PROCESANDO EL YUYU
La izquierda a la izquierda del río Pecos
El 28M estaba en juego el lugar para una izquierda, la tercera estructura estable tras PCE-PSUC y luego IU. El desastre de Podemos no es algo que dificulte esa estructura, sino, tal vez, algo buscado desde Sumar
Guillem Martínez Barcelona , 4/06/2023
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1- Lo que aquí sigue es una lectura de los últimos días a través de diversos círculos concéntricos, como lo son PSOE, el pack Podemos-Sumar-como-se-diga, la cosa BCN y la cosa Catalunya. Lo que permitirá ver la realidad con amplitud y nuevos ángulos, que es como la ve, desde las alturas, el inquilino moroso del ático de 13 Rue del Percebe, cuya cosmovisión me conozco, por cierto, al dedillo. Vayamos por partes. Concretamente, por la parte PSOE. Vamos que nos vamos.
2- Desde el día de inicio de la campaña, hasta el día posterior a las elecciones, es posible evaluar, a través de su comportamiento, lo siguiente en el PSOE. No hubo, por lo que es posible suponer que no hay, a) una gran inteligencia en el pack campaña de las municipales y, en general, en el pack comunicación. Lo que es una pena, en tanto siempre es una pena gastarse una pasta en un deportivo y que te deje tirado, zas, por no gastarte unos céntimos en un tornillo. No obstante, en Moncloa hay una inteligencia b) importante, superior a la media, única en el análisis del voto y de los comportamientos electorales, en la figura de Jaime Miquel, un gran y discreto asesor. Que tal vez es –supongo; en caso contrario, vaya al punto a), sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar los 20.000 gallifantes– la persona que alumbró la posibilidad de convocar unas elecciones a la mañana siguiente del 28M. Si la inteligencia b) está detrás de la idea de convocar el 23J, hay partido. Si no, pues no. Lo sabremos, en todo caso, pronto. El 23J a las tantas de la noche. Es decir, tras el partido. El fútbol es así.
En defensa del PSOE, se debe decir que, en estas elecciones, se ha descubierto algo importante: el carácter anecdótico del tiempo
3- En todo caso, y hasta entonces, el PSOE, un partido sin la cosa a) –inteligencia electoral, comunicacional–, y tal vez con la cosa b) –el conocimiento de unas dinámicas electorales reales, de fondo, que no han sido explicadas en unas elecciones municipales y autonómicas–, se propone algo importante. Cambiar las mayorías. Las suyas. Aprovechar la polarización que viene para quedarse con todo aquello que, a su vez, pueda polarizar en su entorno. Esto es, aprovechar la polarización para comerse con patatas a su espacio por la izquierda –lo que puede no ser muy complicado, en tanto ese espacio ya se ha digerido a sí mismo–, y a parte de su espacio por la derecha. Sí, llega tarde al intento de todo eso. Pero, en defensa del PSOE, se debe decir que, en estas elecciones, se ha descubierto algo importante: el carácter anecdótico del tiempo.
4- Puede que porque las sociedades sometidas a la tontería neoliberal durante mucho tiempo han perdido inteligencia colectiva, o puede que porque aún la mantengan pese a esa presión, el caso es que cada vez las sociedades llegan más indecisas a las elecciones. Esto es, llegan a ellas inmunes a la realidad. El 30% del censo –como ha sucedido para el 28M– decide su voto a lo largo de los 15 días de la campaña. Tal vez menos. No les interesa la política –lo que puede ser un sentimiento mutuo–, por lo que ambos sujetos –política y votante indeciso– solo se interesan entre sí durante 15 días. Los logros gubernamentales –aumento del SMI, aumento de contratos fijos tras la Reforma Laboral, cosas así, no caben, o no caben necesariamente en el piso piloto que el 30% de los votantes visita durante la campaña. La derecha –no solo la política, sino la judicial, siempre dispuesta a crear noticias llamativas, o la mediática, siempre dispuesta a emitirlas– parece saber y poder construir para esos indecisos noticias divertidas, que confirman una determinada visión del mundo.
5- Las izquierdas no pueden reproducir eso sin dejar de serlo, sin caer en el populismo, en el reaccionarismo, en la crispación, en el periodismo mangui. Esto es, sin hacerle las campañas a las derechas. Pero es importante que lo tengan en cuenta. Que acepten que la gramática política pasa por ahí, lo que es una buena manera de verla venir y de esquivarla. Que sepan que las legislaturas, la formación de opiniones, de memoria, de decisiones, son fenómenos que duran, a efectos reales, 15 días. Los días en los que Kundera decía que una pareja forjaba sus reglas internas. Unos 15 días en los que, tanto en la política como en el amor, es importante, ejem, no cagarla.
Podemos ha descendido en unos términos que ya son vitales
6- Las izquierdas a la izquierda del PSOE han sufrido un descenso de votos llamativo. Podemos, a su vez, ha descendido en unos términos que ya son vitales. Hace escasas horas, un líder de Podemos sintetizaba el momento y la capacidad de análisis –es decir, el momento, indeed–, al explicar que, de no haber pacto con Sumar en breve, “serían corridos a boinazos”. Esto es, en lo que tal vez es otro error de análisis, el analista no caía en que, literalmente, Podemos ya ha sido corrido a boinazos. El 28M.
7- El 28M, por otra parte, no estaba en juego el proyecto Podemos, un proyecto de substitución del PSOE, sustentado por un votante 15M que desapareció, como un ninja y a partir de análisis mal calculados emitidos por Podemos –también, por tanto, por formas de Podemos que se escindieron en el tiempo–, en 2016, la primera, más importante y definitiva corrida-a-boinazos electoral. El 28M estaba en juego algo diferente. Algo que requería menos coreografía, pasión y simpatías, y más discreción y sabiduría: el proyecto, el lugar para una izquierda que, tras las formas primero de PCE-PSUC, y luego de IU, sería la tercera estructura e intento al respecto. Se trata de algo que debería durar 20 añitos, una estructura estable, por lo que sabemos confederal, en la que entrarían partidos y grupos, algunos nacionalistas, localmente grandes, alejados de la cosmovisión y tradición PC. Lo que es nuevo. El desastre de Podemos el 28M no es, supongo, algo que dificulte esa nueva estructura, sino, tal vez, algo previsto y buscado desde alguna instancia de Sumar –un locus que ya cuenta en su seno con buena parte del Podemos territorial–, y algo no calculado en su desmesura desde los análisis de lo que queda de Podemos, un aparato reducido.
8- El 23J, simplemente, mete prisa al asunto de esa formalización, pues hay pocos días para presentar la coalición y presentar las listas. Eso implica acelerar –o, incluso, iniciar– las negociaciones para la convergencia. Sabemos poco de lo que pasa en las negociaciones, si bien tal vez sabemos lo suficiente. Sabemos que a) aquel refrán que defendía que “no pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió” se podría extrapolar también a un “no negocies con quien no negoció”. Lo que nos retrotrae al vae victis de toda la vida. Podemos puede pagar caro, tal vez más caro de lo que valen, pasados posicionamientos que, hoy, después del 28M, precisamente no valen nada. Y sabemos también lo que sucedió, lo que supuso el conflicto, y lo que, por tanto, puede modular las actuales negociaciones y sus EREs. Sucedió un improbable en la cultura PC, compartida por Díaz e Iglesias: el líder saliente nombró un líder entrante –algo sagrado e indiscutible en esa tradición–, tras haber pactado –siempre es así– los pasos a seguir –el proyecto Sumar–, para luego, boom, cuestionarlo. Pasó, vamos, algo chungo y de mal arreglo en esa tradición. Y en cualquier otra.
9- El 28M se produjo, no obstante, una derrota más llamativa, y tal vez con mayores consecuencias políticas a corto plazo que la de Podemos. Lo que nos lleva al castizo, colorido y siempre divertido Gran Estado de Alabama.
ERC baja en todos los sitios en los que eso es posible. Pierde en la CAT no metropolitana, y pierde en la metropolitana
10- En Cat, ERC pasó de ser el primer partido en las anteriores municipales a ser tercero. ERC no ha desaparecido, como Podemos. Pero ha sufrido un fuerte descenso en sus votos. Algo particularmente humillante, cuando en la comida de Navidad tienes que ver a tu suegro de Junts y a tu hijo de la CUP. De los más de 350.000 votos procesistas perdidos –en Cat han bajado todos los partidos, salvo PDeCAT, PP y Vox–, más de 300.000 eran, guau, de ERC –unos 40.000 pierde Junts, para que comparen–. ERC baja en todos los sitios en los que eso es posible. Pierde en la CAT no metropolitana, y pierde en la metropolitana, donde planteó un combate sustitutivo contra PSC en el Cinturón de BCN. En Santa Coloma, el punto elegido para ese combate simbólico, Gabriel Rufián, apoyado de alguna manera espiritual por los posicionamientos de Iglesias en la tertulia de la radio CAT en la que participa –suele/solía otorgar el papel de sujetos a los partidos procesistas, y a retirarlo, por tanto de Comuns; lo que le aleja/ba de la cosa Sumar y le aproximaba a otros aliados–, ERC ha subido nada, un concejal, el PSC ha ganado en modo tanga –imponiéndose en todas las generaciones, clases y situaciones–, mientras que Comuns, gracias a esa polarización mediática, nada espontánea, como sucede con las polarizaciones, ha desaparecido.
11- ERC es otro partido de malos análisis –como sabrán los que hayan leído lo acaecido en CAT durante la última década–. Lo que habla de un partido vertical –como todos; tal vez un poco más, a tenor del carrerón hacia el barranco, en modo chicken game, de la última década–, y con un serio problema con sus cuadros, cuyo sistema de promoción interna, todo apunta a ello, es antes el silencio que el análisis. Es la famosa selección negativa, que tanto modula la política peninsular, me temo, y, puntualmente y con mayor intensidad, la del Gran Estado de Alabama y sus políticos Bubba Gump. La otra característica de ese partido de malos análisis, y con la subsiguiente tendencia pronunciada hacia el error, es el pánico desmesurado y más allá de lo previsible en Jefatura –ese espacio tan pequeño– cuando los errores trascienden a lo bruto. Ahora mismo, para que se sitúen, Jefatura ha entrado en pánico, lo que ha conducido, en tiempo récord, a replantearse su política comunicativa –en CAT/el futuro, no se dispone de otra–, y a abjurar de Satanás y a volver al procesismo –socorro–. Con todas las letras.
12- Junqueras ha llamado a una suerte de reunificación de algún tipo con Junts. TV3 ha recuperado el picor de la juventud e informa, con todo detalle, de grandes e históricas reuniones, sumamente anecdóticas, en Suiza, entre Junts y Marta Rovira, para restablecer el Frente Nacional que tantos logros consiguió en su día –ninguno, de hecho, salvo experimentar con un nuevo tipo de extrema derecha moderna, trumpista, y prolongar, sobre esa juerga, el liderazgo de postconvergencia sobre ERC, ese partido que no supo, y que, visto lo visto, no sabe, ganar–. Aragonès se ha agregado a la Comunión de Fuerzas Legitimistas matizando que sería deseable que la cosa no se materializara en una lista unificada en el Congreso o en el Senado, sino en un estado de ánimo de cooperación, desarrollo y mítica conjunta, una vez que el CEO –el CIS CAT–, sitúa a Aragonès como el Presi menos valorado, históricamente, por sus votantes. Por debajo, incluso, de Torra, la base de la pirámide trófica de los presidents. El Govern Aragonès, por otra parte, no tiene una buena valoración. Parecía querer sostenerse explotando el desbarajuste de Rodalies/Cercanías –un servicio en el trance de dejar de serlo, un agravio diario para miles de ciudadanos–, pero la llegada del verano va a permitir volver a ver, también diariamente, el desbarajuste de la AP7 –la autopista que es el eje Norte-Sur del territorio, y otro ejemplo de colapso y mala gestión, en este caso autonómica–.
13- La mala noticia es que frente a ese Procesismo 2.0 –se supone que puntual y más bajito y menos espiritual, incluso, que el anterior– solo se ha levantado públicamente una voz en ERC. La de Joan Tardà. Hoy retirado, y en su día una voz fundamental para colar la lista única Junts-ERC –lo que otorga a su opinión cierto interés–, parece el único posicionamiento contra un retorno al pasado, y que puede entregar –así al menos lo ha decidido Junqueras– la alcaldía de BCN a Junts. Tal y como suena, y de manera gratuita. Lo que nos lleva a BCN.
Lo que ha creado Trias es un Partido de la Propiedad. Algo más derechista que centrista, y profundamente anti-izquierdista
14- En BCN ha ganado Junts. BCN es, así, y tras la victoria generalizada sobre ERC, lo único concreto que huele a napalm en Junts, ese partido que también ha bajado en resultados. Pero lo de Trias no es tanto Junts como Trias. Su lista –se ha llevado 36.000 votos de ERC– ha pasado de los llenapistas procesistas, lo que ha permitido llevarse electores de las derechas esp –fundamentales; de los anteriores votantes de Valls, aquella joya, Trias ha trincado unos 27.000; se dice rápido–. Lo que ha creado Trias es un Partido de la Propiedad. Que entiende la clase media tal y como la describe Emmanuel Rodríguez en su El efecto clase media (Traficantes, Madrid, 2022). Como la capacidad –o las ganas– de tener vivienda en propiedad y cierto acceso a las rentas –a partir de más viviendas o de fondos–. Esto es, algo más derechista que centrista, y profundamente, voluptuosamente y ruidosamente anti-izquierdista. Un partido de clase, radical. Lo que puede ser traumático para BCN y, en términos generales, para la sociedad. Más si pensamos que Trias 1.0, que se presentó a sí mismo como alcalde socialdemócrata, y no del orden y de la propiedad, como ahora, acabó con una ciudad crispada, dividida, y con su mano derecha condenada a pena de prisión por corrupción. Bueno. La mala noticia es que el nuevo posicionamiento de ERC facilitará la alcaldía a ese perfil. La buena es que parece improbable que ese perfil, exitoso, se exporte a listas para las generales. No existirá el Partit dels Propietaris Catalans. Por ahora.
15- La nueva dinámica procesistaZzzzzz impedirá que las izquierdas –mayoritarias en BCN– gobiernen. ERC parece pasar y estar en modo todo-por-la-patria, esa cosa que, en todas las patrias, consiste en no chulear a lo que hay a tu derecha. El PSC, que lidera la posibilidad de un tri/bipartito, al haber ganado los recuentos por encima de Comuns, parece no estar por la labor. Es posible, incluso, que el tripartito final sea Junts, ERC y PSC, con apariciones puntuales del PP. Ya veremos. El PSC, en fin, ha quedado, como Comuns, a 17.000 votos de Junts. Podría haber ganado, con otro candidato más sólido. La ausencia de una acción decidida para negociar la alcaldía con las izquierdas, habla, de hecho, de la solidez de su candidato. Algo preocupante, pues la opción de un Partido de Propietarios es la que, una vez accedió a la pomada, por error de cálculo de las izquierdas, se quedó como endémica en Madrid.
16- La nueva dinámica procesistaZzzzz, a su vez, impedirá que la opción internacionalista de Trias –clase media, es decir, cierto nacionalismo, pero sin alejar a señores/as de PSC, C’s, PP, sumamente enojados, por ejemplo, por las restricciones al tráfico– sea exportable a una lista a la Generales. Jaume Giró, el candidato a las primarias de Junts que podría exportar a una generales las aportaciones de Trias, ha/le han dimitido ya. En la lista de Junts a las Generales, sobre la que ERC fundará su discurso, primaría el agravio pujolista. Y el último descubrimiento de Pujol: las teorías de la substitución, ese invento de la extrema derecha francesa, presente ya de manera implícita en las derechas CAT. Que vuelven, de la mano de su amiguita, la ERC de cuando le da el canguelo, ese objeto más peligroso, por tanto, que un mono con una pistola.
1- Lo que aquí sigue es una lectura de los últimos días a través de diversos círculos concéntricos, como lo son PSOE, el pack Podemos-Sumar-como-se-diga, la cosa BCN y la cosa Catalunya. Lo que permitirá ver la realidad con amplitud y nuevos ángulos, que es como la ve, desde las...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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