1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

García en el país favorito de la divina providencia

Capítulo XV. El CNI y la vida, que se complica

Guillem Martínez 19/08/2017

<p>Sant Puigdecabanes Màrtir</p>

Sant Puigdecabanes Màrtir

dimitrisvetsikas1969 / Pixabay

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EEUU.

Si quieres ayudarnos a financiarla, puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí

----------------------------------------------------------------------------------------------------- 

RESUMEN DE LO PUBLICADO: El plan de García para fabricar las urnas y sacar tremenda tajada, va a tutiplén. Todo va bien. Tal vez, incluso, demasiado. Pero en eso, García se entera de que el CNI quiere algo de él que aún no le ha dicho. Quieren a Dios.

Solucioné en el restaurant millonetis la llamada de Estadella. Que se la resumo. Estadella no veía avances en mis investigaciones, por lo que se impacientaba. Le paré el carro y quedé con él, avant la nuit --rayos, llevaba tanto tiempo en este restaurant que ya hablaba como un segundo plato--, en mi despacho. Me pareció percibir, a través del auricular, que Estadella estaba más contento que unas castañuelas por volver a mi despacho. Giovanni, a su vez, también solucionó sus compromisos sociales, vía wasap. Esta noche había quedado para cenar y dormir en casa de Jordi, su amigacho de clase. Llegué solo, pues, a casa. Aún tenía una hora, tal vez dos, hasta la cita con Estadella. Por lo visto emplearía ese tiempo en hablar con Núria. Núria, de hecho, estaba en la cocina, acariciando el cabello a un Pepé inconsciente, que tenía la cabeza apoyada, respectivamente, sobre la mesa y sobre un charco de baba. Núria tenía frente a sí un vaso de whisky DYC. Y otro, aún vacío, lo supe al instante, dispuesto para mí. Su perfil nunca jamás había sido tan románico, ese estilo que fabricaba estatuas como churros, pero todas con una expresión que nunca sabemos si es de seriedad o de guasa. Antes de empezar a hablar, Núria llenó mi vaso.

-- Tenemos que hablar--, me dijo.

Oh, no, pensé para mis adentros. Bueno, espero haberlo dicho para mis adentros.

-- ¿Cómo va la vida, Núria?

-- Va, pero hoy me ha ocurrido una cosa curiosa.

-- Soy todo oídos.

-- Lo sé. Ahí va. Salía la mar de contenta de casa, rumbo a ese estúpido trabajo alienante que tenemos todos cuando, de pronto, me ha pasado algo que no es del todo normal.

La cosa prometía.

-- Concretamente, un par de señores de negro se me han acercado por la espalda, me han dado un golpe con una cachiporra y me han metido en un saco. Me he despertado en una suerte de checa, atada a una silla. Los dos señores de negro, y otro, que era un abuelete con lamparones y que se hacía llamar Leyenda Viva del Periodismo Español, me han interrogado durante un par de horas. Incluso me han chutado pentotal.

-- Eso es terrible. Lo siento.

-- Bueno. El pentotal mola. Me preguntaban por mi verdadera identidad. Creían que era Dios. Tras desatarme una mano e introducirla en una copa de agua para ver si se transformaba en vino, se han rendido a la evidencia, han dado la causa por perdida, y me han dejado en libertad. No sin antes hacerme prometer que no diría nada de lo acaecido, promesa que estoy rompiendo ahora mismo. En el interrogatorio, por cierto, los dos hombres de negro y el abuelete repetían mucho tu nombre.

-- ¿Y qué decían?

-- No lo sé. Estaba hasta las trancas de pentotal. Te preguntarás por qué te digo todo esto. Bueno, ya sabes por qué te lo digo. Verás, en esta casa Esparraguera nos trajo el candor, Giovanni la inocencia, Pepé, el alcoholismo. Y tu, me temo, el CNI. Y eso no me cabe ni entra. Tendrías que hacer algo al respecto.

Me miró fijamente. Una estatua románica mirándote fijamente acojona. Pero Núria tenía más razón que un santo. Románico.

-- Núria, dame 48 y limpio el piso de CNI.

-- Te lo agradezco. Yo, como comprenderás, me voy a tomar esas 48 horas de vacaciones. Igual me voy a casa de mi prima, en Vidreres. Sería fantástico que, cuando vuelva, esta casa, a la que siempre eres bienvenido, esté desceneizada.

-- Cuenta con ello--, dije, tan ricamente y como si fuera fácil.

Núria apartó la mano de la mata de pelo francesa de Pepé, se levantó, me besó ambas mejillas, cogió una maleta que había debajo de la mesa y, en ese preciso instante, se piró.

Tenía un marrón no previsto y que podía arruinar mi Plan Infalible, si no la paz de mi hogar. Empecé a meditar una solución, arriba y abajo del pasillo. En uno de mis arribas y abajos, me topé, por cierto, con Esparraguera, que salía del lavabo, vestido de Papageno. No viene al caso, pero espero que ese disfraz tenga bragueta.

-- Hombre, García--, me dijo, sonriente, y a través de su voz de pito.

Decidí, antes de seguir con la fabricación de mi plan, volver a testar la divinidad de Esparraguera, algo fundamental para este y para cualquier tipo de plan en la vida.

-- Hombre, Esparraguera. Dichosos los ojos. Oye, ¿no tendrías 20 euros para un taxi?

-- Pues hoy no, francamente. Ha estado la cosa floja.

Aproximé mi rostro al de Esparraguera, amenazante. Y volví a emitir mi solicitud.

-- Que me des 20 euros, notas.

Esparraguera, en ese momento, moduló cara de canguelo. Se sacó un zapato, y de él, un billete de 20 euros.

-- Es mi reserva federal. Lo tenía ahí para una urgencia, o por si algún día me proponían matrimonio.

-- Muchas gracias, Esparraguera, eres un solete--, dije mientras cambiaba a modo enrollado. Creo que, incluso, le di un beso en la frente.

Bien. Esparraguera era Dios, y era evidente. Pero eso no me ayudaba mucho en ese instante. Quizás, incluso, acrecentaba la tensión y la responsabilidad. Debía de idear la manera de librar al pobre Esparraguera del CNI. Y, sin la pasta que cobraría tras la culminación de mi Plan Infalible, que pensaba utilizar en parte para enviar a Giovanni a Can Primo Elvis, no había tu tía. Decidí irme al Club de Cannabis Luxurious, a acabar de organizar mis ideas.

Organicé --ordenador, marlboro, cenicero, cortadete, vichí-- la mesa de mi despacho. Y decidí matar a Puigdecabanes. No sé muy bien por qué, pero me pareció que el resto saldría solo. Hice, al respecto, tremendo articulazo, narrando con todo detalle la muerte trágica de Puigdecabanes. Era, tal vez, el mejor artículo que había escrito en mi vida. Al concluirlo, estaba llorando por la emoción del testimonio humano. Envié el artículo al diario y, al levantar la vista, aún con los ojos llorosos, me encontré que, frente a mi, y desde vete a saber cuándo, estaba Estadella.

-- Coñe, Estadella, vaya susto.

Estadella me explicó que llevaba cinco minutos observándome, que era todo un espectáculo ver trabajar a un periodista de raza, y que las chicas Bond le habían dejado pasar, sin pagar los 500 euros preceptivos, con tan sólo enseñar el carnet que le facilité el otro día.

-- He movido mis hilos. No sabe lo que me ha costado--, dije--. ¿Y qué le trae por aquí?

-- Urnas, Puigdecabanes, Dios. ¿Recuerda?

-- Sobre Dios tengo buenas noticias. En breve le podré pasar un nombre. Pero lo gordo, lo bestia y aquello por lo que me acabará pagando pasta gansa, es lo de las urnas y lo de Puigdecabanes.

-- Cante--, dijo, sin mucho interés. Era evidente que lo de las urnas y lo de Puigdecabanes se la traían floja. Si quería vender el pescado, debía esforzarme.

-- Tenía usted razón. Hay un hilo tenue que une urnas, Puigdecabanes y Dios.

-- ¿Lo ve?

-- El problema es que cada una de esas casillas lleva a la otra, por lo que debemos recorrerlas todas.

Estaba improvisando un plan, que se tenía que superponer a mi Plan Infalible anterior. De pronto, en mitad de mi jam-session de trolas, vi una luz, y todo adquirió cuerpo.

-- Verá. Puigdecabanes ha muerto.

-- ¿Eso es cierto?

-- No. Pero me ha obligado a escribirlo. Verá, eso no se lo dije, pero ahora que tenemos confianza se lo puedo contar. Soy un esbirro de Puigdecabanes. El único con graduado escolar, lo que me da cierto acceso al personaje, por lo que sé sus planes. Quiere simular su muerte, desaparecer y rajarse del asunto Procés. Ve demasiado peligro. El acoso del CNI está dando sus frutos.

Noté como el pecho de Estadella se inflamaba por el orgullo.

-- Pero aún podemos pillarlo. Tan solo hay que ir a los Estados Unidos y convencerle de que no hay peligro. Si voy y le vendo la moto, Puigdecabanes vendrá, fijo. Y con él, 8.000 urnas, que usted interceptará junto al enemigo público número 1.

-- ¿Y pretende ir a Nueva York?

-- No. A Los Ángeles, donde ha desplazado su cuartel general. Necesito los billetes para salir mañana mismo y volver en un plis-plas.

-- ¿Los billetes? ¿Va a ir acompañado?

-- Se trata de una misión peligrosa. Me juego el tipo. Iré acompañado de mi guardaespaldas. Una mole. Puro peligro. Apunte el nombre para el billete, que luego le paso el DNI. Jesús Esparraguera i Dupont, alias El Papageno. Por mi parte, viajaré con el nombre en clave por el que Puigdecabanes me conoce. Apunte. Giovanni García. Necesitaremos, por otra parte, algún tipo de provisión de argent de poche, para ir tirando en L.A. Apunte, 5.000 pepinos.

-- Giovanni García... 5.000 pepinos...--, repitió Estadella mientras lo apuntaba en su bloc de notas de Leyenda Viva del Periodismo Español--. ¿Eso es todo?

-- No. Para que el plan transcurra con éxito necesitamos 200.000 euros. Tranquilo, me los pagará el día en el que le entregue las urnas y a Puigdecabanes.

-- ¿Y eso?

-- Eso es lo más divertido. Es el soborno que le tenemos que dar a Mister Chang para que traicione a su jefe. Está todo contemplado en este contrato con efectos legales, en el que Mister Chang pide lo habitual en estos casos. Vamos, 200.000 pepinos y la garantía de que no habrá causa penal. Firme, por favor, aquí, aquí y aquí para hacerlo oficial.

Estadella, guau, lo hizo. Firmó el documento que, previamente, el Señor Chang había firmado cuando era una hoja en blanco y que, posteriormente, había rellenado yo con estas manitas. En el contrato se especificaba lo ya dicho, más el hecho de que Mister Chang entregaba también al CNI todos sus ratones inoculados con el virus de la resaca. El CNI debía retirarlos y desinfectar el local. Sí, soy un hacha.

-- ¿Y Dios?

-- Para entonces ya tendré un nombre, que me facilitará Mister Chang, un hombre muy místico. No ha sido fácil, por cierto. Por un tiempo pensé que Dios era Núria, mi compañera de piso--, dije, para hacerme el interesante y el tipo al día.

-- Sí, nosotros también.

-- Pero ahora me atrevo a suponer --empecé a improvisar al respecto; quién sabe si, finalmente, apostaría por esa vía-- que tiene aspecto oriental. Creo que se llama Cu-ñao. Pero no me haga mucho caso. Por mi parte, eso es todo.

-- Por la mía no.

Estadella se puso serio. Empecé a temer que mi plan no hubiera colado. Socorro. Estadella prosiguió:

-- No puedo seguir, ni un segundo más, impasible a los rayos de sus ojos, que me invitan al amor y a la conexión con el mundo. ¿Sabe lo que significa Kuit-prokuo en manchú? ¿Qué le parecería si…?

Falsa alarma. Estadella volvía a estar colocado. Y, a los pocos segundos de decir esas palabras, ceporro. Yo también creí estar de la misma guisa cuando vi, sobre la mesa, cuatro ratones, cantando el estribillo de Tears dry on their own, gran copla soul de Winehouse. Empecé a buscar en ese instante, por todos los rincones y ansioso, una nueva aparición de Quimetta. Pero no la vi. A quién vi fue a Mónica. Iba vestida de chica Bond del Club de Cannabis Luxurious, y se acercaba hacia mí abandonada a su propia velocidad. Era bella como una nube y caminaba como una nube.

Pronunció mi nombre en varias ocasiones. En las que, consciente de mi cuelgue, esta vez no contesté. Finalmente, Mónica me pegó una bofetada. Era real. Dolía. En efecto, era Mónica, de carne y hueso.

-- Hombre, Mònica, con las prisas no te había visto ¿qué haces por aquí?

-- He pillado un curro. Trabajo aquí. ¿Todo bien?

-- Todo bien. ¿Y tú?

-- Bien. Bien.

Mónica se alejó de mi, taciturna, como siempre. Pero, también como siempre, se detuvo. Meditó algo, y volvió.

-- Salgo a las 11. ¿Quieres que durmamos juntos?

Con todo el aplomo del mundo, le contesté lo siguiente: Ñkjbafeihnklzvc.

-------------------------

Continuará.

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EEUU.

Si quieres ayudarnos a financiarla,

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Guillem Martínez

Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo) y de 'Caja de brujas', de la misma colección. Su último libro es 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí