explica que “los boletines epidemiológicos del Departament de Salut son impresentables. Los de MAD van ganando profundidad y exhaustividad. Los Cats son confusos. No incorporan franjas de edad, de ingresos, de mortalidad, ni si tienen o no patologías previas. Tienen esa info. Pero pasan”. Igual eso sólo ilustra una selección negativa más sostenida en el tiempo. Me pasa un informe Cat. En la intro, glups, se puede leer: “...aquesta manca d'exhaustivitat impedeix proporcionar resultats a nivell territorial”. Algo llamativo si pensamos que Girona es, hoy, una de las regiones del mundo con mayor tasa de defunciones por covid-19. No, si no me extraña que lloren. ¿Pero los informes no los hacen técnicos?, pregunto. “Les darán directrices, supongo. Un técnico no tiene mucho margen. Los informes Cat, de hecho, han sufrido variaciones mil”. “En todo caso, en ambos puntos están muriendo, literalmente las clases de renta baja y muy baja. La clase media no lo está pasando nada bien, y la alta lo pasa perfectamente. La covid-19 ni la roza”. “La calidad y la profundidad de los boletines epidemiológicos muestran el respeto que se tiene hacia la opinión pública y la salud pública”, concluye. Para todo lo demás, sentimentalidad.
9- Otra utilización de la sentimentalidad han sido las respuestas territoriales ante las fases. MAD la ha liado. La Gene –me temo que es víctima de la psicología inversa–, pues no. No obstante, en Esp parece suceder lo mismo que en Alemania. Los landers parecen ser más sensibles a las presiones de la economía que, y ya es decir, el Gobierno federal. La presión de la empresa, en todo caso, va a tutiplén, en MAD y en Lima. Una presión nada sentimental, ante una UE –que debería ser el marco–, que pasa. Ejemplo: las compañías aéreas han decidido no reducir pasaje. Una empresa en MAD se dedica a ofrecer a otras empresas carnets de inmunidad de sus empleados. Algo ilegal y contra el derecho a la intimidad. Una cadena de grandes almacenes, cuyo nombre empieza por Corte y acaba en Inglés, emite propuestas de apertura, que integran la toma de temperatura a sus clientes. No se puede tomar la temperatura a un ciudadano. Por lo mismo que no se le puede hacer una rectoscopia a palo seco. Es un acto médico. Requiere autorización y capacidad. Y, glups, cierto cariño.
10- La semana pasada apareció un artículo firmado por el vicepresi Iglesias, y los ministros de trabajo de Italia y Portugal, pidiendo una renta mínima europea. Es un brindis al sol. Pero estuvo a punto de brindar también Alemania y Francia. El Gobierno interpreta con todo ello que la batalla de los eurobonos sigue abierta. Que el SPD está a favor, por ejemplo –algo no del todo claro–. Por ahora no hay más mutualización que la puerta de atrás del BCE. La semana pasada el TC alemán se cargó esa posibilidad. Sí, el TJUE matizó eso. Pero la RFA, desde 1945, por respuesta lógica a su pasado, siempre obedece a su TC. Y, desde los años 20, tiene terror a las políticas monetarias. Pinta mal. Los gastos en ERTEs están garantizados por 6 meses, desde la vuelta al trabajo. Algo difícil si pensamos que la UE ha acordado un fondo para Esp –deuda, vamos–, de 25.000 millones. UP ha propuesto nuevos ingresos –a discutir en la Comisión de la Reconstrucción, ese sitio en el que la sentimentalidad y las propuestas de gasto chocarán; acostumbra a ganar quien llora y se seca las lágrimas con una bandera–, como uno que podría recaudar un monto por el 1% del PIB: un impuesto a las grandes fortunas que no fijen domicilio fiscal en Holanda en 3, 2, 1.
11- “Somos enanos a hombros de gigantes”, me dice mi yo adolescente. Mientras busco algo en la nevera le digo que se vaya al guano. Al cerrar la nevera me topo con Ayuso. Acojona.
1- Aquí, con mi yo adolescente, que está leyendo T.S. Eliot. Le impresiona la alocución “somos enanos a hombros de gigantes”. No sabe que es más impresionante su significado cuando abandonas la adolescencia. Vendría a ser: “somos enanos a hombros de cadáveres”. Debajo de nosotros hay toneladas de...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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