DECAMERON XLI
Jornada potracacientos: Los covid del hambre
Estos días, a pesar del cuello pisoteado, prima por aquí abajo el cuello besado. Es decir, cierto optimismo. El optimismo se parece al pesimismo, o al amor, en que no tiene por qué responder a causas reales
Guillem Martínez Madrid , 3/06/2020
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1- Hoy me ha despertado Apolo con su lira y una profecía: “Άκου, κοτόπουλο: σήμερα μια ισχιαλγία θα σε αφήσει λυγισμένο”. A lo que yo he contestado –traduzco de manera aproximada, y perdiendo con ello giros y belleza del jónico-ático– que se meta la lira por donde considere. En griego antiguo eso no es una desfachatez sino, como descubro repentinamente, zas, una forma de romper el hielo entre caballeros. Ya en pie –yo, precariamente, por lo de la lira–, practicamos el deporte helénico del día. Lanzamiento de disco. Concretamente, la discografía completa de OT. Luego salimos a desayunar a una terracita. Allí, ante nuestros ojos, deambula el todo MAD. Se ha puesto mono y sensual, tras más de 80 días de posguerra. La gente avanza con sus mejores galas, y en modo este-piso-se-vende-nene/a. Vemos, incluso, varios Wonderbra X/F38, ese modelo del que todo el mundo habla y que, antes del confinamiento, sólo había sido visto por tres pastorcillos portugueses. Que se volvieron majaras. Diseñado por la NASA, y avanzado a su tiempo, el prospecto asegura que puede entrar en la atmósfera terrestre sin arder. Contemplarnos emociona a Apolo, que inicia un monólogo. “Sois tan distintos, y a la vez tan iguales, que me cuesta diferenciaros. Cuando Ilión, como sabrás, iba con Troya, pero que sepas que hasta hoy me cuesta un huevo diferenciar a un troyano de un aqueo. A vosotros os gusta diferenciaros. Os gustan las dicotomías. Con ellas dibujáis el mundo. El mundo es indibujable. Por eso me inventé el lema de Apolo: conócete a ti mismo. Es imposible. Pero es aún más improbable conocer el mundo”.
2- El mundo es indibujable. Tiene que ver con pisar un cuello en Minnesota y besar otro en Constantinopla. De pronto hay olas –algunas provocadas; otras, mágicas, de difícil ubicación– que ordenan el mundo. Estos días, a pesar del cuello pisoteado, prima por aquí abajo el cuello besado. Es decir, cierto optimismo. El optimismo se parece al pesimismo, o al amor, en que no tiene por qué responder a causas reales.
La lavandería costó 110 euros por paciente –en un hospital normal, 3,3–; la limpieza, de Florentino Pérez, 9 veces más que en un hospital no ficticio
3- Una amiga brit, médica en Londres, la entraña de la bestia, me explica que el Big-Kahuna –así es como llaman los surferos a la ola de tu vida, que te mata o te glorifica– ya ha pasado. Los sanitarios están hechos polvo. En contrapartida, entran pocos casos de la bicha, si bien muchos de sus secuelas. Trombos, me dice, à gogó. En Esp hace semanas que la cosa va así/bien. Se ha llegado a suceder, incluso, el segundo día sin defunciones. O no. Que no se sabe. A saber: a) las cifras oficiales de mortalidad –me temo que las más verificables del monto– son 27.127, si bien este mes se han pagado 38.508 pensiones menos a jubilados –guau–, que cruzaron la Laguna. El instituto Carlos III habla de 43.043 fallecidos reales –lo que aumentaría la cifra surreal de fallecidos en residencias; algo importante en tanto puede/debe ser un tema penal–, y las funerarias –el cuento de la vieja– documentan 43.985. El caso de la cosa es que las estadísticas vienen de las CC.AA. –lentas y poco fiables; me informan que Cat sigue siendo un berenjenal; ahora que no hay ONCE se podrían hacer los sorteos con los números aleatorios que da la Gene a diario–, pero es el Gobierno quien las da como buenas. Es decir, practica una amnistía diaria a algunos focos de incompetencia o deshonestidad. Exponiéndose, de manera efectiva, a ser el responsable ulterior de esta nueva emisión de trile. Lo es ya para las extremas derechas, que no pasan datos fiables y fabrican trile. En esta ocasión, trile con muertos. Sin estadísticas, por otra parte, no sólo no hay información, sino algo peor en este caso. Un número R útil.
4- Y ya que ha salido el tema residencias, inciso. Un consejero C’s de la CAM ha aludido a la decisión –escrita, con papeles– de negar la atención hospitalaria a ancianos –suena fatal, pero ese es el título de la canción– como algo alejado de la ética pero también de la legalidad. Como Speer en Nuremberg, no sólo es el primero, sino tal vez el único. Esto habla de a) perturbaciones en el Lado Oscuro de la Fuerza –Fuerza: PP, Vox, C’s–. Pero también de una variabilidad política mayor en MAD que, pongamos, en Cat, las dos CC.AA. cuyos gobiernos redactaron este tipo de documentos pro-eugenesia –en MAD, que son gatos pardos y discretos, el papelito apareció la semana pasada; en Cat estuvo colgado en la Red, con orgullo del trabajo bien hecho, hasta que la OMS dijo que eso es yuyu–.
5- Más sobre las 8 diferencias MAD-BCN. En un pleno autonómico MAD, Mónica García –Más Madrid– enumeró los costes de IFEMA, el hospital que salvó a MAD de la combustión espontánea, cuya principal función fue realizar un party el día de su clausura. La lavandería costó 110 euros por paciente –en un hospital normal, 3,3–; la limpieza, de Florentino Pérez, 9 veces más que en un hospital no ficticio; el mantenimiento –de Ferrovial, se supone– 400.000, y el menú de los enfermitos 40-60 pepinos, lo que indica que la tortilla deconstruida ha llegado a la sanidad. En MAD se sucede una mayoría-rodillo, que hace lo que quiere. Pero existe una masa crítica y mosca, que impide la fiesta y la épica. No sucede eso en Cat. Quizás es una de las ventajas de dominar los medios de comunicación más determinantes, algo que afecta hasta a la oposición política, incluso. Inexistente en esta pandemia en Cat. Fin del inciso.
6- Estamos por tanto, en pelotas. Con buenas impresiones, debajo de los datos reales, que vete a saber. Y, todo ello, sobre una ola de optimismo galopante –el optimismo es galopante, como un caballo llamado Tristeza–. Hay, por otra parte, es cierto, datos objetivos para el optimismo En otros puntos. El paro no se ha ido a la XXXXXX. Ha subido en unas 27.000 mil personas /virgencita-déjame-como-estoy-etc. Lo de la Renta Mínima –no se pierdan el punto 10-11–, ha supuesto una explosión de vitalidad. Pero no hay datos para pensar que tanto paro como Renta Mínima se van a quedar en este estadio chachi. Lo del paro ya se verá en septiembre, cuando finalice la campaña turística. Turismo y hostelería son la precariedad, el contrato chungo, la metáfora del mercado laboral esp antes de que, glups, desapareciera. Y lo de la RM depende de la voluntad política de los contrarios a los que la han creado –que no se pierdan el punto 10-11, leñe–.
7- Relacionado con el optimismo –y, me temo, con la ausencia de estadísticas fiables–, viene el anuncio de abrir las fronteras al turismo el 1 de julio.
Las aerolíneas calculan volver a la normalidad previa a la crisis en –glups– 2023. Para llegar hasta ese momento, defenderán que volar es sano
8- ¿Esto es así? Vete a saber. Vete a saber la distribución por fases en el territorio en aquel momento. Vete a saber la situación en los diferentes Estados de Europa que vienen a la costa Esp cada verano, en busca de los servicios que, como la sangría, sólo puede ofrecer una cultura elaborada, formulada y envuelta para regalo en Roncesvalles. La Comisión Europea –a ver cómo acaba el tema pasta; para todo lo demás en esta pandemia ha actuado en la misma línea de lo que hizo en la epidemia de peste del siglo XIV, cuando no existía– no ha garantizado la originalidad comunitaria –el desplazamiento de personas y mercancías–, ha dejado a cada Estado abandonado a su lado oscuro y, para el caso que nos ocupa, ha establecido que los Estados, para garantizar la cosa turismo, deben elaborar planes en tres fases. Que, como supondrán, serán a), b), c). O 1), 2), 3). Poco más se sabe. Sí, se ha hablado de hacer pasillos-turísticos. Pero de pasillos –recuerden el de Gdansk–, mejor no hablar, que dan gafe.
9- Las compañías aéreas ponen la cosa un poco en su sitio. Hay un adagio entre los expatriados alemanes que dice que, en una crisis, Lufthansa es el mejor médico. Si eso es así, la cosa está pocha. Hasta hace unos pocos días, la flota de herr doktor Lufthansa, unos 900 aparatos, estaba, muerta de risa, en el Scapa Flow alemán. Ahora empiezan a volar. Pero no es para echar cohetes. En junio, por ejemplo, se establecerán vuelos con Valencia, Ibiza y Mallorca. Un amigote piloto me explica que las previsiones, en general, son esas. Vuelos a, sobre todo, los dos archipiélagos. Respecto a años anteriores, esos vuelos supondrán el 30% de lo que hubo. Poco. En general, las aerolíneas calculan volver a la normalidad previa a la crisis en –glups– 2023. Para llegar hasta ese momento, defenderán que volar es sano. Un avión no solo tiene mucho hierro, sino que el 99-y-pico% de la bicha muere debido al ingenioso uso del aire acondicionado. Algo matizable: Air France, me dice Casandra, está estudiando un caso de contagio. En Esp hay un huevo de personas en cuarentena por un solo vuelo con un enfermo. Por otra parte, pueden venir portadores en avión. Ese ha sido el caso de un príncipe belga, que recientemente ha reintroducido el virus en Esp, como compensación de la introducción, en los 80, del gofre. La otra herramienta para llegar a 2023, después del ERTE, es un martillo. El ERE. Que afectaría al 20-40% de las plantillas, según. Francia, Alemania e Italia han anunciado nacionalizaciones, que las compañías aplauden con las orejas. Aquí, hasta ahora, estamos por la mano invisible. La que te ajusta oferta y demanda y, a la vez, te toca el culo en el metro o la pandemia.
Francia, Alemania e Italia han anunciado nacionalizaciones, que las compañías aplauden con las orejas. Aquí, hasta ahora, estamos por la mano invisible
10- El golpe en septiembre puede ser muy duro. La dureza en el país del turismo, los contratos precarios –el 40% del total–, y del autónomo post-asalariado, ya ha hecho aparición. En las grandes ciudades –BCN, MAD–, y es preciso señalarlo por su nombre, empieza a haber hambre. Hambre. Personas que, simplemente, no han podido entrar en la cosa ERTEs o la cosa autónomos, pues ya estaban en otra casilla que imposibilitaba cualquier otra casilla. En MAD la respuesta ciudadana va por delante de la institucional. Hablo de ello con Pilar Garrido, de la Red de Apoyo Mutuo Bellas Vistas @redbellasvistas, formada por un centenar de personas. El grupo se formó en confinamiento, facilitando ayuda –formación, compra, paseos al perro, cuidados– a vecinos. Hace un mes, no obstante, empezaron las llamadas de personas que necesitaban alimentos. Hicieron dos grupos. Uno con la Junta de Distrito –de la que se fueron distanciando; “han dejado a la gente tirada”; “el PP da poco, y en bolsas con logo institucional”–, y otro, con La Cocina de José Andrés –la ONG del chef, radicado en USA, cocina hasta 10.000 menús diarios, snif, desde Vallecas–. Actualmente el grupo facilita los alimentos de 120 familias, unos 300 individuos. Son menús escuetos, de unos 30 euros por persona/mes. “No están bien alimentados. Es un parche”. Sacan la comida de “un montón de donaciones, de los mercados de barrio, del Banco de Alimentos, y de las empresas, que entregan productos a punto de caducar”. La lista de espera para acceder a la ayuda del grupo es larga. “Esto es peor que en 2011. No lo he visto jamás. En el grupo tenemos un cura de barrio, un hombre mayor, buena persona. Y dice lo mismo".
11- La aparición de la Renta Mínima es una herramienta al respecto. Se trata de 850.000 hogares, 1,6 millones personas nominales, 2,3 millones beneficiadas. Se calcula que más de un millón son usuarios de la pobreza extrema. El monto total: 3.000 millones de euros al año. Unas 4 veces menos que lo que recibe la Iglesia. Son pagas de entre 462 y 1.015 euros, si sus usuarios no disponen de un patrimonio entre 16.614 y 43.196 euros. No se trata de caridad, sino de la extensión del derecho al trabajo del que habla la CE78 como una posesa. Es un pequeño milagro. Y más si pensamos que el ejecutor de esa ley es el PSOE, un partido intelectualmente y sentimentalmente alejado de este tipo de cosmovisión antes del pacto de legislatura y, definitivamente, antes de la pandemia. La RM es un cambio de mentalidad. Que puede, o no, augurar otros, como la Renta Básica, algo que no sucederá sin movilizaciones, ni sin su demanda. Es importante saber que pocas derechas se oponen a la RM. Las cat, pues no. Si bien ni se enteran. Torra, una mente capaz de discernir entre 3.489 subtipos de ratafia, el otro día confundía RM con RB. Vox se opone de manera radical. PP la acepta con matices. Siguiendo las directrices de FAES, parece que la acepta, siempre y cuando no sea indefinida. Como en su día el matrimonio gay. O el bikini. Lo que no deja de ser una buena noticia. Para este tipo de leyes –para cacharros como una RB, o un impuesto a la riqueza esp, continental o universal–, no debe haber oposición, ni lucha, como señala acertadamente Piketty, sino la comprensión de su necesidad, de algún tipo, por parte de las derechas. Y esa es la función de las izquierdas. Pues bien, ha pasado más o menos eso. En este momento. Lo que no significa que deje de pasar en el futuro, con otra composición del Congreso. Otro punto oscurito del asunto es la transferencia del asunto a las CC.AA. –no a las forales, sino a las de broma–, no contemplado, pero que acabará cayendo. Es decir, el traslado de la gestión de esa paga a CC.AA. explícitamente racistas, como la andaluza. O implícitamente racistas, como la Cat. Recordemos, hermanos, que el procés se inició con el recorte de la sanidad, pero también, antes, con el impago de la PIRMI, una suerte de RM. Se dejó de pagar porque los beneficiarios iban a cobrarla y a remitirla a Bangladesh. Por eso Bangladesh tiene un portaaviones que bombardeó Reus, se supone. Coló y la medida fue aplaudida. La RM, esa joya inesperada, por cierto, beneficia solo al 50% de las personas que, se calcula, la necesitan. Vete a saber cuántas son en septiembre.
12. Aquí, con Apolo, tocando, con la lira, el popular tema Tirolalira-tirolalira–tirolalira–lalira-la lira.
1- Hoy me ha despertado Apolo con su lira y una profecía: “Άκου, κοτόπουλο: σήμερα μια ισχιαλγία θα σε αφήσει λυγισμένο”. A lo que yo he contestado –traduzco de manera aproximada, y perdiendo con ello giros y belleza del jónico-ático– que se meta la lira por donde considere. En griego antiguo eso...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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