Análisis
Procesando el Proceso (I)
El Processismo va a declarar la República por la vía de urgencia. ¿La cosa va, pues, en serio? No. Se lo traduzco.
Guillem Martínez Barcelona , 23/02/2017
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4 de marzo
Hola. Soy Procesando el Procés. Una sección de su tiempo. Sexy y dinámica y que va al turrón. Alehop. El otro día lo dejamos aquí.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/02/28/catalunya/1488284453_858030.html
Concepto aquí. El Processismo va a declarar la República por la vía de urgencia. ¿La cosa va, pues, en serio? No. Se lo traduzco. La noticia alude a un proyecto de final del III acto en el Procés. Más o menos la cosa funcionaría así. Se cambia el reglamento del Parlament. Se introduce la posibilidad de aprobar leyes sin lectura, a través de la Reforma de la Consti Exprés System, tan, snif, nuestro. Y se aprueba, por esa vía -más española que el carnet de paro o las lentejas- la Llei de Transitorietat. La Llei de Transitorietat es la pera. Tal vez es la Capilla Sixtina del Processisme, ese aplazamiento continuado del Estado propio que convive con propaganda que repite lo contrario.
Está inspirada en el torcuatomirandismo, esa fantasía hispana del centro-derecha de ir de la ley a la ley, que tanto tira por aquí abajo. Es decir, está inspirada en el terror a los procesos constituyentes abiertos. No se sabe nada de esa ley. El Processisme dice que es una ley tan meditada que no puede ser impugnada por el TC. Pero, a la vez, no la publicitan, no sea que el TC la impugne. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿para cuándo una serie de dibujos animados del Procés? Anyway. Sólo se sabe que en su primer artículo fija que Catalunya es una República social y democrática. El mismo artículo 1, casi, que la Conti Española, por cierto. Lo que puede indicar que, glups, el resto no se aleja mucho de la cultura política española, esa tradición de libertad sin ira à gogó. Es decir, sin algo. ¿Es una declaración de independencia? Pues tampoco. Los piensas de Junts pel Sí ya han anunciado al mundo que se trata de una declaración de soberanía. Es decir, de otra. La séptima declaración de soberanía desde 1978, si mis cálculos no fallan. Lo que invita a deducir que no es mucho. Del resto de la ley, a su vez, se supone lo siguiente. Lo siguiente: hay varios tramos. Uno fija leyes de tránsito desde la legalidad actual española hasta la legalidad republicana futura. Momento Flying Circus: al parecer, la legalidad catalana o española será optativa. Es decir, que la Gene, la República o cómo se llame esa mañana, omitirá el control de territorio y población. Algo importante. El control de territorio y población -jamás reivindicado, por cierto, desde 2012-, es lo que diferencia un Estado de cualquier otro objeto. Por ejemplo, una alpargata. O, ya puestos, y para aligerar y esponjizar este artículo, e introducir un referente cool, un tanga brasileño. La ley finaliza con la famosa convocatoria de referéndum, se supone. Sí. Muchas cosas para una sola ley. Personalmente, encuentro a faltar una ley anexa de pesos y medidas, que introduzca, de una vez por todas, la yarda y el galón. De manera que por fin pueda ir a un bar y, llámenme sentimental, pimplarme un galón de Cardhú.
El hecho de cambiar el reglamento del Parlament para colar, de noche y sin debate, la Ley, tiene su miga. Es decir, su ADN. Liga este Parlament con otros fenómenos paranormales postdemocráticos, que tienden a rebajar, aún más, el control y la función parlamentaria. En el Congreso, por ejemplo, para garantizar la, sic, gobernabilidad -es decir, para no tocarle la pera al Ejecutivo-, en esta legislatura la Mesa está haciendo de rodillo, de manera que evita votaciones, o desarticula el resultado de otras, como aquella resolución sobre el salario mínimo, que ha desaparecido, zas, como un ninja. Con este cambio de reglamento, en fin, el Processisme se ubica en el campo semántico de las derechas y las socialdemocracias postdemocráticas. Costará vender, propagandísticamente, todo esto como revolución democrática, esa alocución Processita. Si bien, vía propaganda, se han vendido tejidos aún más ásperos.
Bueno, aún así, ¿la aprobación de la ley supondría el nacimiento de una República? No. La ley sería impugnada por el TC en 3, 2, 1, 0. No habría desobediencia al respecto -los juicios al pack Mas, a Homs, y la toma de declaraciones del resto de imputados orienta hacia ello-. Con lo que la República social, democrática etc. no llegaría a ser efectiva. Sería, no obstante, el gran logro a exhibir en la inmediata campaña electoral autonómica, en la que se volvería a prometer el Estado en 18 meses, o en 3'1416, y se sacaría pecho al grito de yo-proclamé-la-República-y-tú-no. Y vuelta a empezar. Leches para elegir Presi, leches para aprobar presupuestos de austeridad. Y, paralelamente, estupor, temblores y días históricos. Bueno, qué les voy a decir que no sepan.
Bueno, aún así, ¿la aprobación de la ley supondría el nacimiento de una República? No. La ley sería impugnada por el TC en 3, 2, 1, 0
Y, claro, junto a todo ello, por cierto, la utilización del Procés por parte del Gobierno PP, para presentarlo como la ETA del siglo XXI, ese filón,
ETA: http://www.ccma.cat/324/mayor-oreja-diu-que-eta-no-esta-derrotada-perque-a-catalunya-el-proces-avanca/noticia/2775729/
http://www.ccma.cat/324/mayor-oreja-diu-que-eta-no-esta-derrotada-perque-a-catalunya-el-proces-avanca/noticia/2775729/
Esa cosa que crea cohesión social y política de manera más barata que los derechos y el bienestar.
La idea de la Reforma Republicana Exprés es brillante. Pero tampoco es previsible que se realice. La razón: al Procés le están creciendo los enanos. El Consell de Garantíes Estaturàries -una suerte de TC catalán, varias tallas menos, y dotado de serie del mismo, ejem, prestigio-, se ha pronunciado en contra de la constitucionalidad del referéndum.
Consejo de garantías: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/03/03/catalunya/1488532955_394526.html
Algo importante si lo que se pretende, que es lo que se pretende desde 2012, es no optar por la desobediencia. Es decir, renunciar a mecanismos sólidos de presión a un Estado que, en este preciso momento, está muriendo de risa.
La sensación es que el Procés, esa zona de confort de la política catalana, ese coprus de declaraciones diarias que lo admitía todo, está empezando a erosionarse de forma seria. No domina todas sus regiones -no domina, o no esta mañana, lo expuesto por el Consell de Garanties, que no ha podido ser integrado en el discurso chachi e imparable del Procés-. No domina a sus tertulianos -ojo: son los Navy Seals del Procés; hasta este III acto no habían fallado ni un instante-. Pilar Rahola, esa profesional cuya trayectoria intelectual confirma que con el carnet de ciclomotor y el del Club Mickey, te dan el de tertuliano, ha declarado, incluso, que duda del advenimiento del referèndum, cuando su trabajo consiste en reiterar lo contrario.
http://politica.e-noticies.cat/rahola-augura-que-no-arribarem-al-referendum-108545.html
El Procés, al menos momentáneamente, también ha perdido su unidad. Artur Mas va por el mundo exponiendo, ya abiertamente, la negociación con un Estado que -está ganando- pasa de negociar. El Processisme aún tiene mecanismos para paliar comunicar esto. Miren, si no, este titular:
"Artur Mas reta al Estado de nuevo a ofrecer una alternativa a la independencia". El filtro cultural del Processisme aún conserva la partícula "retar", cuando Mas, en una conferencia en Oxford, no retó a nadie, sino que suplicó un pacto -que empieza a ser improbable; al menos hoy, el Estado está tan cachas que, igual, abre otro frente en Normandía-, y se distanció ocho pueblos de CUP -"si la CUP gobernara Catalaunya sería Cuba", dijo, el pollo-.
A una sección sexy, es decir, republicana, le duele explicarles que, en este caso, la República son los padres. Pero es mi carácter. Ha sido duro. Lo es, pero: si pido un galón de Cardhú, pasarán de mí. El próximo día más.
23 de febrero
Hola, me llamo Procesando el Proceso y soy una sección muy dinámica, de manera que me iré actualizando periódicamente. Parto de esta idea: el Procés, snif, se acaba. De hecho, estamos en el tercer acto. Mi apuesta --no soy jugadora; soy una sección bien informada; la información consiste en ver hacia dónde se inclinan los objetos; generalmente caen hacia donde se inclinan-- consiste en que acabará, zas, en elecciones autonómicas. Las últimas-autonómicas-de-la-Historia3.0. Fuera de esta certeza sospechada y argumentada con información y análisis cultural, nadie sabe nada. Nadie sabe cómo se lo montará la Gene para quedar bien con su afición, y cómo se lo montará el Gobierno para quedar bien con su ADN. Que también es inquietante. Es decir, falta saber si el Gobierno recurrirá a la castración física o química. Si recurrirá a la Legión/el artículo 155, o facilitará un --otro; lo hizo en el Procés Catalonian Tour 2012-2015-- happy end, que dé cierta vida al pack CDC. CDC, al fin y al cabo, es la opción del orden en Catalunya. Si no quieren el caos, o un proceso de autodeterminación real, o una intensificación de la crisis de fin de Régimen, en fin, tienen que conservar a Hiro-Hito en el trono. En fin. Mi sentido en la vida como sección es ir viendo los últimos movimientos de la partida a tiempo real y a la vez que ustedes. Cada semana. O cuando sea pertinente. La partida puede prolongarse hasta septiembre, pero lo más lógico es que acabe antes del verano, coincidiendo con la operación bikini. Mi primera entrega pretende exponerles el solemne inicio del tercer acto del Procés, que sucedió el pasado viernes, 17 de febrero. Con esta noticia.
Se la resumo. Mas fue a dar una conferencia en el marco de un máster, en una uni de Madrid. Ahí se descolgó con la defensa de una tercera vía --una tercera posibilidad, entre la nada/continuidad y la cosa referéndum--. La noticia, por cierto, no causó ningún revuelo en Catalunya. Cualquier político procesista puede decir lo que quiera, pues dispone de un juego de espejos/medios que explican que, detrás de cada palabro, hay la confirmación de un proyecto indepe non stop. Si bien, en este caso, Mas defendía todo lo contrario. Es decir, negociaciones y acuerdos para, literalmente, cargarse lo del referéndum y sustituirlo por la consecución de un pacto que --otra vez espejos/medios-- sería presentado como un triunfo histórico. Es un giro de 180 grados frente a todo lo declarado desde 2015. Pero no frente a todo lo hecho desde 2012 hasta la fecha. El periodismo de declaraciones es, en ese sentido, un lío. Los árboles impiden ver que no hay bosque.
Cualquier político procesista puede decir lo que quiera, pues dispone de un juego de espejos/medios que explican que, detrás de cada palabro
Hay quien ha señalado que esta propuesta es un signo que indica que Puigdemont y Mas están distanciados, y que tienen proyectos diferentes. Puigdemont, el referéndum; Mas, salvar los muebles --de Régimen del 78 en Catalunya, por cierto--. Es posible, sí, que el Procés tenga poli bueno y poli malo. Pero es más posible que los dos polis, como hacen todos los polis buenos y malos del mundo, trabajen juntos. Me inclino a creer que es así. Si no es así, lo sabremos en breve. En todo caso, lo de Mas es la solemne proclamación de las rebajas. La visualización --por enésima vez; la última fue en el juicio de Mas, cuando Mas renunció a inculparse/a politizar e internacionalizar el caso-- de la voluntad de no llegar a convocar un referéndum, que el Procés se tendría que comer --esta mañana a primera hora todo apunta a ello-- con patatas.
En efecto, ha empezado el tercer acto. Tras este teaser, la cosa continuó dos días después, el domingo 19 de febrero. Con este notición.
El delegado del Gobierno en Catalunya anuncia que existen contactos entre Gobierno y Govern, además de con otras instituciones catalanas. Lo que traducido es que, por una parte, el Gobierno está trabajando a fondo para dividir a las instituciones catalanas. Y que, en el caso de haber contactos Gene-Gobi, significaría que, en efecto, la Gene se toma tan en serio su propuesta de referéndum de esta emisión del Procés como lo hizo en la emisión anterior. Es decir, nada en serio. Puntualizaciones. La fuente de la noticia es gubernamental. Y un Gobierno peninsular no es, en absoluto, una buena fuente informativa, pues suele mentir incluso en caso de atentado terrorista cuya autoría puede suponer una crisis de seguridad europea. Neus Munté, consellera y portavoz del Govern --recuerden: un gobierno peninsular miente más que habla--, negó cualquier tipo de contacto. La única fuente fiable fueron unas declaraciones de Albiol, negando cualquier tipo de contacto --“con los terroristas”, sólo le hubiera faltado decir--. Albiol tiene la sinceridad de los porteros de discoteca, que te niegan el paso por negro, pudiendo decir que llevabas calzado deportivo.
Pero todo cambió al día siguiente.
Albiol no mintió, simplemente ignoraba los contactos. Lo que viene a indicar que no juega en Primera. Unos contactos --por otra parte, obvios-- conocidos en más círculos de los deseados. Iceta, un cachondo, rajó acerca de ellos, la pelota fue creciendo y, finalmente, el Gobierno, cabe suponer, los filtró al día siguiente. Si bien --un gobierno peninsular miente más que etc-- ambos gobiernos, sin dejar de confirmar los contactos, negaron que se estuviera negociando nada.
Lo que es posible. Es posible que no haya ningún punto de contacto o de negociación en el que haya diálogo posible. En el caso de que, claro, las negociaciones sean sobre el referéndum. Tras seis añitos de Procés, el Gobierno sabe que es un farol, por lo que no lo considera una amenaza seria. Pero parece no saber que, detrás de ese farol, hay una sociedad que se lo cree, que se cree lo que le informan sobre el Procés, que visualiza una crisis de Régimen, y que puede querer algo más que cambios-calderilla, por lo que sería bueno gestionar ese problema político desde la política. Pero también puede ser que en las negociaciones no se hable de eso, sino de los 46 puntos a negociar con el Gobierno que el Presi Puigdemont entregó al Gobierno en abril. Una versión extendida de los 23 puntos a negociar que Mas entregó al Gobierno durante su mandato, y que también fueron archivados en Moncloa junto a la máquina expendedora del Marca, donde se ubica la papelera. Los puntos, a su vez, tienen cierta guasa. De los 46, sólo hay uno rupturista. El referéndum.
Si se quisiera la ruptura, y no la negociación, cabe suponer que sólo se hubiera entregado ese punto. Los puntos, por otra parte, fueron entregados divididos en 5 apartados. Algo útil para negociarlos, en plan, mira, el apartado X lo dejamos para luego. El referéndum --el único punto rupturista-- estaba presentado en un punto en solitario. A huevo para un lo-dejamos-para-luego. El resto de puntos es de espectro autonómico.
En el caso de haber contactos Gene-Gobi, significaría que la Gene se toma tan en serio su propuesta de referéndum de esta emisión del Procés como lo hizo en la emisión anterior
También es posible que ambos dos gobiernos no puedan decir a su respectiva afición --ambas, muy ultrasur-- que están negociando. Exemplum: tras la confirmación del encuentro entre los dos Presis, el Molt Il·lustríssim Col·legi de Tertulians Processistes --los medios/espejos-- se ha quedado afónico defendiendo que el Presi Puigdemont considera irrenunciable un referéndum, que no puede negociar otra cosa, y que los Presis no mienten --los gobiernos peninsulares, recuerden, etc--. Otro exemplum: el esencialismo español y el integrismo transicionario tampoco admitirían una negociación. Un indicio. Ésta entrevista de Cebrián en El Mundo:
Entrevista. Meditaciones. A) La generación de la Transi es como Franco o Pío XII en su día. Es inmortal y no morirá nunca. B) Cebrián es un periodista que considera que su función es crear cohesión en el Estado, es decir, alrededor de sus políticas. En ese sentido, sus posicionamientos reflejan cuáles son las políticas deseadas por lo que antaño era el bipartidismo, y que no se crean dentro de los partidos. Sus opiniones son de periodista de la RDA/Régimen. Y, además, son duras. Reclama la caballería. La aplicación del artículo 155. Este Ghandi constitucionalista lo explica así: “Suspendes el Gobierno de la Generalitat. Al presidente de la Generalitat. A la presidenta del Parlament. A uno, dos, tres cargos públicos. A los que hayan convocado el referéndum. Acabados. Ocupas tú el poder (...) Entonces el debate ya no sería cuándo van a lograr la independencia, sino cuándo van a recuperar la autonomía. (...) Se habla de enviar a la Guardia Civil e inmediatamente se dice: ‘No, hombre; la Guardia Civil, no’. ¿Pues por qué no? La Guardia Civil está para lo que tenga que estar. También dicen: ‘Con los Mossos es suficiente’. Pues no sé si sería suficiente”. Glups. Cabe suponer que estas declaraciones reflejan la inteligencia del PP, sector poli-mili, y del PSOE, sector gestora-que-no-cesa. Se trata de una presión por el despliegue de una dureza y escenografía radical. Que no es necesaria. En la leve descentralización española, en absoluto federal, el Gobierno puede asumir mandos concretos autonómicos sin liarla con el 155 y sin llevar a esa pareja de Guardia Civiles --que ponen tan húmedos a nuestros personajes públicos, según van entrando en las profundidades del Estado o del IBEX-- a todas partes.
Hay, en fin, un sector mediático y político que quiere liarla parda. Crear ejemplo. Dotar al Procés de existencia para poder tratarlo como peligro, como la ETA del siglo XXI, como algo alrededor del cual crear cohesión y glory days constitucionalistas, como antaño. O reformaconstitucionalistas, quizás sería la nueva palabra.
Por lo demás, esta semana el Procés no sólo no ha existido --y ya vamos para seis añitos--, sino que ha dado muestras de que no existe. Quizás, incluso, la prueba del algodón. Observen este titular, emitido por un cargo gubernamental /director general de un Gobierno cuyo Parlamento, el 9N de 2015, anunció que no acataría la autoridad del TC, y valoren. Evidentemente, ningún miembro del Il·lustríssim Col·legi de Terulians Processistes, ni del Benemérito Cuerpo Armado de Tertulianos Constitucionalistas All Day Long, ha dicho ni pío.
Hasta la próxima, amiguitos.
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Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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