Novela por entregas
García contra la España zombi (XX)
Capítulo 20, en el que se descubre, en Moncloa, quién es el zombi alfa-omega
Guillem Martínez 24/08/2016
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Resumen de lo publicado: Estadella, García y Rajoy va a la Moncloa, a intentar descubrir quién mordió a Rajoy.
Estuvimos ganseando un poco en el subsuelo madrileño diseñado por Esperanza Aguirre. Rajoy fue al Bernabéu Paralelo, en el que jugaba un Madrid Paralelo, entrenado por Mourinho. El Capitán Estadella fue a visitar una retrospectiva de Juan de Ávalos y una expo sobre Arte Degenerado en el Princesa Sofía Paralelo. Y yo me fui a la Plaza Santa Ana Paralela. En vez de palomas había loros, de manera que le expliqué mi vida a un loro.
-...Y entonces Quimetta me envió al guano. Y ahora mismo, por otra parte, nos vamos a Moncloa, a ver qué.
-Lo tienes chungo, García -dijo el loro.
A la hora convenida, quedamos en un NH paralelo. Dormimos en una triple. Rajoy, por cierto, ronca. Desayunamos dos negronis y un spritz y, siguiendo las instrucciones de un esbirro, tomamos la línea de monorraíl que nos dejaría más cerca de Moncloa.
-Les pillaría más cerca el AVE Paralelo a Las Hurdes. Pero como el trazado aprovecha diversas propiedades que tenía en el subsuelo el marido de Aguirre, tendrían que ir vía Anchorage, Alaska, lo que les retrasaría. Si no tienen prisa, es un viaje bonito. Pueden pararse a ver las cataratas de Iguazú, de singular belleza.
En efecto, el monorraíl nos dejó en las Quimbambas. Para llegar a nuestro destino sin levantar sospechas, fuimos hasta Moncloa simulando ser sportmen, al paso de Rajoy cuando hace running. Lo que nos provocó ciertos equívocos mientras atravesábamos Chueca. Nos detuvimos, a lo largo del recorrido, para varias ingestas de cochinillo. Finalmente, cuatro horas después, accedimos al Palacio de la Moncloa, al que fuimos recibidos por un par de miembros del Benemérito Cuerpo Armado, vestidos, como es normal en Moncloa, de pretorianos.
A nuestro paso vimos que todo el funcionariado y cargos políticos y técnicos eran zombis.
-No me miren. La mayoría ya estaba así cuando llegué -dijo Rajoy.
Fuimos directos al despacho de Rajoy. Era el típico despacho de un Presidente de Gobierno Zombi. Sobrio y funcional, y presidido por varias banderas zombis. Sobre su mesa, tres teléfonos. Uno rojo, otro negro, otro blanco, y un gran botón, también rojo.
-El rojo es de la UE. El negro es del Ibex. El blanco es de Bet&Win. Y sólo me da alegrías.
-¿Y el botón rojo? -Pregunté.
-Es lo mejor de todo. Es el botón de gobernar. Lo aprietas -lo apretó-, y la maquinaria del Estado se pone en movimiento a toda castaña.
Mientras Rajoy le explicaba a Estadella el arte de gobernar, me fijé en el botón. Estaba conectado a un cable. Lo seguí por varias salas. Daba al calentador de Moncloa. Cuando volví al despacho, Rajoy estaba concluyendo su perorata.
-...Esto de gobernar estaba tirado. Podías hacer lo que quisieras, siempre y cuando no tocaras nada. "Que ha costado mucha pasta montarlo", nos decían. Si había alguna duda, te llamaban por el teléfono rojo. Cuando todo acababa, llamabas por el negro y en un plis-plas estabas en Endesa. Pero todo se fue a la mierda con esta crisis. Había que tocarlo todo. Precisamente nosotros, una generación que habíamos llegado hasta aquí poseedores de un gran saber: no tocar, lo dicho, nada, e ir tirando yardas. Empezó Zapatero, el pobre. Y mira como acabó. Bueno, esperemos que ahora, como zombis, nos vaya mejor. Un zombi es un muerto, y un muerto no pide mucho a la vida. Precisamente...
-Mariano, su diario.
-Ah, sí. Mi diario. Disculpen.
Rajoy accionó el interfono.
-Paquita, mi diario, tenga la bondad.
Al momento entró una secretaria zombi. Gruñó algo y entregó el diario.
-Claro, puede tomarse el resto del día libre. Que se mejore su hijo. Rayos -se dirigió a nosotros-, entiendo el zombi. Soy el primer presidente políglota en historia de España desde 1939. Otro récord.
Le arranqué el diario de las manos. Empecé a ojearlo. Empezaba en Noviembre de 2011, cuando accedió al cargo. Leí de un tirón los primeros 100 días. En cada página ponía "nada".
-He intentado ser discreto. Tampoco voy a ser el primer Presi, desde Azaña, que lo raje todo en su diario. En ocasiones, en algunos días especiales, he intentado vertebrar un punto de vista más íntimo, en el que hablo abiertamente de mis sentimientos.
-Sí, el 20 de mayo de 2012 escribió: "nada, salvo que me pica un huevo".
-¿Lo ve?
Fui avanzando páginas. Llegué al 2 de Junio de 2014, fecha de la abdicación de Juan Carlos I. En el diario personal de Rajoy quedaba anotado: "nada".
-Bueno, al menos sabemos que durante el reinado de Juan Carlos I usted no era un zombi.
-Es opinable. Pero creo recordar que no. Lo que sí que llevaba años zombi era la prensa. Recuerdo el titular de El País de aquel día. "El rey abdica para garantizar las reformas que España necesita". Que son huevos, porque ya las habíamos hecho todas. Desde entonces, las únicas reformas que hemos hecho han sido, con un par, la Ley Mordaza y la reforma del Tribunal Constitucional, que puede bombardear Varsovia cuando quiera. Y nadie ha dicho ni pío. Visto lo visto, llegar a una democracia zombi era cuestión de tiempo. Como zombis, todo puede ir sólo a mejor. Lo peor de la crisis ya ha pasado.
De pronto, mi vista se detuvo en el 19 de Junio del mismo año. Leí: "Nada. Bueno, no, que han coronado a Felipe VI. Primera recepción oficial con el nuevo rey. Es muy simpático y está sobradamente preparado y bla-bla-bla. Departimos. Me explica su proyecto reformista y, posteriormente, me muerde".
Ojeé los 28 días posteriores. "Nada". Posteriormente al 28 día después del muerdo, el palabro "nada" quedaba sustituido por un garabato.
-28 días después del muerdo ya era un zombi, Mariano. Aun así, perdida la capacidad del habla y de la escritura, siguió haciendo rayotes en su diario.
-Soy un hombre de costumbres.
-Mariano: fue el rey quién le mordió. ¡El rey es el zombi alfa-omega!
-Llegados a este punto, no hay nada qué hacer -dijo Estadella.
-Qué se cree usted eso -dije.
Ideé un plan en escasos segundos. Y lo empecé a llevar a la realidad inmediatamente:
-Rápido, Mariano, ¿no tendrá 20 euros para un taxi?
Continuará...
Resumen de lo publicado: Estadella, García y Rajoy va a la Moncloa, a intentar descubrir quién mordió a Rajoy.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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