Novela por entregas
García contra la España zombi (XI)
Donde el grupo aumenta y las terneras disminuyen
Guillem Martínez 12/08/2016
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Resumen de lo publicado: García, El Pilila y Rivera van de Barcelona a la Cerdanya a, ejem, neutralizar a Homs. Para ello deben de mangar un Porche Cayenne.
Del Born fuimos al Real Club de Polo, a mangar un Porche Cayenne. Esa era la única parte del plan que no requería inversión. Comprar un hacha homologada, y el equipaje de un equipo de cricket, era otra cosa. No te digo la alimentación de Rivera. Pero a esas alturas ya disponíamos de 12.020 euros. Los 20 que me había dado Rivera, y 12.000 que obtuve poniendo a Rivera en modo avión, en las inmediaciones del Born, frente a un cartel en el que se leía: "El General Moragues, heroi de l'11 de Setembre de 1714, atándose los zapatos". La primera estatua humana fuera de las Ramblas encontró, en fin, un nicho de mercado fabuloso. De hecho, los 12.000 euros fueron el resultado limpio, tras restar la multa de 100.000 euros al Ajuntament. Me sentía en el dólar. No compré dos, sino cuatro marlboros. Por primera vez en años, decidí coger del monto 20 euros para un taxi y gastármelos, en efecto, en un taxi.
Lo único difícil de robar un Porche en las inmediaciones de la egregia institución equina de Barcelona era, aparentemente, elegir el color. Nos decidimos por los tostados, sobrios y elegantes. Mientras le estábamos dando al espadín, el Pilila y yo rememoramos nuestra juventud, en el extrarradio de Barcelona.
--Qué de recuerdos--dijo el Pilila--, ya sólo falta el Chapas, vigilando que no venga la poli.
En nuestra juventud rampante, el Chapas era el tercero del grupo. Otro seguidor de las enseñanzas de Giuseppe Fanelli, al que siempre encargábamos que vigilara nuestras fechorías, no fuera que viniera la poli. Lo que, visto lo visto, no era una mala ocurrencia, pensé, mientras sentí como alguien encañonaba mi espalda, y una voz me decía:
-Mans en l'aire! Resten detinguts en mans del Cos de Mossos de l'Esquadra!
Era un Mosso de l'Esquadra con su uniforme de verano --salacot, bermudas, espardeñas, cantimplora, gafas de sol del siglo XIX, como las de la peli Drácula, su subfusil AK-47 reglamentario y su pack de granadas; sí, los mossos estaban, útimamente, muy pasados de vueltas--.
--Verá, agente. No es lo que parece.
--Pues a mi me parece un Porche Cayenne.
La habíamos pringado. Habíamos caído en manos de los Mossos, el cuerpo de policía más extrovertido de la Península. Más concrétamente, en manos de un número chulesco, que me miraba a mí, y luego al Pilila, con gesto de escudriñarnos, tal vez de reconocernos. Algo que llena de inquietud cuando se posee, y ese era nuestro caso, un pasado inquietante. De pronto, el mosso sonrió enseñando un colmillo:
--Yo a vosotros os conozco.
--Salimos en la tele.
--Somos las que dicen el número del cupón, pero sin maquillaje-- al Pilila, el ingenio le perdía.
--No, pollo. De mucho antes.
El mosso se sacó las gafas y dijo:
--Claato Barada Nikto.
Rayos. Era el Chapas. Nos fundimos en un abrazo tan emotivo que hasta Rivera, un cadáver, se emocionó. El Chapas nos hizo un resumen de su vida desde que perdimos el contacto. Un día le detuvieron, una cosa llevó a la otra y acabó número uno en las oposiciones a mosso. "Más cornás da el hambre", dijo a modo de conclusión. Nosotros le explicamos nuestros planes de subir a la Cerdanya y cargarnos al zombie Homs.
--Mola. Me apunto.
Montamos en el Porche, como en los glory days, y le hicimos el puente. Una operación costosa cuando has perdido el tranquillo.
--¿Era el cable verde con el blanco?
--El blanco con el azul. De toda la vida-- dijo Rivera, que también tenía un pasado. O un presente.
Fuimos a buscar el hacha. Algo difícil en Barcelona, ciudad en la que, gracias a un convenio del FMI con el Ajuntament Trias, las ferreterías y farmacias habían sido absorbidas por la franquicia Victoria's Secret. No encontramos ninguna hacha en ninguno de esos establecimientos, pero sí la certeza de que vuelve, y con fuerza, el culotte. Finalmente adquirimos el hacha --un hacha moñas, canija, de Rambo--, junto con el utillaje de cricket, en el Decathlon. Salimos a toda leche hacia el Pirineo. Teníamos un plan, ganas de liarla y 12.000 euros, 11.000, si descontamos peajes. No paramos hasta que vimos la primera manada de vacas. Momento en el que nos detuvimos y soltamos a Rivera. Mientras perseguía una ternera, hablamos de la vida.
--Bueno, ya tienen el voto zombi de Ciudadanos, la abstención zombi de PSOE y, me temo, la abstención zombi de CDC.
Cuando a la ternera elegida por Rivera sólo le quedaba la cola, que salía por la boca de Rivera, decidimos iniciar la secuencia del plan. Vestirnos de jugadores de cricket. La beatería que va a la Cerdanya se pasa la mañana subiendo tresmiles, a la tarde leen a Mossen Cinto y, al atardecer, salen con la prole. Todos vestidos de blanco. Entrar vestido de blanco en un Porche Cayenne con colores sobrios, era un ejercicio de mimetización absoluto, que no levantaría sospechas, de manera que nadie vería lo único sospechoso de nuestro grupo. Un zombie y un hacha. De esa guisa entramos a 30 por hora en Santa Maria d'Oginus, el no va más de los pueblos vacacionales de la Cerdanya. Durante el Pujolismo fue dinamitado y vuelto a construir según los cánones del Románico Catalán.
Los sorprendente es que no había nadie por unas calles que tenían que estar pobladas de señoras, señores y niños y niñas vestidos de blanco. Pero es que nadie. Tras dos horas recorriendo el pueblo y sus 3.456 iglesias románicas, no vimos un alma. Finalmente, pasamos por delante de Can Covadonga Catalana, el tres Estrellas Michelín sito en el pueblo, a cuyas puertas el afamado chef Josep Covadonga lloraba como un moderno Boabdil. Entre sollozos, nos informó que la temporada se había ido a la mierda. Que no venía nadie al restaurante, pues en el pueblo no había ningún veraneante.
--Todo empezó cuando el señor Homs se empezó a encontrar mal. Se encerró en su casa, de la que sólo salía para realizar visitas, puntuales, rápidas y concretas, a cada uno de los veraneantes.
Intercambiamos miradas inteligentes.
--¿Se fijó si Homs llevaba un muerdo en el cuello?
--Sí. Fue muy comentado en la colonia. Aquí no son de uso común esas prácticas. De hecho, el último polvo documentado realizado con éxito en el término municipal, fue obra del XIII Comte de Urgell. Sale en las Crónicas de Ramon Muntaner, anexo II, página 756, capitulo: "Rarezas y exotismos de la Cerdanya".
Dimos a la corriente Oginus de CDC por desaparecida. Y nuestra misión, por fracasada. Homs y un importante grupo de CDC habían estado aquí. Vete a saber dónde estarían ahora, transformados en zombies. Decidimos ahogar nuestras penas con un trintxat de la Cerdanya y una, dos o, me temo, tres terneras. A Josep Covadonga, escuchar esa comanda le hizo nacer en sus cuencas ojos de Tío Gilito.
--¿Cómo quieren la ternera?
--Que muja-- dijo Rivera.
En los postres --Rivera se tomó una ternera catalana, con azúcar quemada--, el Pilila, que estaba ojeando su cuenta de Twitter, exclamó:
--¡Empordà!
¿Lo qué, dijimos? El Pilila nos explicó que Pilar Rahola acababa de anunciar en su cuenta de Twitter que esa noche su cuchipandi se tomaría un paellón en su casa de Cadaqués.
--Su cuchipandi no son otros que Puigdemont, Mas, y cualquier cargo que respire. Si yo fuera el zombie Homs, me iría allí a rematar la faena.
Salimos todos --Pilila, Chapas, Rivera, una ternera y yo-- hacia el Porche Cayenne, rumbo al Empordà, la otra Capilla Sixtina del veraneo convergente.
Esta vez habría sangre. Y no sólo de ternera. En este capítulo, por cierto, han fallecido más terneras que en todo Río Bravo, the movie.
Continuará...
Resumen de lo publicado: García, El Pilila y Rivera van de Barcelona a la Cerdanya a, ejem, neutralizar a Homs. Para ello deben de mangar un Porche Cayenne.
Del Born fuimos al Real Club de Polo, a mangar un Porche Cayenne. Esa era la única parte del plan que no requería...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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